27.5.12

Le p'ty mon. Creperia bretona en Barcelona.

Crepería bretona Le p'ty mon (antiguamente Ty Bihan), Passatge Lluís Pellicer, entre Muntaner y Casanova a la altura de Diagonal.
Gratísima experiencia en este semisecreto local del más secreto aún Passatge Pellicer, en la parte diagonalera de Muntaner. Vaya, a la altura del Velódromo.
Llevado allí por una persona de la que te puedes fiar cuando elige, porque entiende mucho de este mundillo del buen comer, pudimos certificar que los recuerdos que ella guardaba del lugar eran correctos. Una muy buena experiencia en su conjunto.
Un local acogedor y muy alegre como pueden comprobar en el mural que preside la estancia principal de la maison (toque kandinskyniano?) y que aún sin llenarse del todo presentaba una muy buena entrada a la hora de comer. Buena señal.
En las creperías bretonas lo normal es comer crêpes bretonas. Esto supongo lo tienen claro, pero para distinguirlas de sus hermanas no bretonas se las conoce como galettes. Y no se elaboran de la misma forma. Entre otras cosas se utiliza harina de trigo sarraceno, más oscura, lo que les da una personalidad y un gusto diferente a la mantequillosa y blanquecina crêpe clásica.
Al parecer además, en Bretaña son muy dados a la ingesta de sidra lo que agradecemos mucho, con lo que el plan no podía ser mejor: buena comida y buena bebida en un mediodía cualquiera. Es lo que buscamos aquí, nuestra razón de ser.
Sidra típica, botella, qué menos.
Vamos con nuestra comida bretona, que si no muy extensa sí muy sabrosa.
Ensalada bretona, con brotes y foie.
Galette completa. Jamón, queso y huevo. Se cuenta que fue una muy grata experiencia...
Galette de salmón. Saben de mi pasión por el pez anaranjado de aguas frías. No puedo evitar pedirlo casi siempre. Y aquí sí que puedo confirmar que fue una grandísima experiencia. Acompañado con una crema de alcachofas muy interesante.

Postres no probamos porque fuimos a comer unos pasteles caseros a otro de los lugares de referencia del blog que no quedaba lejos, pero queda pendiente para una próxima ocasión.

Resumiendo, una opción muy a tener en cuenta si están hartos de comer siempre lo mismo y no encuentran una buena opción no muy cara por el barrio, dado que las galettes están entre los 7-11€. Lo que puede subir la cuenta es la botella de sidra, pero eso ya es opcional, claro...
Muy recomendable. No se lo pierdan aunque sólo sea por la amabilidad y las atenciones de la propietaria y a la vez jefa de sala.

YECHED MAD!!


21.5.12

Bagel.

Mucho tiempo hace ya, demasiado, que no le dedico una entrada a nuestro guía gastronómico, a la luz de nuestro mundo. 
Mi amor incondicional por ese bagel de origen judío modelado para el mundo desde la ciudad de los cinco barrios y mucho rascacielo es de sobras conocido por los asiduos a esta parada. Aquellos que alguna vez han tenido la (gran) suerte de ser invitados a la casa de los sueños bagelianos han podido probar exactamente esto que hoy les traigo aquí y que comparto para que se atrevan a hacerlo en casa al menos una vez, y dejen de venir a la mía. Con cariño.
Y por supuesto espero que lo hagan más, si la experiencia les gusta.

Yo no les voy a explicar el proceso de creación-horneado de un bagel. Aquí no tenemos ese talento. Yo les voy a explicar cómo los comemos, que es mucho más rápido e interesante. Para que nos los hagan ya tenemos el Be My Bagel*, de la Calle Planeta con la Plaça del Sol en Gràcia, Barcelona. Antiguamente teníamos el The bagel shop en la calle Canuda con Plaça de Madrid, pero cerraron.
Maneras de comer un bagel hay tantas como personas puedan comprar uno. Pero en casa solo aceptamos una manera, la tradicional de la cultura judía neoyorkina: Cream cheese con salmón. Pero con un toque familiar para hacerlo algo más sabroso.
Para algunas cosas somos muy tradicionales, qué le vamos a hacer.
Qué necesitamos para esta experiencia:

