LA BODEGUETA DE PROVENÇA, C/Provença con Rambla, no confundir con Rambla esquina Provença donde encuentran a la Bodegueta hermana. Barcelona bodeguera.
En apenas 50 metros en el cruce Provença con Rambla de Catalunya encontramos dos locales hermanos que como suele pasar con los hermanos se parecen más bien poco aunque tengan muchos puntos en común.
La crónica de hoy, rasa y cortita, lo sé, complementa a la entrada anterior sobre la hermana con solera situada en Rambla y localizada en aquel bullicioso subterráneo en el que es difícil encontrar una mesa para disfrutar de unos buenos huevos estrellados. En este caso, la sucursal en la calle Provença de toque mucho más moderno y de cuidado interiorismo, aún sin ser ninguna novedad no había sido objeto de visita previa por parte del que les escribe. Un local bonito y agradable, sin ser barroco en ningún sentido y en el que aún encuentras camarero que te llaman "caballero" al hablar contigo (no tengo claro que esto sea positivo). Un servicio amable y eficiente, añado.
El día de autos me encontraba a una hora más que poco recomendable sin haber comido, y al pasar por la puerta me decidí a probar el menú. Menú a 15€ y con platos más que correctos. El precio, para mi gusto, por encima de lo que debiera. Sinceramente creo que 3€ menos sería lo ideal viendo lo que ofrece y la competencia en el barrio. La comida, bien, el precio, mejorable.
El día de autos me encontraba a una hora más que poco recomendable sin haber comido, y al pasar por la puerta me decidí a probar el menú. Menú a 15€ y con platos más que correctos. El precio, para mi gusto, por encima de lo que debiera. Sinceramente creo que 3€ menos sería lo ideal viendo lo que ofrece y la competencia en el barrio. La comida, bien, el precio, mejorable.
Al final, tras estudiar el menú y valorar la hora que era y la cantidad de hambre acumulada tras una mañana poco interesante en lo que a comercio se refiere, opté por la opción pasta de primero y segundo contundente.
El primero, tagliatelle con verduras, sin más. Un plato correcto, con una pasta al dente y una verdura que fue lo mejor del plato, a juego con ese dente de la pasta. Bien, sin artificios. La opción original eran unos ravioli rellenos que ya habían abandonado el local al llegar yo a esas horas intempestivas.
De postre, un humilde vasito de frutas (piña, melón), para evitar a la policia de las grasas que ya estaba en camino y que hubiese hecho su aparición de haber optado por el coulant de turno. (no hay foto)
Resumiendo, una opción más bien cara para lo que se puede encontrar por el barrio en lo que a menús se refiere, aunque van a comer bien y al no estar tan lleno como el local de Rambla siempre es una buena opción. Con moderación.