26.5.13

bBurger. Let it be.

bBurger, C/Aragó esquina Entença. The burger city that never sleeps and never stops opening burger diners.
Hemos perdido la cuenta de los locales hamburgueseros que hemos visitado en los últimos meses, y seguro que ustedes han visitado más de uno y más de dos en el mismo tiempo (tienen la etiqueta #burgerhunters aquí al lado o en Twitter).
Ya saben que hay una fiebre por este tipo de locales, y viendo el gran éxito que tienen muchos de ellos, está claro que seguimos teniendo por delante una época dorada para los adoradores de la carne picada entre los que me encuentro (como si no lo supieran).

En este caso tenemos ante nosotros otra de esas aventuras arriesgadas de un par de jóvenes con ganas de tirar adelante en momentos de oscuridad y dificultades como son éstos a los que nos han traido unos cuantos desaprensivos e incompetentes. Jóvenes con ganas de luchar y salir adelante. Desde aquí los apoyamos (incluso si no son tan jóvenes) cuando son honestos y su proyecto vale la pena, como es el caso (y otros de los que ya les hemos hablado). En bBurger nos encontramos con dos socios que se reparten el trabajo. Uno cocina y el otro nos recibe y atiende en la sala. Uno cocina de maravilla y el otro atiende y aconseja al mismo nivel. Una sala pequeña pero confortable y decorada con un gusto exquisito. Nada más entrar se van a dar cuenta de ello.
Gusto y clase.

Aquí la carta al completo. Muchas hamburguesas para elegir, buena carne de buey y de tamaño considerable (apropiado, aunque pueden hacerlo XXL si lo prefieren) y opciones para todos. Últimamente nunca falta la opción vegetariana, cosa que celebramos, y en este caso y como novedad porque es la primera vez que lo veo y me interesa, la opción b-baby con hamburguesa más pequeña y más barata. Ideal muchachada que normalmente se deja la mitad de la hamburguesa en el intento y que gusta comer lo mismo que los padres, como debe ser.
Como mandan los cánones, unos entrantes variados y con gusto en el que sobresalen, sin duda, las patatas bravas...
 bBurger se caracteriza también por su oferta cervecera. Artesanas como me gustan pero sin dogmas. En este caso, La Pirata con una cerveza fuerte y amarga, como la vida misma. Me consta que siguen buscando las cervezas ideales para el local siguiendo esta filosofía artesanal (también tienen, por ejemplo Eixample). Una gran iniciativa, ir rompiendo también el tabú de la gran marca que todo lo domina y hace que bebamos siempre lo mismo. Pero que conste que también tienen Paulaner, Cruzcampo Gran Reserva, Guiness, Heineken y Buckler. Nada de dogmas, oferta y variedad.
Pero si en algo destaca principalmente bBurger es en la comida, qué demonios. Se come divinamente y es un local muy agradable al que vale la pena acercarse. No lo duden. Pasen y vean.

Les presento las bravas top 3 de las que yo haya probado en esta ciudad. Y digo que haya probado, que mucho incauto se tira aquel rollo que sirve para todo de "lo mejor de la ciudad", sin haber probado "todo" lo que hay en la ciudad, evidentemente. Para mi, de las mejores, un escándalo por 3'5€. Y así se lo dije a ellos.
Es un plato en sí, una cantidad considerable y un gozo total. Una salsa cremosa y pimentonera que le da el toque definitivo. Justifican el paseo. Y nada de patata congelada, faltaría más.

Y sobre las hamburguesas, espectaculares. Aquí tienen una muestra:

La b-mozart con su brie, su berenjena, tomate y mostaza. (de dónde el nombre?)

 O la b-buddha, con sus germinados, su shiitake y su salsa teriyaki. Placer del bueno.

Hamburguesas jugosas, ideales de tamaño y producto de calidad. Detalles especiales y variedad en los mismos. No se aburrirán porque hay mucho que probar y todo vale la pena. Otros expertos hamburgueseros han dado fe. No crean que todo es cosa mía.

Gente que se la juega, gente que lucha por lo que cree y que está dispuesta a darlo todo por su negocio. Gente honesta que trabaja muy bien.
Larga vida a la buena hamburguesa y a los buenos hamburgueseros.