BAGELS. En este caso, de sésamo y semillas de amapola o Poppy
Una vez tenemos los bagels en nuestro poder empezamos a elaborar los complementos y a preparar lo principal, en lo que sería la reinterpretación gentil de la tradición hebrea.
Primero, elaboraremos un sencillo picadillo de cebolla y pepinillos. Nosotros elegimos normalmente pepinillos pequeños en vinagre, pero si los prefieren grandes da igual porque los van a picar. Por eso se llama picadillo. He aquí una idea del proceso, que finaliza bañando ese revuelto verdiblanco en abundante aceite. Y he escrito abundante. Que luego nos tiene que chorrear o regalimar (depende en el idioma que coman) mano abajo.
Tras la elaboración con amor de ese picadillo, preparamos las lonchas de oro anaranjado de los mares del norte. Salmón pueden encontrar más barato y más caro, de piscifactoria o salvaje escocés. De Alaska o del delta del Llobregat, pero nosotros nos conformamos con uno de precio medio. No hace falta que compren lomitos en el gourmet del Corte Inglés a no ser que tengan mucha pasta para gastar. Y no es el caso.
Un poco de eneldo y algo de limón y vamos acabando la preparación para empezar a montar nuestra combinación.

Empecemos:
Bagel y cream cheese, Philadelphia de toda la vida ya va bien. Pueden probar con yogur natural o incluso con guacamole, pero igual les cae un rayo por sacrílegos. Detalle de huevo duro que utilizaremos al final.

Colocamos una buena porción salmonera sobre lo anterior.
Y montamos nuestro bagel. Picadillo sobre el salmón en cantidades abundantes. La gracia es que todo se vaya desmoronando un poco mientras nos cae el aceite por las manos. Porque lo comemos con las MANOS. Cuenta la leyenda que si cogen tenedor para esto quedan malditos de por vida o les persigue un Golem en sueños.
Tras el picadillo coronamos con porciones de huevo duro. Últimamente es tendencia en mi casa ponerlo así en plan corona huevil, pero también lo pueden picar todo sin problema y ponerlo sobre la mezcla de cebolla y pepinillo. Como prefieran. Además no se conocen maldiciones asociadas a este libre albedrío organizativo huevero.
Ya está. Ya lo tienen. No tardan más de 15 minutos en preparse todo esto y en empezar a disfrutarlo como ven en la foto (borrosa por la emoción) de abajo. Es ideal.
Y contundente. Bastante. Les recomiendo que coman un par de mitades, o tres si tienen la misma hambre que Moisés por el desierto, por persona. Nosotros nunca los cerramos en plan bocadillo. Se disfruta menos y desperdicias materia prima, en mi opinión. Pero bueno, les permito que lo hagan si quieren.
Otra recomendación es que el bagel se puede tostar antes si prefieren, o 
comer al natural según gustos.
Una cosa buena que tiene es que si van a comprar un día pueden llevarse muchos y congelarlos para consumir más adelante. No hay problema porque los pueden sacar por la mañana y a la hora de comer ya están perfectos. 
Que les aproveche. Ya son casi unos newyorkers de pro.


* En Be my Bagel también ofrecen bagels para comer allí mismo. De todo tipo, sorprendiéndome muchísimo que ofrezcan bagel de pastrami. Me dijeron que no siempre tienen porque es un producto difícil de encontrar, pero prometo que un día iré a probarlo.


**Jamás podré agradecer como es debido a BCNYC que me descubriera uno de los grandes placeres gastronómicos del mundo. Kisses!!

16.5.12

Rey en el Norte.

(Previsible título, para los que me conocen, a la entrada de hoy)


Hoy les traigo una entrada algo diferente: El brunch en Norte Restaurante.
Diferente porque es un evento que se produce tan solo una vez al mes.

Ya les expliqué las excelencias de este interesantísimo local hace unos meses. Una propuesta diferente, de alta calidad pero para nada pretenciosa, en un espacio blanco aséptico de un gusto fuera de lo común y en el que te sientes muy a gusto. Mucho.
Crean un espacio muy con
fortable en el que la banda sonora a ritmo de jazz te sube el ánimo y te pone de buen humor. (Puestos a poner música, que todos los locales se olviden de esos estruendos que no dejan degustar en paz las viandas).


