25.7.13

BREAD & CIRCUSES. Americanas que no hacen hamburguesas.

 BREAD & CIRCUSES, C/Blasco de Garay por encima Pl. Del Sortidor, Dry Town Under the Mountain.
 Que el barrio del Poble Sec vive una renovada fama y vitalidad gracias a mil garitos de interesante visita es una evidencia. Es, sin duda, un barrio para perderse y para disfrutarlo en cantidades ingentes. Locales como el Celler Cal Marino o la Cerveseria Jazz son una pequeña muestra de las cosas bien manufacturadas que se hacen in the hood y hacen que nos veamos obligados a pasarnos por allí con mucha frecuencia (la fiesta de la Cerveza artesanal de hace unos días frente al Molino tampoco estuvo nada mal).
Nos gusta ir y nos gusta descubrir nuevos garitos. Y aquí volvemos a encontrar uno más que recomendable. Junto a la plaça del Sortidor, un par de americanas entrepreneurs han montado un local de bocatas contundentes y originales más que recomendable.


Para empezar, la pre-historia curiosa. Nos plantamos en la puerta a las 13’30h, sin nadie en el local. En la web indica que abren a las 11. Al pedir, la chica tras la barra nos comenta que aún no ha llegado la jefa con algunas de las materias primas que se necesitan para elaborar los tremendos bocatas. Que volvamos en 20 minutos mejor. Así hacemos y nos vamos al Cal Marino a tomarnos un vermut y unos quesos. Y volvemos. Y nos encontramos con la puerta cerrada y un cartelito que pone “Back in 10 minutes”. Raro, sobre todo porque no ponía cuando se había colgado. Nos vamos a la plaza a tomar otro tentempié mientras controlamos la puerta del local. Y abren. Y nos ponemos en marcha. Pero ni rastro de la anterior chica que nos había atendido. ¿Había sido una ensoñación? ¿Un espejismo derivado del calor intenso del día? Daba igual, ya estábamos allí y listos para pedir ante una chica americana de las de verdad (la jefa?).

Aquí tienen toda la variedad de bocadillos que sirven, destacando para mi gusto los de pastrami, buey y pollo asado. Con oferta atunera incluida. Opción de bocata grande a 9€ o mitad a 5. Evidentemente, pónganos el enterito que hemos venido a jugar.
 Y una declaración de principios total:
 Evidentemente, no habrá #burgerhunters posible aquí...pero igual no hace falta, porque los bocatas son de impresión.

Yo me decidí por el The Litigator, buey asado a tutiplén, con provolone por encima. Delicious. Pan ligeramente tostado pero no duro. Muy manejable y muy comible. Detalle pepinero del que somos muy fans.
Miss Bagel siempre mucho más discreta, optó por el de atún porque va un poco más de sana.

 El Alchemist con pa de pagès como otra opción presente en el ágape:
 Para beber, no tienen refrescos al uso. Los hay pero no son cocacola o fanta. Deben ser americanos o en plan refrescos-zumo de frutas que están de moda. Optamos por la cerveza, Moritz en este caso, y como apunte del día decir que si no les convence mucho, mezclando una normal con una Epidor resulta una cerveza bastante digna.
Y el postre otro triunfo total. Había helado casero de melocotón y jengibre, pero optamos mayoritariamente por el Ice Cream Sandwich. Brutal. Contundencia a base de unes galletas de arándanos caseras y helado de vainilla no casero como relleno. Medio kilo de postre que me apasionó. Ya conocen mi faceta poco dada al dulce...Muy recomendable si no tienen problemes de dietas. Y si tienen, que se jodan un rato esas dietas y disfruten.
Para cerrar, decir que tras este magno bocata, un par de cervezas y este magnífico postre de a kilo, salimos a unos 15€ por cabeza. Un buen precio para una buena experiencia bocatil. Al menos algo diferente.
Siempre mejorable si el local fuese más fresco, pero si sobrevivimos al Cal Marino el año pasado, lo del Bread y sus circos es más que soportable. Volveremos a por el bocata de pastrami, sin duda.