No escribo mucho últimamente, ya lo han notado. Hablo en plural pero no sé si alguien lee lo que escribo. A quién le importa igualmente. El narcisismo del que escribe es dar a conocer su obra, y eso es lo que hago.
Hoy les quiero hablar brevemente del documental de la ESPN "Once brothers", que trata sobre las vidas paralelas y separadas de dos mitos del baloncesto europeo y yugoslavo en particular. El serbio Vlade Divac y el croata y mejor jugador europeo que yo haya visto, Drazen Petrovic.
A través de ellos, de su amistad, de sus carreras nos vamos acercando a los momentos previos a la guerra de los Balcanes que acabó dinamitando su relación. Un gesto, un segundo que acabó con ellos. Yugoslavia como país deja de existir, al igual que su amistad. Odio irreconciliable e ilógico. Lo que tanto se tardó en construir, roto en un segundo. Su amistad.
Y la muerte de Drazen que acaba con cualquier posibilidad de reconciliación y que deja a Divac con el peso, la carga, de no haberse podido volver a reunir con su otrora gran amigo y camarada. Para arreglar sus diferencias, para volver a lo que antes fueron. Hermanos.
Hasta que le rinde honores en Zagreb. Lágrimas.
5 comentarios:
Qué sensaciones tan raras las que siempre tuve con Drazen. Lo admiraba tanto como lo odiaba. Pero era irresistible. La manera en la que jugaba, su pasión, su carisma, era increíble. Difícil de explicar. Sus gestos, provocador, creído, altanero...todo perdonable porque él lo podía hacer. Era el talento en persona. Y el sacrificio. ¿Quién no recuerda su duelo a 60 puntos con el gran Oscar Schmidt Becerra en aquella final de la Korac del 87 u 88? Madre mía, el mito.
El orgullo europeo en la NBA, sentado en aquel banquillo de Portland, qué vergüenza, que cura de humildad para el más grande...y se rehizo, volvió a demostrar lo que era y lo que siempre fue, aquella 92-93 en los Nets, siendo la estrella. Orgullo balcánico, europeo en aquellos tiempos, duros tiempos de desprecio del baloncesto del viejo continente. Aquí se jugaba a baloncesto de verdad.
Y su muerte en junio del 93...recuerdo haber llorado al enterarme. Como he vuelto a llorar al recordar su muerte, viendo el documental. Dios, qué grande era. Trascendía al jugador, el mito, la leyenda.
A todo aquel que le guste el baloncesto tengo que recomendarle este documental. Véanlo como sea y donde sea. Las estrellas yugoslavas y algunas de la NBA hablando de baloncesto, de Drazen, de Vlade, y de la puta guerra.
En el fondo siempre lo quise como a un héroe.No lo odiaba, me moría de envídia al verle jugar.
Ahora mismo están echando el documental por el Plus. La verdad es que Drazen para mí era Dios. Ese pase entre las piernas, para dar un pasito para atrás y armar el triple con la velocidad del diablo era increíble. Su muerte no me afectó tanto como la de Fernando Martín, pero casi.
Gran Drazen, tan intens com els Balcans mateixos, la "història" que sempre se´ns tira a sobre.
RB
La tragedia de una guerra civil separadora de amistad e incluso de la propia familia es algo que no debiera producirse bajo ningun concepto, pero la historia siempre se repite,esperemos no verlo nunca.
O.C.P
Esperemos, pero todos sabemos que estas cosas pasan, pasaron y seguirán pasando. La pregunta es cuando.
Publicar un comentario