Los norteños montan unas fiestas gastronómicas un sábado cada mes en lo que vendría a ser un brunch de inspiración cantábrica que son dignas de visitar. 
Aforo reducido del local + demanda desorbitada= hay que reservar en cuanto abren el plazo o reservas a dos meses vista. Yo, desde que tuve noticia de esta sanísima práctica quise participar de la fiesta. Y me costó. Hubiese querido ir el mes pasado pero ya no encontré plazas libres. Con esas, lo intenté para el 5 de mayo, pudiendo elegir incluso si queríamos turno a las 11'30 o a las 14h. Pensando que el brunch no es ni desayuno ni comida pero las dos cosas, elegimos el primer turno, por supuesto. Lo otro hubiese sido una comida normal y corriente y para unos snobs como nosotros la reunión no hubiese tenido tanta gracia. Xavi de Flavorcook y Pedro de Bijou Dixit seguro que están de acuerdo conmigo, más que nada porque compartieron la experiencia!!
Antes de seguir con la crónica, quiero resaltar la extrema amabilidad de todo el staff de Norte, desde el personal de sala hasta la cocina, que te tratan como si estuvieses en casa y te regalan una experiencia comodísima (apuesto que algunos están mejor aquí que en casa). 

Vayamos a lo que nos ofrecieron y devoramos. Tienen un menú semicerrado y van trayendo platos. Nosotros lo hicimos para compartir entre cuatro personas. Una consumición de cerveza o vino y zumos a disponer, con rellenos opcionales por el mismo precio. 20€ es lo que cuesta la experiencia brunchie.

Y esto fue lo que disfrutamos.

Zumos de sandía y menta o naranja. La duda era cómo hubiese quedado de estar frío o helado. Porque sin estarlo, ya estaba realmente espectacular.
 Variado de sandwiches. Espinacas con hummus, huevo duro con atún, y bacon con mayonesa de mostaza.
 Huevos revueltos con salmón y verduras variadas, sobre pan rústico. Puedes elegir si prefieres los huevos fritos o en tortilla. La verdura al dente, espectacular. Debajo, también revueltos pero con opción salchicha, bratswurst, y champiñones.

 Tercer plato, Queso de Zamora artesanal, de oveja y bien curado con tostadas y una de las mejores mermeladas de naranja que los Bagel hayan probado nunca. Casera, por supuesto. Salimos con la promesa de la receta.

 Postres: croissant a la plancha, tostada de pan de molde, brownie y leche frita. Les dejo detalle de la leche frita porque JAMÁS probé una igual. Cremosidad canelosa que hacía llorar. Y detalles de las mermeladas que acompañaban, naranja y fresa. Pan de molde de kilo. Espectacular.



A todo esto le sumamos unas buenas copas de vino Menganito (Verdejo) y cafés para acabar el ágape, y salimos más contentos que un Stark en Groenlandia.
Broma final lowcost acorde con el titular inicial.

Al brunch de Norte hay que volver más, no se lo piensen dos veces. 

11.5.12

Kiosco Burger. Vayan y ....

No se queden si no quieren comer apretados, presionados, engullidos por la marabunta y similares situaciones harto embarazosas. Se pueden pedir las hamburguesas para llevar y comérselas en la Ciutadella o en la Barceloneta.
Aunque si gustan del contacto social y no les importa compartir comida, charla y/o espacio vital con algún/a desconocid@ pues Kiosco es su sitio. Sin duda. (Si son de los que comen fuera de horas, mucho mejor, no cierra de 1 a1!!)


KIOSCO, C/Marqués de l'Argentera delante de la Estación de França, esquina Pla de Palau.
Aviso, porque Kiosco dada su gran RCP, se llena hasta la bandera si se diese el caso de tenerla. Abren a la 1 de la tarde, llegamos a la una y cinco y no pudimos escoger sitio. Y antes de la una y media no se cabía. Por suerte:
se supone que se va renovando la gente aposentada, porque no es un restaurante para hacer la sobremesa. Así, se puede encontrar sitio si justamente se ha ido alguien en ese momento...
Hay que tener en cuenta que es un local de moda, y eso se nota.
Pero sobre todo, es una hamburguesería mcdonaldiana con mucho más gusto.
Lo primero que hay que hacer al llegar es rellenar una hoja con la comanda mientras haces cola en un espacio bastante reducido. Eliges pan, hamburguesa y complementos varios. La lista es grande, variada y te las pedirías todas, pero bueno, tampoco hay que revelar todas las sorpresas el primer día.


