8.3.11

168. The Sopranos: el mito.



Les avisaba hace bien poco sobre lo que ahora mismo estoy sintiendo. La intensa relación que he establecido con la familia Soprano en el último mes y medio me pasa factura hoy.
El vacío, la tristeza, la pérdida, son los sentimientos que hoy albergo, tras haber disfrutado del final de tan magna obra.
Sabía que me pasaria y aquí estoy. Haber convivido durante horas con esta otra familia tantos días hace que ya la eche de menos, apenas 12 horas después de haber terminado la serie y tras una maratón de nueve episodios casi seguidos durante el mismo día. Sensación profunda de haber perdido a unos amigos a los que nunca más volverás a ver. Obsesión.
En una serie en la que todo el mundo, o casi todo, es inmoral, amoral, violento, asesino, cómplice, etc. es difícil creer que se le pueda tener tanto cariño a alguien. Sabes que todos deberían ser castigados, pero los quieres. Los proteges. Te duele que se vayan. ¿Son buenas personas en el fondo? No lo creo, merecen su castigo. Justicia. Pero tal vez sean modelos de algunas cosas que en el fondo todos deseamos. Riqueza, poder, no lo sé, pero esa empatía nace de algo, estoy seguro. No queremos ser Tony Soprano, pero nos gusta. Mucho, peligrosamente.
Y el final de la serie. No entiendo realmente a qué vino tanta polémica en su momento, tanto debate. Para mi, el final está muy claro. Pero lo discutimos, si quieren, en otro sitio.
Larga vida al mito. No la dejen escapar si les gusta la televisión o si son de los que se quejan de que nunca hay nada que valga la pena en ella.
IMPRESCINDIBLE.

4 comentarios:

tom young dijo...

Comparto hasta cada una de las comas del post.

David dijo...

Es usted siempre muy agradecido.
Qué suerte tenemos de poder disfrutar de estos productos de entretenimiento. Un lujo.

tom young dijo...

Deje pasar unos días, saboree la grandeza de esta serie, llórela con entereza, y cuando crea que la puede dejar ir y seguir adelante, póngase con Breaking Bad. No se arrepentirá. Top 5, sin duda. Créame

David dijo...

Sigo echando de menos a esta puñetera familia.