28.4.13

AKASHI GALLERY - FARFALINA. Brigadas internacionales contra la crisis.

La entrada de hoy es diferente. No se trata de la visita a un local sino a dos y con un mismo objetivo, que no es otro que descubrirles un par de menús a precio muy asequible que va a servirles para comer bien y sano por poco dinero. No es cuestión de encontrar el rival de Topik. No es el objetivo. Quiero mostrar un par de locales humildes en el que hacen las cosas bien y que vale la pena visitar. La idea no es ni ser los mejores ni salir con una barriga tamaño visita a Wok buffet libre tras 3 años en un gulag siberiano. 
Precio, atención al cliente, apoyar a gente que trabaja humildemente, sin padrinos, con clase, diferentes. Escribí esto el otro día al respecto en mi otro blog.
Quiero, y sería un infinito honor, que este blog pueda ser plataforma de lanzamiento de pequeños locales a los que hay que cuidar.
Lo peor del caso es que las fotos no les van a hacer mucha justicia, pero para enmendar este detallito, tendrán que dejarse caer por los locales en cuestión.

Comencemos:

AKASHI GALLERY, tetería, galería de arte, bar, restaurante, en Rosselló con Enric Granados, Barcelona san.
Es un local que descubrimos hace unos meses en un paseo rutinario y que acabó en una experiencia bien curiosa en este diferente y bonito local. De hecho acabó con nosotros descalzos en un tatami tomando un té importado de japón que era delicioso. La carta de tés es impresionante y cuesta decidirse,  pero no creo que fallen elijan el que elijan. Eso sí, no son baratos al ser extremadamente extraños. Y tradicionales. Pero vale la pena la experiencia del tatami y sentarse en el suelo junto a una de esas mesas bajas que hemos visto tantas y tantas veces en los dibujos japoneses como Shin Chan.
Me gustó el local, el trato amabilísimo y salí convencido de que volvería a probar alguno de sus menús. Y eso hice. El que les traigo es el más barato, 7'90€, que incluye ensalada de algas, sopa de miso, té y plato principal en forma de onigiri. Y aquí lo tienen:

Ya he avisado que siento la calidad de las fotos. Era un día tormentoso y oscuro y el local no está muy iluminado para preservar ese ambiente íntimo y relajante. Aquí abajo, los onigiris (no mucho que ver con los míticos del Can Kenji) muy resultones y que cumplen su función perfectamente.
Para completar el menú, pedí un helado de sésamo que no viene incluido en el mismo. Capricho, sí. Y valió la pena porque soy muy fan de este sabor y del sésamo en general en todas sus formas.
Aquí la tarima del tatami donde deben descalzarse para sentarse alrededor de esas agradables mesitas.
Ya saben, un local diferente con una propuesta diferente y con un encanto especial.
En Akashi además organizan diferentes tipos de eventos, como Ceremonias del Té, intercambios lingüísticos japonés-castellano/catalán, exposiciones fotográficas y un etcétera que demuestra el dinamismo de estos nuevos locales que no quieren encorsetarse en una única actividad. Muy bien.


En segundo lugar pero no menos importante:

FARFALINA, que ha vuelto a su emplazamiento original esquinero y con un encanto difícil de igualar en Villarroel esquina Buenos Aires, tras un tiempo colaborando en la Llibreria +Bernat a unos metros de allí, como ya les mostramos hace tiempo.
Ahora, Jacqueline, una bávara emprendedora que lo da todo, ha vuelto a su minúsculo local donde consigue hacer maravillas y un gran menú a 5'90€ que tiene un éxito más que considerable en el vecindario. Es un local con 4 mesitas y 3 sillas en la barra, de 12 m2 más o menos (soy de letras, ojo) en el que trabaja sola, produciendo, atendiendo, sirviendo y siempre con una sonrisa en la cara. Ni ella ni el local dan para más, está todo calculado, no se crean. Pondría la mano en el fuego que su clientela es de la que vuelve cada día, porque el local está muy bien y se come sano y muy bien por cuatro duros. 

El menú se compone de un acompañamiento, un plato más contundente y la bebida. Como ven aquí encima, los platos van cambiando cada semana o cada día incluso. Así, combina carnes y verduras para que si vas continuamente puedas elegir variedad y no tengas que repetir. Muy bien.
Nosotros hemos ido algunas veces y hemos comido cosas como: crema de calabaza y burrito de pollo y verduras; hummus; crema de brócoli y maíz, lomo de cerdo al romero y a la sal con puré de calabaza y cebolla caramelizada...El otro día tenía una hamburguesa de avena que tenía una pinta...Ustedes combinan, ustedes mandan.




