CAFE EMMA, C/Pau Claris entre València y Aragó, Barcelone Ville.
Hoy les hablaré de un lugar con el que tengo una extraña relación. El Cafe Emma desde sus inicios me ha desconcertado a la vez que gustado en una extraña mezcla de sensaciones que intentaré transmitirles en las próximas líneas.
Este local es una especie de "sucursal" low cost (y potencial franquicia según su web) de un restaurante estrellado en Toulouse, del chef Michal Sarran, con lo que en principio debería ser una garantía (...) indudable. Así, los reportajes que se le hicieron al inicio de su andadura barcelonesa dejaban claro que estábamos ante un bistró cuasiparisino en el corazón del Eixample. Aunque uno no acaba de saber bien del todo qué es un bistró parisino cuando ha estado en París y los restaurantes no acaban de parecerse entre sí. Y cuando se le llama bistró a algo fuera de Francia, puedes temblar directamente, como si te pusieran unas tapas en Finlandia.
Pero dejando de lado la polémica nominal o conceptual, el Cafe Emma es un restaurante de indudables aires franceses. Y bastante bonito, todo hay que decirlo, aunque su gran terraza en la fachada del local pueda ser incluso ilegal...
Pero nada, dejando otra vez de lado las polémicas nominales y formales del local, vayamos a lo que nos interesa.
He estado, creo, tres veces en el Emma y las tres veces he tenido la sensación que les anunciaba en el inicio del artículo. Raro. ¿He comido bien? Sí. ¿Ha sido una experiencia completamente positiva? No. Pero bien, pero no del todo. Argumentos. Se come realmente bien en el Emma, y su menú de mediodía entre semana (al final del post) es bastante interesante, por unos 14-15€ (ahora 17!!!). Pero fuera del menú, es algo caro para lo que acaba ofreciendo. Platos o platillos de calidad pero algo escasos aunque de precio van sobrados, y sobre todo su plato estrella es mejorable. Pero es muy bueno. Seguimos con esa dualidad. Su plato estrella son los macarrones de bogavante, que como podrán apreciar entre las fotos han cambiado el color de su salsa desde sus inicios y han mejorado, pero siguen teniendo un problema: los traen en una fuente individual caliente que denotan que han sido recalentados sin más. Ojo, repito que están muy buenos, pero están como producidos en serie y recalentados para servir. Igual no es así, pero lo parece, no lo sé. La sensación existe y hace que baje puntos en la apreciación.
Mejorable también es la formación en vinos del servicio, por ejemplo, aunque no creo que sea un problema específico del Emma, lamentablemente.
Pasemos a los platos y juzguen ustedes.
Para empezar sirven en cada mesa una mantequilla muy buena, para untar con unas tostaditas. En esta foto pueden visualizar al fondo como el bote de lo que era una especie de mantequilla de anchoa ya está vacío...
He estado, creo, tres veces en el Emma y las tres veces he tenido la sensación que les anunciaba en el inicio del artículo. Raro. ¿He comido bien? Sí. ¿Ha sido una experiencia completamente positiva? No. Pero bien, pero no del todo. Argumentos. Se come realmente bien en el Emma, y su menú de mediodía entre semana (al final del post) es bastante interesante, por unos 14-15€ (ahora 17!!!). Pero fuera del menú, es algo caro para lo que acaba ofreciendo. Platos o platillos de calidad pero algo escasos aunque de precio van sobrados, y sobre todo su plato estrella es mejorable. Pero es muy bueno. Seguimos con esa dualidad. Su plato estrella son los macarrones de bogavante, que como podrán apreciar entre las fotos han cambiado el color de su salsa desde sus inicios y han mejorado, pero siguen teniendo un problema: los traen en una fuente individual caliente que denotan que han sido recalentados sin más. Ojo, repito que están muy buenos, pero están como producidos en serie y recalentados para servir. Igual no es así, pero lo parece, no lo sé. La sensación existe y hace que baje puntos en la apreciación.
Mejorable también es la formación en vinos del servicio, por ejemplo, aunque no creo que sea un problema específico del Emma, lamentablemente.
Pasemos a los platos y juzguen ustedes.
Para empezar sirven en cada mesa una mantequilla muy buena, para untar con unas tostaditas. En esta foto pueden visualizar al fondo como el bote de lo que era una especie de mantequilla de anchoa ya está vacío...
Una ensalada de aguacate con buey de mar. (16€)
El mítico plato de macarrones con bogavante versión actualizada, Dark edition. Espectaculares, se disfrutan muchísimo, y si pareciese que están hechos al momento, mataría por ellos. Y la ración está bien pero algo más tampoco iría mal. Pero sigue siendo más barato, creo, que un plato de La Tagliatella, por ejemplo. (12'50€)
Blini de salmón, algo mejorable y ciertamente tamaño XS. (No encuentro el precio)
Detalle de los macarones...
Y aquí les dejo el menú escogido cuando fuímos la primera vez, recién abierto y que nos salió mejor de precio, indudablemente.Huevos Benedictine al salmón. Muy recomendable.
Quiche Lorraine. Porción.
Macarrones al bogavante, Light edition de los inicios. Muy buenos.
Onglet a la plancha con escaluñas, una acertada elección aunque las patatas eran mejorables por ser ciertamente vulgaris.
En definitiva es un local interesante. Pero al que hay que ir sin pretensiones de encontrar el bistró definitivo ni nada muy espectacular. Se come bien pero en cuanto te despistas te vas a 30€ por cabeza sin darte cuenta y eso deben tenerlo presente.
Ideal si quieren ser franceses por un rato o un poquito snobs. O las dos cosas. O si quieren probar esos macarrones, simplemente.
Es un buen local, es bonito, la cocina es exclusivamente francesa (y sus vinos diría que también) y tienen mucho gusto, pero. Pero.