Pocos emplazamientos más regios puede haber en esta ciudad que esta esquina del Eixample decimonónico en la que confluyen la calle Aragó con ese Passeig de Gràcia cada vez más ramblero y menos señorial. De hecho, lo de señorial ya debe ser un mito cuando lo que encontramos en tan distinguida avenida son grandes tiendas de grandes empresas del gusto más cutre y pretencioso que podrían imaginarse. Pero ya saben que lo cutre atrae el dinero y al turista con posibles, así que como la ciudad nos da lo mismo, la vendemos a quien pueda interesar y todos contentos. Menos los barceloneses, pero a esos sólo se les pregunta cada cuatro años y da igual lo que digan.
Hecha esta humilde crítica al proyecto de ciudad que nos han construido y que quieren seguir construyéndonos (Port Vell), vayamos a lo que nos interesa. La sensación es que el turisteo degrada la calidad de todo lo que toca. Que cuando los empresarios de todos los ramos empiezan a ver el dinero fácil del turista se olvidan de lo que fueron en pos de lo que serán y casi todos casi siempre perdemos. Todo esto viene por el hecho de que existe la sospecha en casi todo local de comidas tradicional de la ciudad que ha pasado lo anteriormente relatado. Así, restaurantes con historia han ido languideciendo cuando se han convertido en factorias de comida para "guiris", con el rechazo natural del cliente autóctono i de tota la vida.
Algo así parece haber pasado con este Madrid-Barcelona. Restaurante de cierto abolengo y con historia, en zona privilegiada y de aspecto regio parece que no vive sus mejores momentos por culpa de esa lowcostización gastronómica de la que hablaba al principio. Años atrás garantía, incógnita en estos momentos. Y de ahí la visita, para comprobar en qué punto estábamos tras comentarios poco favorables recibidos en los últimos tiempos.
Para ser claros y decirlo de forma directa: la experiencia no fue nada mal. Hacía años que no comíamos en el MB y aunque lo recordábamos con esa nostalgia mítica del cualquier tiempo pasado fue mejor, pudimos disfrutar de una comida más que digna. Uno de los pocos peros que le encontramos en esta visita es que las mesas están demasiado juntas, para mi gusto, pero es lo que tiene tener un comedor que se llena y que exprimes al máximo como una línea de producción. Y aunque hay platos que seguramente están por encima del precio que tocaría, en general es un restaurante ciertamente asequible en el que poder disfrutar de una buena comida (sin estrellas en el horizonte) de una cocina que podríamos considerar tradicional catalana, por decir algo.
Siempre es obligatorio, al igual que en el Senyor Parellada, pedir la paperina de verduras. No sé exactamente cuál es la relación entre los dos restaurantes, pero existen similitudes en la carta que se me escapan e intrigan hace tiempo. Pero tampoco he indagado mucho, la verdad. En todo caso, por 7€ tienen una cantidad de verdura en una especie de tempura que es más que recomendable. Clásico. (en la foto no vemos la paperina porque la vacían y la retiran)
También pedimos unas croqueta de jamón que sin ser las mejores de la ciudad eran de una intensidad en el sabor más que remarcable. Si les gustan las croquetas jamoneras del tipo contundente, espesas, no les van a defraudar. Una buena opción.
Tras los entrantes, la acompañante del que les escribe pidió otra paperina, pero en este caso de pescado frito. Sobredosis de paperinas con frituras, pero un día es un día y era para ella. Otra vez una cantidad más que considerable y un plato recomendable si son colegas de Poseidón.
En mi caso elegí un arroz dentro de la larga oferta de la carta. Arroz con bolets y morcilla negra, presentado en paella individual y servido a posteriori in situ (13€). Una buena opción, muy sabrosa aunque tal vez con un poso demasiado oleoso que puede llegar a provocar una cierta sensación de pesadez con el paso de las horas. En todo caso, opción digna a pesar de ese detallito a tener en cuenta. A destacar un precio más que aceptable para un plato de arroz en Barcelona, que como saben no suele bajar de los 17-18€ en cuanto te despistas en cualquier sitio. En la carta tienen más arroces y algunos más caros, por supuesto, e incluso un menú a 25€ con arroz, bebida, entrante y postre (si no recuerdo mal).
*Perdón por la calidad de las fotos, el espacio es algo oscuro.
5 comentarios:
Me había olvidado de este restaurante David. Me acuerdo que iba en mi época de estudiante alguna vez y recuerdo que había en la puerta sillas hechas de cartón para esperar turno.
Y lo del Port Vell...sin comentarios...en fin...
Petó!
d'aquest sí q puc opinar...les darreres vegades q em baixat a bcn, hi hem anat...sabies q pots anar amb descompte? la ultima vegada (la q vaig intentar anar a Casa Julia i estava tancat), el compte pujava a 86 (amb arros) i vam pagar 60, val la pena.
El q no he tastat mai son les paperines...queda apuntat.
Hola Neus, los viejos tiempos...yo había ido bastante hace 7 u 8 años, ahora no es lo mismo pero se puede visitar sin problema. Lo del Port Vell, pues más de lo mismo, se vota a quien se vota y nos traen su proyecto de privatización de todo lo que se puede privatizar para ganar pasta unos pocos y jodernos a unos muchos. Y así todo.
Sonia, suposo que els 86 deu ser amb vi i postres, que és el que nosaltres no fem pràcticament mai, i aconseguim preus molt dignes. O es que demanes el caviar de la casa!! Sobre els descomptes no ho sabia, investigaré el tema! Gràcies!! :)
jajaja....si, es clar, vi i postres...pensa q quan baixem a bcn, hem d'aprofitar el q no fem aqui...i ho fem com cal i amb arros...q tu vas molt mes sovint a "tastar llocs"... ;-)
jajaja perquè tu t'ho cuines tot a casa!!!! ;)
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