Luego para completar el menú y ya aparte pueden pedir un café con leche (de los mejores que he encontrado en la ciudad) o algo de pastelería casera que siempre tiene en la vitrina. Como este pastel de fresas de la última visita. Les garantizo que no se arrepentirán.
Farfalina es un local ultra simpático. Se le coge un cariño especial y se merece nuestras visitas cíclicas. Como el anterior local, también hace cosas diferentes. Farfalina alquila su pequeño espacio para clubs de lectura, intercambio lingüísticos o lo que quieran. Además, los sábados por la tarde-noche, de 7 a 12h, hacen las noches bávaras en las que sirven comida de Munich y alrededores en formato tapas (por el tamaño de las raciones). No se centran en las típicas salchichas, que incluso a veces no sirven e intentan ofrecer más variedad y dar a conocer algunos platos menos famosos para el gran público no entendido en la gastronomía bávara. Y cervezas, aunque por cuestión de precios y márgenes no puede ofrecer todo lo que le gustaría. En todo caso, una iniciativa loable, y que según me comenta la propietaria ha tenido una respuesta más que satisfactoria. Si buscan una cena bávara ya saben. 
Un local en el que por las dimensiones y por estar regentado por una sola persona hacen maravillas. Y hay que valorarlo. Ya les he comentado el por qué.

21.4.13

Fastvínic. Too fast too good?

FASTVÍNIC, C/Consell de Cent entre Balmes y Rambla Catalunya y junto a Monvínic, donde no entramos por no bajar la categoría del local.

No podemos negar que no somos nada originales y que algunas de nuestras últimas entradas van muy tarde. Entradas sobre Fastvínic se vienen haciendo hace años ya, así que volveremos a ahorrarnos aquello de la exclusiva en plan "Llega el Fast-Good a Barcelona", como si las cosas sucedieran cuando nosotros las descubrimos. Pues no. Aquí tienen a Víctor explicando lo que es Fastvínic en febrero de 2012.

Deberían conocer Fastvínic igual que deberían conocer Sagàs (aunque prefiero éste último) si son de bocadillo fácil y tienen buen gusto. Lo del gusto es discutible sabiendo que están leyendo este blog ahora mismo, pero ustedes mismos. Lo de los bocadillos es básico tras años sufriendo atentados bocadilleros con cualquier cosa entre pan a precios a veces desorbitados. Aquí van a encontrar precios elevados, sí, pero con una materia prima de la buena que hace que la experiencia vaya por delante del precio.

Existe preocupación sobre el qué y el cómo lo comemos. El local que les presento hoy es un local imprescindible si son de los que buscan calidad y no se conforman con comer un bocata de lomo con queso a 4€ (de los que también somos muy fans, quede claro). Producto de proximidad, de kilómetro 0, slow food y concienciación ecológica y sostenible. Todo se recicla.
Por ejemplo, en el primer punto de su compromiso: producto catalán, ecológico, y estacional siempre que se pueda.
A algunos les puede parecer un engañabobos, pero desde aquí damos apoyo a este tipo de locales. Compartimos visión, sin dogmatismos, pero lo hacemos. Al igual que dije en la entrada de Nonono.


Pasemos a cosas más mundanas, profanas  e interesantes seguramente. Miren, antes de nada, el precio. 30€ dos personas. 15 por cabeza incluyendo dos bocatas, dos bebidas, una ensalada y dos croquetas. No es barato ni voy a intentarles convencer de las bondades de su precio. Lo que sería ideal es que pudieran hacer una visita y decidir ustedes mismos si les sale caro o no. (Si nos hubiese salido a 10 por cabeza yo iría cada día seguramente). El debate de los precios ya lo hemos tenido alguna otra vez, así que no volveremos ahora. Más caro no quiere decir caro.
Ensalada César con pavo. Interesante propuesta que nos gustó y de un tamaño considerable, lo cual siempre es de agradecer si se va con hambre y sabiendo que los precios no son bajos.
Hamburguesa vegetal con lentejas y germinado de alfalfa. Impresionante. Saben, lo saben, que somos hamburgueseros y carnívoros hasta decir basta, pero en el día de autos quise probar algo nuevo y mucho más ligero. Y me encantó la opción vegana, lo reconozco. Opción a tener en cuenta. De complemento, un par de croquetas de pollo que quitan el sentido, del tipo contundente, nada flojeras.
 Miss Bagel eligió un bocadillazo de perdiz a la vinagreta. Pude probarlo y sentir que era una barbaridad, un escándalo. Y ella lo confirmó. ¿En cuántos sitios puedes comerte un bocata de perdiz? ¿Y de esta calidad y tamaño? Pues eso, que se contesta solo.
 Aquí la visión global del ágape tipo picnic, con Montseny al norte ya que han sustituido por lo que se ve a la Bleder de Rubí.
Aquí les dejo el bonus de una visita anterior, con bocadillazo de calçots, romesco y escarola junto a un par de croquetazas y una Bleder, que por aquel entonces era la cerveza del local. Me gustó mucho y de ahí la crónica de hoy.

