6.8.13

La Pubilla. Ya está crecidita y trae un pan bajo el brazo.

LA PUBILLA, frente a una puerta del Mercat de la Llibertat, Gràcia Town.

La Pubilla es un clásico. Un incunable de los buenos. Míticos son sus esmorzars de forquilla y su menú, sobre todo porque poca gente lo ha probado...Bueno, exagero mucho para decir que yo lo he intentado dos veces a horas tan intempestivas como las 13'30h y nada, sin sitio. Así que sigue siendo un misterio aunque algo nos dice que vale bastante la pena.

En el caso que nos ocupa la cita era mucho más temprano y con otro propósito. Bueno, un par de ellos. Primero desayunar, que es una costumbre a la que tengo bastante cariño como ya saben y a la que no falto ningún día. Y segundo es que era una cita/akelarre con otro par de bloggers con muy buen gusto y talento gastronómico: los grandes Víctor y David. Había que escoger un local de garantías sí o sí. Y sin duda La Pubilla lo es. Nos pusimos de acuerdo muy rápido. Como en casi todo.

El local en sí es del tipo viejuno moderno, es decir que combina una estética clásica vintage (...) con toques actuales y de cierta tendencia, como fotos sugerentes en las paredes, pósters o colecciones de revistas de gastronomía en los estantes. Detalles. (Local abierto desde 1912)

Este es el menú que se ofrece por las mañanas. Brutal y descarnado espectáculo. No se hacen rehenes y no se negocia con terroristas. Se va a por todas y no se admiten cupcakes ni tortitas. Si se admitieran ya no sería un esmorzar de forquilla, sería otra cosa. Y aquí la cosa está clara. Se come muy bien y a un precio más que aceptable. No son los dos euros del café con leche y croissant, pero es que la comida tampoco lo es. Sin miedo.
 Hemos ido un par de veces y hemos salido más que satisfechos. Por menos de 10€ desayunas-comes y te tomas algo. Vayan a las 11 de la mañana y ya tienen la comida hecha. Luego cenan a las 19h y pueden sentirse nórdicos por un día. Si vuelven a tener hambre a las 23h, ya no es culpa nuestra, busquen un Seven Eleven como en las pelis americanas de antes.

En mi primera visita me agencié este clásico de Ous ferrats amb butifarra negra. Hay que reivindicar mucho más estos platos. Hay que pedirlos más. Hay que ofrecerlos más. Hay que comerlos más. Fue una experiencia orgásmica viejunil, retrotraído a esa infancia pueblerina rodeado de morcillas colgando. Lo más. Un desayuno más que de campeones. Sin menospreciar el arte del huevo...Así se hace un huevo y así se disfruta, pudiendo mojar y remojar en ellos. Para eso es un huevo. Si no, ¿de qué?
 El pan en La Pubilla es otra maravilla. Por culpa de esta manía de ser un indocumentado no pregunté de dónde lo traen, pero es de alta calidad e ideal remojamiento huevil.

En la última visita opté por los magnos huevos y la Terrina cruixent de peu i morro. Sin palabras. Hice caso a otro gran comedor de esmorzars de forquilla y no falló. Garantía. Un más que platazo para mojar, revolver los huevos y sobre todo disfrutar mucho. Ya saben que lo hago por ustedes.
 Al fondo el mítico pan requemadete.
En la ocasión que me acompañó minibagel se tomó unas buenas salchichas con patatas y no dejó casi nada...No se puede negar que es hijo mío aunque haya salido más guapo que quien les escribe.
La Pubilla es un local interesante. Aunque las cantidades, según leo en otras crónicas, no sean muy grandes, la verdad es que la posibilidad de poder comerte un par de huevos fritos con butifarra cualquier mañana y de esa calidad es algo que tiene que pagarse por algún lado. Yo lo he hecho encantado las dos veces que he ido. Un servicio atento, sin agobiar y sin parafernalias, discreto, efectivo y a comer.

Recuerden que siempre nos decían que el desayuno era la comida más importante del día. Pues a rajatabla, a cuchillo y a tenedor. Larga vida.

4 comentarios:

rhuandsam dijo...

Bona teca i bona companyia ;-) i els ous ferrats com m'agraden, torrades a les bandes!

David B. dijo...

MOLT I MOLT BÉ. ;)

Mar Calpena dijo...

Si no avisáis cuando vais a hacer desayunos de forquilla, no t'estic amiga, hombre. Qué hambre.

Anónimo dijo...

Un lloc boníssim!! Dóna gust anar-hi a esmorzar i després comprar al mercat de la Lliberta. Crec que ho hauré de fer més sovint...