19.5.13

CA LA NURI PLATJA. Summer is coming.

 CA LA NURI PLATJA, Paseo Marítimo de la Barceloneta, antiguo Somorrostro y tal vez futuro vecino del Puerto de yates de lujo que nos quieren enchufar el gobierno de derechas de la ciudad.
 Visitar la Barceloneta y sus playas es un absoluto privilegio que algunos quieren quitarnos. Se ha convertido en un vicio correr por sus playas y comer en sus restaurantes. Desde los más de interior a los de primera línea, aunque éstos últimos a veces se van de presupuesto. En las últimas semanas nos hemos dejado caer por El Vaso de Oro, Jai-ca o este Ca la Nuri, disfrutando siempre de buena comida y del encanto especial de este barrio de increíble historia.
Tras estas fotos desde la arena frente a la terraza del restaurante que nos ocupa, hablemos del local en sí. Ca la Nuri es una marca que ha ido expandiéndose por la ciudad, con dos restaurantes de diferente oferta que se complementan entre sí. Platja, arroces y comida marinera y Terra, carnes y brasa.
Buena materia prima, buena cocina y experiencias recomendables.

Quisimos darnos un homenaje de inicio de temporada veraniega en primera línea de playa y escogimos Ca la Nuri porque su fama le precedía y teníamos buenas referencias. No nos equivocamos. No es un restaurante barato como no lo suele ser ninguno de los que se dedica al arroz de calidad en Barcelona, pero ya saben que si se modera la ingesta de alcohol y el tema del postre, la cuenta puede quedar más que arregladita. En nuestro caso además ya nos la jugamos con el entrante, pero lo explico ahora.

Sabíamos y teníamos claro que íbamos a comer arroz. Para variar, modo ironía en On, los arroces son para dos personas. Así que lo de combinar, pues no. Vale, no pregunté si los hacen para uno, pero la carta es clara al respecto y sigo sin entenderlo. Si es un local de arroz en el que se consume por toneladas, ¿no se pueden cocinar paellas más grandes para tener preparadas unas raciones individuales? No entiendo de servicio de cocina, pero es una limitación que no acabo de comprender. Pocos restaurantes se atreven con el arroz para uno, pero los hay. ¿Por qué en unos sitios se puede y en otros no? ¿Cuál es el secreto o la magia arrocera?

El día de autos, sábado de buen tiempo que aprovechamos para pasear por la playa, elegimos el siguiente menú: navajas como entrante y arroz de segundo. Para el pequeño unos buenos calamares a la romana de los que no hay foto, pero vaya, ya se hacen a la idea de cómo eran.

Las navajas nos fueron ofrecidas fuera de carta y con el plus de ser del día, recién traídas de la llotja, con lo que ya sabía que no iban a salir baratas. El capricho. 15€ bien aprovechados, porque estaban realmente espectaculares. Vigilen siempre con el OFF carta...en este caso salió bien por la calidad (no crean que celebro gastar 15€ en 9 navajas).
De segundo, el arroz. Nos costó elegir entre la oferta al tener que ponernos de acuerdo los dos, pero al final elegimos un arroz curioso y con presencia de pescado:
Un arròs fosc de l'Empordà amb cintes de sèpia. Lo disfrutamos hasta el último grano. De sabor potente, fuerte y no apto para paladares sosainas hechos al arroz blanco. Un grano al dente como debe ser y unas cintas blancas para complementar muy adecuadas para el juego cromático.


Una muy grata experiencia arrocera que será tenida en cuenta para futuras incursiones porteñas. A la cuenta, además de los 15 de las navajas, hay que sumar unos 19€ por plato de arroz. Ya saben, el precio medio del arroz en la ciudad, alrededor de los 20 casi siempre.
Si vale la pena, como en este caso, adelante. En otros sitios, con precios más bajos, la experiencia ha sido mucho peor...No es una ley y nos gustaría que los arroces salieran a 10€ el plato, pero si no puede ser, al menos que sea bueno. Y en este caso lo fue. Buen servicio, amable, atento y buena comida.
Déjense caer por la Barceloneta y salvémosla de la especulación.
Opongámonos a los cambios que la convertirían en una vulgar Mónaco.

