Podríamos empezar esta semicrónica con una frase del tipo "vamos a armar el taco" pero sinceramente, sería una puñetera cutrez. Por eso he titulado el post con una frase que toda persona de bien debería reconocer ipso facto por pertenecer a una de esas míticas películas indies noventeras que nos acercaron la realidad de la Coronita y los mariachis a nuestra mucho más aburrida realidad. (Y esto es clase)
La cocina mexicana, ya lo avisé con Tlaxcal, nunca ha sido una de mis preferidas o conocidas. Soy un neófito del taco y el alambre, pero voy trabajando en acabar con tanta ignorancia. Creo que es lo correcto para poder comparar, hablar o criticar cualquier cosa. Por esta razón en los últimos tiempos ha ido visitando locales mexicanos para poder hablar con cierta propiedad. Y la verdad sea dicha, éste que nos ocupa aquí hoy no ha salido mal parado. Es un lugar cabrón, chingón y todas esas cosas que van asociadas al mundo Mexico que tanto nos gusta. Carajo!!
El Tamarindo es un local que debe llevar abierto un par de meses como mucho. Es nuevo en el vecindario y le sigo la pista desde el primer día que abrieron puertas. Lo bueno es que es comerç de proximitat y lo malo eran las referencias dispares que poseía antes de dejarme caer por ahí. Por un lado me había llegado que aunque el servicio era mejorable, la cosa era bastante auténtica y no estaba nada mal. Por otro, el servicio se comía cualquier atisbo positivo tras haber sido demasiado lento en una cena reciente. Así, reservas y esperanzas.
El mundo del mexicano en Barcelona bulle a la espera de los Adrià y se nota. Nos gusta.
Hemos ido a probar la carta aunque podríamos haber hecho el menú del día. Recomendable porque está entre los 6-8€ y no tenía mala pinta. Pero si quieres probar cosas hay que arriesgar y es lo que hemos hecho. Entrantes y tacos para todos. Y ya saben, taco que cierra no es taco.
Los tacos tienen un precio alrededor de los 2-3€ dependiendo el tipo. A destacar que se piden individualmente y no en grupos de 3-4 como suele ser lo normal en otros locales. Seguramente sale algo más caro pero tienes mucha más libertad para pedir lo que quieras, como por ejemplo pedir todos los de la carta (no es que haya 30 tipos diferentes, no se crean). Junto a los tacos, unos cuantos entrantes entre los que destacan los totopos (nachos), guacamoles, frijoles o estas buenas bravas:
Estimables patatas bravas con salsa chipotle en su punto que le da el toque picante, evidentemente, que necesitan. A mejorar tal vez la textura de la patata en exceso blanda para mi gusto, aunque en su punto de fritura externa. Las prefiero algo más contundentes, pero recomendables.
También hemos compartido estos nachos del Rancho, que se diferencian de los "normales" porque llevan carne arrachera (tipo de corte de la carne de ternera, entraña si lo prefieren). Visto lo que después vimos con los tacos, demasiada carne. Mejor tal vez sin carne. Estimables totopos caseros, como las tortillas, mucho más crujientes que los nachos industriales para entendernos. Un platazo sin paliativos. Menos queso de lo que nos gustaría pero picos de gallo, jalapeños, guacamole y fondo frijolero. Muy bien.
Con estos entrantes no hacían falta muchos más tacos. Contundentes.
No sé como se podría decir en Mexico pero nos hemos puesto las botas. Por eso de segundo un par de tacos por persona. Todo carne, de pollo, ternera o cerdo. Y sí, aunque el taco de pollo no tenía un aspecto muy logrado la realidad es que el sabor y la textura que es lo que importa han estado a la altura.
Para mi el taco Pastor, de cerdo adobado y el Barbacoa con ternera desmigada en salsa. Éste segundo ha sido el ganador, sin duda. Melosidad y textura.
El Pirata, con toque vegetariano (...) representado por ese aguacate sabroso y calórico. Y fondo de queso. Como ven las tortillas son caseras y se parecen poco a las industriales. Son algo más insulsas pero qué carajo, las preferimos. Las hacen en un rincón de la cocina que tiene su cartel reivindicativo tipo "Aquí se hacen las tortillas".
Como condimento las omnipresentes salsas a cada cual más picante.
Tamarindo irá a mejor pero ya tiene sus mesas llenas. Buena opción, alejada del hype y el caos de La Taquería (algo sobrevalorada?) y en local céntrico modernillo y aséptico que puede llegar a dar impresión de prefabricado.
Pero para volver a seguir probando tacos, cabrones.
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