Como primera experiencia tengo que decir que nos gustó mucho.
Las hamburguesas son muy buenas, sabrosas y realmente grandes. 200 gramos cada una dan para mucho. Los precios son dispares: desde los 5 a los 9€ dependiendo del tipo que elijas, y eso no está nada mal. Lejos de los innecesarios 20 pavos de La Royale. Y de calidad similar, no nos engañemos. Las patatas que nos pedimos fueron las Dos Salsas, esto es, patatas rústicas (deluxe las llaman en otros sitios) acompañadas de, oh sorpresa, dos salsas diferentes: chutney de tomate picante y un suave all-i-oli. Buenas salsas también, si señor@s. Por un problema de comunicación apuntamos tan solo una ración de tubérculo y no pudimos disfrutar del todo de ellas, ya que minibagel dio buena cuenta de casi todas.
Va, pasemos a visionar esa carne picada bien aglomerada:


Manchego. Con queso semicurado, cebolla caramelizada y tríada clásica de lechuga, tomate y cebolla.
 Clásica, para el peque. Y como las patatas cayeron en su plato, se las apoderó.
 Bodegón S.XXI.
 Australiana. Con bacon, remolacha a la parrila, cheddar y tríada.
Realmente fue un triunfo para enamorados de la cocina semisucia. Rápida, calidad, cantidad y 10€ por cabeza. Y casi que te ahorras la cena.


Lo peor, el pequeño espacio y las sillas bajas no muy cómodas. Pero no se lo tengan muy en cuenta. Es solo una hamburgueseria, como ellos proclaman. Y muy buena. De las más recomendadas de la ciudad.
Deuda saldada.

7.5.12

TICKETS. El show de los Adrià en Barcelona.

TICKETS Experience.
Tickets Bar, Avinguda Paral·lel 164, metro Poble Sec. 


Es bastante complicado definir o relatar la experiencia Tickets. A veces me siento eufórico y creo haber estado en el Paraíso de la creatividad y en otras me siento como el típico hortereta que creyendo estar en el Bulli es capaz de gastarse una pasta por un sucedáneo para guiris ilusos (o no tan guiris) que reservan con dos meses de antelación. Dualidad.
Pero personalmente me encanta la experiencia gastronómica.
Al final intentaré decidirme.

Decir también que toda la parafernalia que despliegan, desde el portero hasta unos camareros increíblementes simpáticos, son o pueden ser discutidos si quieren, pero no lo haremos hoy.



No estuve (para mi desgracia eterna) en el Bulli y por eso supongo que miro con tan buenos ojos este Tickets paralelo. Uno llega donde puede llegar.
Impresiona ver la cantidad de gente que trabaja por todos lados. Una cocina más llena que mi clase del año que viene, y que evidentemente hay que pagar luego. No me parece nada mal. Otra cosa es que debatamos desde el más absoluto desconocimiento si eso es necesario o no. Ustedes dirán si tienen elementos de debate y quieren polemizar.


La carta de Tickets no es excesivamente amplia y cuando ya has ido previamente a darte un festín, hay poco más que probar. Pero lo que hay es muy atractivo. Algunas cosas más que otras, como siempre, pero con un alto nivel medio.

De todas formas hay platos a los que su fama les precede, como son las olivas, y que son necesarias SIEMPRE. Difícil de explicar lo que provocan algunos de esos bocados. Se debería poder ir a hacer el vermut, con unas olivitas y casi que nada más.



El segundo plato obligatorio, es el Jamón de Toro, una ventresca de atún con grasa de jamón que sorprende por una textura muy curiosa, pero que al final pierde un poco de gracias por la presencia arrebatadora de unas divinas huevas salmoneras, mucho más potentes. Pero hay que pedirlo.
Luego nos pedimos lo que al final fue lo más prescindible de la comida, unas algas Codium tempureras, que eran algo insulsas, pero que fueron mejorando hacia el final. Creo que con un par de kilos les hubiésemos cogido bien el gusto .
Tras esto, el maravilloso canelón de aguacate relleno de buey de mar. Lo mejor de la comida (en mi humilde opinión), con un sabor potente, contundente, junto a la suavidad grasa del aguacate. Combinación ganadora.
Luego nos llegó un cornete de tartar de tomate con huevo esferificado, a degustar en tres movimientos. Muy interesante la combinación aunque la mejor parte es la que se vislumbra. Con el "huevo" coronando el cono.
Navajas a la plancha con jengibre por un lado y espuma de limón por otra. Carnosísimas, sabrosas, tremendas.
Pocas veces tan poco fue tanto. Mollete de papada, alias McDonalds, al que solo le falta algún tipo de salsa glamourosa que pueda redondear la experiencia. Es un bocado exquisito y del que se suele repetir. No hay más secreto.
Anchoas del Cantábrico con pan de cristal con tomate. Espectacular. No sé si son anchoas o crías de tiburón, pero son increíbles. Un placer.
Y para el final te dejan uno de esos bocados poderosísimos en sabor que arrasan con todo lo que has comido anteriormente. Lo digo por el shock del sabor, no porque sea lo mejor de la comida, aunque podría llegar a serlo. Ravioli líquido de queso Payoyo. El nombre no le hace justicia.
Y para finalizar, de postre, Bosque animado, que como es más secreto y no te dicen ni lo que lleva, no lo voy a poner. Descúbranlo!!
Precio final, junto a dos cañas previas y una botella de Inèdit, unos 50 y poco por boca.



