Y ahora he descubierto las terrazas de los hoteles. Sí, que le vamos a hacer. No es que se acabaran los bares de siempre, pero oigan, disfrutar es disfrutar, y una buena terraza, bien lo vale.
Hoy, dos ejemplos para los que nos iniciamos: Hotel Barceló Raval, Hotel 1898.
- Hotel Barceló, en el Raval.
Ciertamente decepcionante. No por las vistas, pero no fue un triunfo, podríamos decir. Un lugar algo estrecho, organizado en una terraza en 360º, pocas sillas y pocos lugares donde acomodarse, con una barra minúscula dónde pedir y en el que se organizó una cola mastodóntica de la cual nos salvamos por 2 minutos. Un mojito, correcto sin más, a 10€ y un rato agradable pero sin sorprender. Lo mejor, el hotel por dentro.
- 1898, en Rambla con Pintor Fortuny.
Hotel colonial de visita obligada para admirar simplemente su decoración. Y de paso admirar su terraza. Increíble. Ésta sí. Una gran barra y diversos camareros dan la bienvenida, y tras ella, una terraza como debe ser. Sillas, sillones, sofás, camas (SI!!!) de jardín hacen que la terraza sea lo que debe ser una terraza veraniega, y a esto le añadimos unos mojitos de impresión. 14€ que los valen todos y cada uno. Porque subir a la terraza y estar en ese ambiente paradisiaco no cuesta nada de por sí, con lo que la consumición se paga con gusto. Un mojito de proporciones gigantescas, con fresa incluida que deja huella. Hay que volver, sí o sí.
Próximamente, más.
PS: Nótese que dentro del snobismo he cambiado la Estrella por el mojito de diseño. Sí, ¿qué pasa?