17.1.08

59. Vida y destino, de Vassili Grossman

No pierdan la oportunidad de leer este magnífico libro. Con esto ya podría acabar el artículo y me quedaría tan tranquilo. Pero Vida y destino, de V.Grossman, es un libro mayúsculo. De los que no quieres que acabe nunca. De esa categoria de libros épicos que tardas tanto tiempo leyéndolos que parece que formen parte de tu vida desde siempre. Y no quieres ver el final.

Leyendo el imprescindible libro Stalingrado de Antony Beevor (autor respetado y querido en este blog aunque tiempo hace que no me llega nada suyo...) me encontraba de tanto en tanto por sus páginas con la aparición cuasi fantasmal de un personaje apocado, con unas gafas negras semirotas, dando fe como periodista de la batalla más grande jamás librada. Y era Grossman. Recogiendo material para lo que posteriormente sería este libro. Las ruinas de la mítica ciudad soviética como escenario o excusa para la construcción de un apoteósico libro. Alta literatura rusa que bebe de los grandes autores decimonónicos.

El libro contiene un elemento diferenciador clave que me parece básico en toda enseñanza/lectura basada en historia: el no producir panfletos propagandísticos del régimen X o Y. Y por eso no pudo editar el libro en la URSS estando en vida, y solo hemos podido recuperarlo tras años de deambular de mano en mano en formato microfilm (qué viejuno) y muerto el escritor hace no se sabe cuanto. Si algo me gusta del libro es la visión nada favorable de su bando. Critica, obviamente, al bando alemán, pero sin dejar títere con cabeza en el soviético. Y es que viendo lo que se relata que pasó en la URSS tras las colectivizaciones estalinistas o el fatídico año 1937 (dios, qué terror!) no me extraña que los demócratas stalinistas prohibieran la edición del libro. Si quieren aprender muchas cosas, no duden en leer este libro. No les defraudará.

En la parte negativa: las decenas de personajes con motes, apodos, abreviaciones del nombre original en ruso, etc. pueden hacer que te pierdas alguna vez, lo confieso. Pero al final del libro hay un índice onomástico con todas las relaciones, que son muchas y básicas, entre sí muy práctico.

Así que no hay excusa. Si quieren conocer lo que pasó en la URSS de los 30 y en II GM, entendiendo muchas cosas de las que tenemos alguna idea pero no un total conocimiento, ya lo saben. Recomendación absoluta.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta es una de las veces en las que me uno a usted en una comunión superlativa.
Los Reyes Magos tuvieron el detalle y el buen gusto de traerme este libro, del que ya había oído muy buenas referencias, y el tema del cual me interesa mucho. Todavía ni lo he empezado, que ahora estoy muy liao, pero tengo muchas ganas de adentrarme en sus páginas, más aún después de leer sus elogios. Su opinión, como casi siempre, suele ser acertada o cuando menos coincide con la mía.
También devoré Stalingrado en su momento, y también me apasiona la historia en ese espacio y en ese tiempo.
Cuando lo haya leído volveré a expresar mi opinión en este post, aunque seguro que no diverge en nada a sus sabios comentarios.
¡Qué ganas tengo de leerlo!

David dijo...

No deje de comentar lo que le parece una vez empiece!!! Y no lo demore más en el tiempo...

Anónimo dijo...

A mi también los Reyes hicieron caso de mi petición y me trajeron este libro. No lo he empezado aún pues estoy acabando La sangre de los inocentes, pero nada más lo haga empezaré con él, pues sólo he leído la primera página y ya el relato de cómo llega el tren sobrecoje. A parte de ese libro también me trajeron Las benévolas, de Jonathan Littell, del cual también he oído que es un gran libro y de la misma temática, aunque obviamnete no contado en primera persona. Tengo libros para rato...

David dijo...

He escuchado alguna alabanza de las benévolas, sí, espero que te guste y lo comentes también. Por lo demás sólo decir que parece ser que los reyes, que no existen, tienen muy buen gusto!!

Anónimo dijo...

¡Cómo que no existen! ¡No jodas!

Zelig dijo...

Como ya le dije hace tiempo, le alabo el gusto querido Vald, lo que es sorprendente de este libro es que haya sido un éxito de ventas total, lo que deja abierta una pequeña puerta a la esperanza.

Por cierto, recojo su guante sobre Beevor, si quiere material fresco ya sabe que debe hacer, hay un arroz tres delicias esperándole...

David dijo...

así me gusta amigo Zelig, no tema, un día de estos, aunque no lo crea, quedaremos y veremos que tiene que decirnos Beevor...aunque JJ Benitez también tendría cosas que decir, jejejeje

Anónimo dijo...

Pues acabé el libro este verano y, como era de esperar, coincido plenamente con usted sr. Valdi. Majestuoso, soberbio, exhuberante, y sobretodo, verdadero, auténtico y HUMANO. Sí, definitivamente me quedo con eso, con el humanismo y el amor y el respeto al prójimo que transmite en todo momento; con el individuo y su micromundo sobreviviendo al monstruo colectivo que le devora.
Por lo demás, poco que añadir a lo ya dicho por el maestro blogero, al menos por escrito. Por otro lado, sr. Valdi, estoy a su disposición para hablar el tiempo que se tercie sobre esta obra maestra y sus verdades históricas.
No lo duden, si quieren conocer que pasó en la URSS durante la II Guerra Mundial, como vivían sus gentes, que pensaban, como actuaban, que hacía y que deshacía el Estado, todo ello, desde todos los puntos de vista, y con todos los matices posibles, esta es la mejor forma de aproximarse a ello.

David dijo...

Es una obra magna. A mi, creo que ya lo mencioné, lo que más me llamó la atención es la visión de la URSS que da, muy lejos de lo que nosotros creemos que fue o era. La vida cotidiana, llena de energia y vida, contrastando con un régimen que parecía que todo lo que tocaba, lo convertía en hielo. Gente muy humana, emociones, risas sobre Stalin...algo alejado de lo que yo personalmente creía que era la madre rusia de esa época. Abre los ojos...

Anónimo dijo...

Cierto, cierto... creo que esa es precisamente la clave. Se nos muestra el inmenso poder del Estado, pero a su vez vemos a las personas, condicionadas por él sí, pero que al fin y al cabo son eso, personas con sentimientos y preocupaciones, que lloran y ríen, que piensan y se expresan como seres individuales, concepto ya de raíz enemigo del Estado soviético.
Pero a la vez podemos llegar a entender cómo esas gentes que estaban oprimidas por el Estado, lucharon, sufrieron, murieron por defenderlo, esto es, defender a su país, a sus gentes y al socialismo.
La experiencia de muchos se podría resumir en algo así: un nazi te hiere, tú lo matas, y después llega el comunista y te pisa la herida con su bota.

David dijo...

Todo eso es lo que yo quería decir!!! Mensaje diáfano y clavado al 100%. Grande Young.