Para cerrar y a modo de conclusión sólo diré que hay que ir. Una vez al menos. Por ver el local que es realmente agradable, por apoyar el concepto eco-sostenible, por ver la cocina y cómo trabajan, por reciclar los materiales que se utilizan y por estar cerca de Monvínic, para el que no tenemos presupuesto.
Ah, y porque se come de maravilla y a partir de las 12 de la mañana.

13.4.13

OVAL. La nueva forma de la hamburguesa en Barcelona.

OVAL, C/València junto esquina Enric Granados, Barceloval.

Ya dijimos una vez no hace mucho que la moda de las hamburguesas gourmet quedaba lejos, aunque para algunos fuese una novedad. Se pierden en la memoria de otros blogs los primeros posts sobre locales donde se empezó a dignificar, y subir el precio como daño colateral y seguramente necesario, un producto tan vilipendiado como básico en nuestros gustos desde que tenemos uso de razón gastronómica: la hamburguesa. Y debe ser un negocio seguro y que va viento en popa dada la cantidad de locales dedicados al tótem vacuno, o análogo, que proliferan en esta ciudad por la que nos movemos.

Entradas dedicadas a locales hamburguesiles hemos hecho unas cuántas, incluso ya hace mucho hicimos un muy mejorable remix de locales que ya entonces despuntaban como abanderados del movimiento gourmet y que tuvo cierto recorrido en Twitter, pero por lo que vemos vamos a seguir escribiendo unas cuantas aún en nuestro futuro más inmediato.

Hoy les presentamos un local con un encanto especial por su decoración fría y nórdica que no cae en la pamplinez de querer descubrirnos nada y en el que se puede comer por alrededor de 10€ una buena hamburguesa con patatas y su bebida. No entraremos ahora en el debate del precio de la hamburguesa y saldaré el debate con un "es el precio medio que se paga hoy día en este tipo de locales", aunque nos gustaría pagar menos. Pero también me gustaria cobrar más y tampoco es así. 
Volviendo al tema, un local normal en el que comer una hamburguesa normal y que no es un espacio mínimo como los Pim Pam o los Kiosco, donde tal vez la hamburguesa sea más apetecible pero la estancia no tanto.

En Oval te presentan una carta a rellenar con tus elecciones, como en algunos de los locales clásicos citados anteriormente. Eliges, pones tu nombre y esperas cómodamente. Al menos si no está el local lleno, pero como es espacioso y de techos altos, no habrá tampoco mucho problema (supongo).
Tipo de hamburguesa, pan, queso, los ingredientes y la salsa. Si quieres ingrediente Premium (...) suma. Y si quieres acompañar con patatas o nachos, suma. 
 Yo me decanté por una hamburguesa de buey con pan de cereales, provolone, cebolla caramelizada, pimiento escalivado, pepinillos y espinacas. Salsa barbacoa, correctita, servida en vasito metálico.