En definitiva, que a mi me encanta Tickets
No sé si es el low-cost de los high-costs o el high-cost de los low-costs pero a mi me encanta ir y disfrutarlo. Hay que ir al menos una vez, probarlo y decidir si es un timo o un local necesario. Para mi es necesario, no lo repito más. Si quieres vas y si no quieres, pues no, pero tener la opción de ir y no probarlo puede ser una mala idea.

Y entiendo que haya gente que diga lo contrario, ya he mostrado alguna duda al principio, aunque no entiendo la crítica por la crítica. Lo digo porque igual que puedo llegar a pensar que soy un iluso horteril al que podrían timar con un sucedáneo bulliesco, existe otra corriente de pensamiento gastronómico que se intenta cargar de forma destructiva todo lo que suene a creatividad o a Bulli, reduciendo el análisis a que si te quedas con hambre o a que te engañan con efectos especiales.
Eso si que me parece más garruláceo.
Quiero más Tickets. Experiencias. 


4.5.12

Etapes. Y ésta ya tocaba.

ETAPES, Enric Granados con Pl. Letamendi costado mar, Barcelona.

El restaurant Etapes es otro de esos locales por los que pasas mil veces hasta que un día te decides a darle una oportunidad. No sabes bien porqué, pero igual lo identificas como el típico restaurante con pinta de caro y lo vas esquivando. Error.
Aunque sus vistas desde dentro no son gran cosa, como pueden apreciar en la foto inferior, les aseguro que lo que se puede ver dentro es mucho mejor. El show empieza.
Y empiezo recomendando su menú de mediodía. Un menú de carácter creativo, vistoso, efectivo y ciertamente espectacular. Como podría decir alguno, por 15'50€ ya podrían poner copas de oro, pero no es el caso. Prefiero pagar por lo que como y no por los superfluos avalorios. Y este menú se ha ganado la consideración (si es que les sirve de algo) de quien les escribe.
Una dura elección se presentaba ante tan dichoso menú. Pero bueno, los que me conocen algo ya saben que casi nunca me resisto a un salmón o a una buena pieza de carne, así que...

Aperitif obsequio de la casa. Unos chips de yuca o maíz, no recuerdo lo que me dijeron que era...Mal hecho porque los deben producir en toneladas ya que sale además en los DOS platos del menú.
Un servicio de pan realmente mejorable por la cantidad, no por la calidad. Un poquito más y no pasa nada...
El carpaccio de salmón y bacalao, con un toque de cilantro. Gran detalle con el mango y el apetecible pimiento de padrón. Buen plato, ligero, aunque algo falto de intensidad salmoneril.
Jarrete de cordero con trinxat de patatas. PLATO GANADOR. No sé explicar lo sabroso que estaba. Una sensación absolutamente placentera. Diría que el menú valdría la pena sólo por él. Dejo dos fotos que no le hacen mucha justicia. El trinxat, bastante rechamuscado, espectacular también.
Postre, pa de pessic de nueces y plátano. Acierto. Una gran combinación, suave, esponjoso, delicioso.

Un menú a tener en cuenta, de los Topik style.
No son menús a 9€ y se nota el por qué. Ofrecen calidad superior y unas experiencias de mediodía que equivalen a ir a algunos de esos restaurantes carísimos en fin de semana.
Etapes ofrece también menús degustación algo más caros (25-50€) por las noches y fines de semana, pero esos los dejo para más adelante, para cuando mi sueldo deje de bajar.

Vamos, que vayan ustedes.