12.5.13

MAITEA.Volviendo a Donostia en Barcelona.

MAITEA, C/Casanova entre Còrsega y Paris, Barcelona euskaldun.

Locales como Maitea hay pocos. Calidad, gran variedad, gran servicio, buen precio, cocina abierta en horario intensivo de 11h a 24h y otros detalles lo convierten en uno de los restaurantes favoritos de muchos conocidos y amigos del blog y de buena parte de la comunidad que se mueve por Foursquare. Lo habíamos visitado hace ya tiempo y en las últimas semanas y debido a la necesidad de comer a horas intempestivas (las 4 tocadas) he podido visitarlo un par de veces para eso que sería hacer un express de garantías.

Garantía y éxito. No es un restaurante caro y al poder elegir entre pintxos y platos, tú mismo eliges el nivel de gasto programado. Vaya, que por 10€ te enchufas un plato, un par de pintxos y aún bebes. Ideal para bolsillos bagelianos semisibaritas.
Maitea tiene una barra donde comer in situ los pintxos y al fondo cuenta con dos comedores. Uno tocando a la barra, pequeño, y otro tras una puerta con aspecto de caserío medieval vasco. Pueden reservarlo incluso para cenas de grupo si lo desean, según leo en su web.

Ya conocen mi predilección pintxera en Barcelona, pero Maitea no se queda muy lejos. La unidad sale algo más cara, unos 10-20 céntimos, pero la variedad y la calidad de las que les hablaba al principio hacen que valga la pena sin dudarlo un momento. Lo que lo diferencia del referente donostiarra por antonomasia es la selección de platos y platillos. Maitea tiene una gran oferta de platos a precios muy competitivos. Traduciendo, que no es caro y se come muy bien. (lástima de calidad de fotos...)

Aquí el menú de un par de días de visitas.
Potxas a la vasca. Para el que no lo sepa, las potxas son potxas y las sirven a la vasca, de ahí el título del plato. Y con piparras, que es el nombre que reciben en el País Vasco las piparras, y que aunque lo parece no pican. Un plato de cuchara muy recomendable para jornadas de verano en Sevilla. En el caso que nos ocupa, no fue un plato excesivamente potente. Esperaba algo más fuerte; tal vez falto de sal.

En segundo lugar, aunque no desvelaré si lo comí el mismo día que las potxas o en otro distinto, unos huevos fritos con txistorra y patatas de impresión. De aquellos de querer que el pan no se acabe nunca. Muy bien.
Y aquí una breve selección de pintxos. Bueno, una foto con un par. No van a poder saber qué sabor tenían, pero les aseguro que los comería cada día, para desayunar y merendar incluso. El clásico con tortilla patatas y el más clásico aún de ensaladilla cangrejera. Éxito. Ya lo he dicho muchas veces y lo repito, viviría a base de pintxos toda mi vida. Pero de los buenos.
En definitiva, una opción muy recomendable y a la que seguiremos yendo de forma recurrente.
Un local que es un (relativamente) gran desconocido, y que se merece algo más de fama. Muchos incondicionales, entre los que nos encontramos desde hace tiempo, pero fuera del ruido mediático. Vayan, disfruten y repitan.

PS: Soy consciente de que algun@s vendrán buscando más hamburguesas al blog, pero no se preocupen. La próxima semana o la siguiente, volverán, y si tienen mono ya saben que en Twitter les explicamos muchas más cosas y de forma más inmediata, con lo que si visitamos alguna hamburguesería durante estos días, se enterarán ipso facto. A veces comentamos que existe una burbuja hamburguesil, pero lo cierto es que las entradas sobre este alimento son las más visitadas...Así que interés debe haber.


6.5.13

PIJAMA Restaurant. En ídem y a lo loco.

PIJAMA RESTAURANT, C/La Granada del Penedés entre Balmes y Tuset, Barcelona.