 La señora de Bagel eligió también buey, pan de cereales, cheddar y lo demás deberán preguntárselo a ella puesto que no lo sé, aunque vislumbro jalapeños y pimientos por ahí.
La verdad es que nos gustaron bastante. Un tamaño adecuado y una carne al punto tirando a crudité, para disfrutarla con placer para que no pase como cuando te la dejan seca al estilo ruso.
Pero si una cosa nos llamó la atención fueron las patatas ultracaseras que sirven. Son iguales a las que hacía mi madre, tal cual. Nada de congeladas y formas homogéneas, unas buenas patatas a 3€ la ración, algo que no es fácil de conseguir en otros locales, donde se abusa de la patata de mala calidad. (sin llegar al nivel de las bravas del B Burger)
Oval no inventa nada ni creo que lo pretenda. Es un local correcto con gente amable donde disfrutar de una buena hamburguesa sin más. Ni gintonics ni carne de lemur australiano a 30€ la pieza. Una hamburguesa con sus patatas y su bebida por un poco más de lo que cuesta el ínclito menú de los del clan escocés o los de los reyes de la bazofia. Yo prefiero éste, sin duda, y por lo que me cuentan, algunas otras celebrities de la city ya se han pasado a probarlo*...¿se lo van a perder ustedes? Le daremos otra oportunidad pronto, espero, para confirmar buenos augurios.


*Aunque no sé si ellos lo prefieren, claro.

1.4.13

Marcel Santaló. A la zona alta hay que ir más.

MARCEL SANTALÓ, en la calle del mismo nombre, altura Avenir, República de Sarrià-Galvany.

En nuestra ruta de bares varios que iniciamos ya hace muchos meses siguiendo la estela del amigo En Ocasiones Veo Bares, nos hemos dejado caer por infinidad de locales que merecen más de tres aplausos. La Campana u O'Retorno como paradigma del éxito ya explicado en la entrada correspondiente y que nos sirve de garantía para seguir esa magnífica lista de pequeños lugares donde disfrutar.

Encontrándonos por la zona del Marcel, cosa algo extraña como pueden comprobar en las entradas del blog (upper Diagonal no es nuestro territorio fetiche), decidimos probar éste a ir a la ya mencionada opción campanera. Somos conscientes de que vamos tarde, de que el Marcel no es ninguna novedad y no pretendemos hacer un post del tipo "hemos descubierto un local interesante". Como digo, simplemente no es nuestra zona y la zona no es nuestro estilo, de ahí la no visita hasta el día de autos. 

Justificaciones a un lado, la visita al Marcel se saldó con un éxito rotundo. Tal cual. Comimos bastante, bien y a 11€ por cabeza. Las tapas son tapas, y si controlas un poco cuáles pides, no puede salir mucho más caro. No fue un festín pantagruélico pero sí bastante espectacular.
Podríamos haber elegido terraza, sala exterior o interior, y al no estar llena la interior optamos por ella. Lo digo porque es pequeña y si se juntan un par de grupos dentro igual ya no es tan agradable por el ruido que se podría generar. Pero es lo bueno de comer a la 1, que en pocos sitios encuentras gente y la cosa siempre es mucho mejor. Ventajas de querer ser islandeses.


Vayamos a lo degustado con cierta pasión el día de la crónica. Como pueden ver, un revuelto de tapas como mandan los cánones, regadas con abundante cerveza.

Ensaladilla rusa, muy buena e ideal para menú infantil (me la comí yo, conste en acta), junto a unas patatas bravas de nivel. De mucho nivel, la verdad. No lo parecen y la salsa es del tipo allioli pero luego se van embraveciendo y acaban por ser una brava maravilla. (Fíjense en el detalle aceitero apimentonado bajo las mismas)

 Junto a éstas, unas alcachofas fritas que nos sorprendieron. Por dos motivos: uno porque no eran las típicas chips de alcahofas, y dos porque parecían, y digo parecían, corazones de alcachofa en conserva que se habían rebozado y frito. Y estaban muy buenas, fuesen lo que fuesen. No me quejo que pudieran ser conservas, no me malinterpreten, lo que digo es que parecían y que luego nos sorprendieron porque estaban muy buenas. Pero igual era una impresión nuestra, no lo puedo asegurar. En todo caso, pídanlas y pasen este párrafo!
 Los clásicos pimientos del padrón que no pueden faltar como norma, o tradición de Miss Bagel (aunque nunca piquen!!). Pero estaban muy buenos y como coartada para la ingesta de verduras siempre vienen bien.
 En el plano general pueden ver un par de tapas más que no salieron en las fotos: chocos, muy, muy buenos, y unas croquetas que son también parte de la tradición bageliana. Hay que pedirlas siempre. La croqueta como medida de la calidad de un local y en este caso, buenas también. 
 En definitiva, una comida muy interesante a la que hay que añadir las bebidas correspondientes y que como anunciaba antes nos salió a unos 11€ por cabeza, que tal como está la cosa no está mal. (Tapas 4-5€)
Dejen el vano orgullo de barrio a un lado y visiten el Marcel, que lo merece.