EL MOLÍ DEL MALLOL, Montblanc, Tarragona. Sí, no nos hemos equivocado.
Las tierras de Tarragona son a la vez cercanas y lejanas. Conocidas masivamente pero ocultas al gran público. Murallas y anfiteatro, circo y playa. Pero, ¿qué sabemos, por ejemplo, de ese Císter medieval que moldea la región?
La Edad Media es una gran desconocida, manipulada entre torneos que nunca existieron como los que presentan las películas o en historias más propias del misticismo de las nieblas de Avalon o de las aventuras del Rey Arturo. Brujas, hechizos y suciedad. Oscuridad e ignorancia. Y aunque parcialmente real, ciertamente lejos de la verdad histórica. Imágenes decimonónicas decadentes que tergiversan una historia que se pierde en el imaginario imaginado.Todo esto lo explico porque aprovechamos la visita a los monasterios de la Ruta del Císter para pasarnos por este estimable restaurante en Montblanc. Y no les voy a explicar nada más de historia porque ni es el momento ni el lugar ni quiero que cierren la pestaña antes de ver las fotos...
En el trayecto entre Santes Creus y Poblet, dentro de una visita que rezumaba cultura por todos los poros (y lo digo por los monasterios como centros de conservación cultural durante siglos, no por nosotros en particular), paramos a medio camino en el restaurante que unos sabios amigos habían escogido para el ágape nada frugal que nos íbamos a dar. Un local con caliu y que escondía varias sorpresas para el profano en esas tierras.
El Molí es un restaurante tradicional en el que se dan el lujazo de añadir más de un toque de cocina creativa, y salen muy bien parados. En estas aventuras gastronómicas de querer impostar un cierto estilo hay más de uno y más de dos que se han estrellado, pero no en plan Michelin si no literal. Y no es el caso aunque sobre reducción de Módena.
Les dejo con algunos de los platos disfrutados en el homenaje, aunque el único pero que le vamos a poner a la experiencia sea que no van a encontrar postres al demorarse demasiado la espera y tener que llegar a tiempo a Poblet, que es Patrimonio de la Humanidad y no nos lo íbamos a perder ni por el mejor postre de Tarragona.
Vamos:
Detalle de la decoración. ¿La pizarra está demodé?
Como segundo entrante compartimos unos foie artesanales muy curiosos, rellenos de ciruela o nueces, acompañados con una especie de compota de manzana. La verdad es que fue un toque sorprendente y que nos agradó sin discusión.Uno de los platos estrella del día fue este Timbal de huevo de corral trufado con virutas de jamón ibérico.
Cochinillo asado con mermelada de tomate y setas. Divino manjar de dioses carnívoros. Una carne sabrosa, suave y melosa que es un placer prohibido en algunos estados.
Farcellet de Peus de porc y butifarra negra con caracoles. Una curiosa presentación para un plato que gustó a la parroquia. Abstenerse gente con poco gusto por las babas con cáscara.Costillitas de conejo. Un plato delicado y ligero como el animalejo mismo. Delicassi.
Delícies de porc ibèric a la llosa. Qué más decir...carne de alta calidad y una llosa bien caliente para acabar de hacerla. Y no me vengan con la tontería esa de que si tienes que acabarte de hacer la carne te quedas en casa y no vas a un restaurante. Venga ya. Qué placer.
Por último una ración carnívora que no recuerdo lo que era al estilo Fundació Tàpies. Bien, no se llamaba así pero lanzo la propuesta a los directores del local.
En definitiva, si están por la zona, cosa que deberían hacer en algún momento del año para visitar esos monasterios medievales de forma obligada, aquí tienen una gran opción que no les va a defraudar. El precio final ronda los 30€ por cabeza, porque las cosas que de verdad valen la pena a veces se tienen que pagar.
3 comentarios:
Todo muy apetecible, felicidades, por cierto, por lo que has puesto en las fotos no me parece caro 30 euros por persona...
Gracias David, la verdad es que además el vino de la casa era muy digno, así que el precio final estuvo muy bien, sí. Hasta pronto!
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