Ya sabemos que cuando en gastronomía se habla de "Pijama" a la mayoría nos recorre un escalofrío por todo el espinazo al venirnos a la mente un infausto postre viejuno ochentero que tenía tan poco sentido como la mezcla de la hamburguesa y el gintonic. Por suerte ese pijama pasó a mejor vida (espero) y el que ahora nos ocupa tiene bien poco que ver. Pijama Restaurant no recibe su nombre por ese postre, ni tan siquiera por la prenda de vestir nocturna y a veces innecesaria. De hecho, ahora que lo pienso no sé por qué ese nombre. Habrá que empezar a pensar en documentarse antes de escribir. 
En todo caso, Pijama es un más que recomendable restaurante de hamburguesas en la zona por encima de Diagonal antes de llegar a Travessera de Gràcia. Una localización con pedigree junto a la Tortillería Flash Flash o frente al mítico il Giardinetto, con lo que no se puede faltar al respeto a la calle.

Y no lo hace. Llevado por un par de chicos jóvenes llenos de ilusión y que habían trabajado en La Royale, en este pequeño restaurante van a poder disfrutar de una buena hamburguesa sin más pretensiones. Digo sin más pretensiones muchas veces y lo sé. Pero es que ya me harté hace tiempo de ir a locales que sí que las tenían. Yo quiero comer bien, sin tonterías, ni ínfulas ni gintonics de por medio. Por eso no nos gustó La Royale, por ejemplo. Qué quieren que les diga, ya saben que no estamos para tonterías con el dinero que nos gastamos.
Lo que hace especial a Pijama no son sólo sus hamburguesas (las mejores de Bcn según su web anuncian de forma temeraria y sin complejos), ya que ofrece una amplísima gama de entrantes que pocas veces se van a encontrar en este tipo de locales. Les dejo con la más que hiperbólica carta.

Valoramos la cantidad de oferta en todos sus campos y todos sus precios. Desde la primera croqueta hasta el último postre. Precios competitivos y acorde a la calidad que ofrece. Acabemos con las ínfulas y los sobreprecios.

Nosotros optamos por esta ensaladilla rusa ensartada a la manera Vlad Tepes y que nos gustó muchísimo. Sin tonterías cañoteras ni rollos por el estilo, simplemente una mezcla de verduras con algo de chorizo y lomo que le dan un toque especial nada presuntuoso. Éxito.

Tras el entrante de rigor del que quedó menos que de las tropas de Hitler en Stalingrado, pasamos a los principales, que fueron un par de esas hamburguesas de las que nos gustan por su tamaño, sabor y calidad. Vaya, dos pedazos de hamburguesas dignas de ser disfrutadas como reyes de algo o faraones del Bajo Egipto.
En mi caso, una Barbacoa como casi siempre. Algo hay en esa salsa milenaria que me llama siempre...a destacar el Cheddar, el pepinillo y la cebolla frita à la Ikea. Colosal.


En el caso de miss Bagel, una Cheese Burger de toda la vida, con su bacon crujiente y chisporroteante como corona de la misma. Toque vegetal para aligerar la combinación....
Dos hamburguesas de proporciones bíblicas que nos gustaron muchísimo. Sencillez y calidad. 
De postre, otro acierto. Variedad relativa pero de alta calidad y precios moderados. 3€ a estas alturas de la película es algo a tener en cuenta. Ya pensábamos que no bajaríamos jamás de los 4 ó 5 de rigor que te clavan por cualquier bola de helado en locales de lo más variopinto. En Pijama, un TIRAMISÚ que nos encantó por una sencilla deconstrucción de alta suavidad. Cremosidad contundente, gran postre para un amante del tiramisú como quien les escribe. Gran acierto en la elección y en la ejecución.
Detalle del ensartamiento preceptivo, clave en la deconstrucción. 

Pijama es un pequeño local dónde se hacen cosas bastante grandes. Me consta que por las noches o fines de semana se llena bastante, con lo que les aconsejo reservar (yo lo hice vía Facebook, tal cual) o ir al mediodía entre semana si pueden porque no encontrarán agobios que arruinan experiencias.
En todo caso un restaurante digno de nuestra búsqueda #burgerhunters. Seguiremos en la senda de la aventura. Bien alimentados y a precios razonables (unos 13-14€) si puede ser.