30.12.13

LO PEOR DEL AÑO 2013

No diría que están de moda porque siempre estuvieron ahí, pero las listas de lo mejor del año cuando acaba el mismo es una de esas tradiciones de discutible necesidad. En todo caso aquí no van a encontrar una lista de loas y maravillas varias. Esto va a ser una improvisación con lo peor del 2013 según se me va a ir ocurriendo. Estoy seguro que me dejaré un montón de cosas, pero si me han leído aquí o en Twitter ya saben que es lo que me gusta y lo que detesto con todas mis fuerzas. 

En todo caso, una pequeña selección con decepciones para todos los gustos:

1. EL PEOR PLATO DEL AÑO.

Lo siento, sé que el restaurante tiene muchos fans y no dudo que pudo ser una cosa puntual. Pero el arroz del menú mediodía de KILO que me comí fue sin duda la decepción del lustro. Jamás hubo un arroz más pasado e insulso que ése. Jamás.

2. LA PEOR EXPERIENCIA DEL AÑO.
Lo vuelvo a sentir si el local tiene sus fans, pero lo que nos pasó en TOTO fue de juzgado de guardia. Mediodía, menú en la puerta, visible, pero que no te sacan cuando te sientas. Si no sabes que existe, no existe. Y pides a la carta y multiplica por 2 ó 3 el precio de los platos. Lo más fuerte, ver sentar a una pareja cerca y escuchar a uno de los camareros decirle a otro "si no me piden el menú no lo saco". Pues muy bien chicos. No me volvéis a ver. Jamás.

3. EL LOCAL IN MÁS FAIL DEL AÑO.
Lo siento si algNO LO SIENTO. La Pepita en Gràcia fue un fracaso a todos los niveles. Qué decepción de pepito. Si te llamas Pepita y tu pepito es una especie de tostada con un trozo carne fina a precio de cobre, pues como que no. Jamás.

4. EL FAIL ESTRELLADO.
El Rocabar, un quiero y no puedo. No tenía que ser el Celler de Can Roca, pero hombre, atraco a mano armada tampoco...Poca gracia, caro y poco salvable, a lo sumo un canelón que tenían que mira, aún y siendo ideal para el Rey Midas justificaba un poco la cuenta. Un poco.

5. LA MEMEZ DEL AÑO.
Para las modas tipo Cronut o similares. El Cronut es ideal zampabollos sin criterio. Me puedo contar entre ellos, pero no deja de ser un engañabobos. Freir un croissant no es tan genial. Ni el concepto ni el resultado final. Además de tener que conformarnos con sucedáneos del original que nadie ha probado. Que no. Que el cronut no vale tanto como para que su fama lo preceda.

6. EL GATO POR LIEBRE DEL AÑO.
El Bagel del Elsa y Fred. Ya lo leyeron aquí y lo vuelvo a recordar. Llamen a las cosas por su nombre, no engañen. Si engañan se lo reprocharemos, no lo duden. No llamen bagel a un pan redondo con un agujero. No llamen jamón de jabugo a un jamón York pintado de rojo.


Lo dejo aquí. Una lista sin criterio e improvisada porque no hay tiempo para más. Me dejo mucha tontería de la que rajar, pero para eso está Twitter, la inmediatez y el calor de la indignación.
Muchas gracias por sus visitas.

22.12.13

BARDENI. Carne y estrellas.

BARDENI, C/València con Marina, Bar-celona.
 No solemos acercarnos a novedades tan candentes los primeros días tras la apertura de un negocio, pero una serie de no catastróficas desdichas nos llevaron a probar Bardeni tras un par de días de haber iniciado su andadura. Tan nuevo que al entrar huele a madera nueva, a piso acabado de estrenar. Como la vida misma. Nuevos proyectos de gente que arriesga con nuevos modelos.
Dani Lechuga, propietario-Chef, es una garantía. Una estrella neumática lo contempla en el local pared con pared a éste y todo el mundo que ha probado su cocina de menú no tan barato habla maravillas acerca de él. Caldeni está muy bien y Bardeni está muy bien.

Bardeni se define como Meatbar que viene a ser Bar para carnívoro o Bar de carnes, y de verdad que lo es. Si buscan donde disfrutar de unas tapas o platillos a base de jamancia carnívora de alta calidad, no se corten y pásense por aquí. 

Al entrar nos saludó el propio chef tras la barra, ya que estos días de rodaje está un poco en todos sitios. Muy amable y reconociendo que todo está en proceso de engranaje, y que perdonásemos algún posible fallo que al final no hubo. El local es básicamente una barra para unas 10-12 personas y algunas mesas altas junto a la pared para otras 6-8, de pie. Por decirlo claramente, tuvimos mucha suerte de llegar cuando llegamos porque diez minutos más tarde estaba completamente lleno. Sobre comer en barra ya imaginan que no es lo más cómodo del mundo, pero tampoco somos muy exquisitos y hemos comido en tascas que harían de Bardeni el Versalles de la Sagrada Familia.

Vayamos a las diversas carnes que compusieron el homenaje que nos dimos el amigo Roger y quien les escribe (aunque sospeche que a veces no se lean esto).
La carta al completo. Corta, rasa, al pie y al grano.




Nosotros optamos por un clásico para empezar y luego un variado de carnes diversas para poder catar las máximas posibles. Así, inicio con unas bravas arolescas (igual ya no hace falta versionarlas más...) que fueron correctas y que evidentemente no fueron lo mejor de la cena. La salsa de tomate lo mejor, y una patata más dorada y menos harinosa hubiesen mejorado el plato.
 El Steak Tartar, puro espectáculo. Maravilla, equilibrado en lo jugoso, picante y sabroso, siendo recomendado para cualquier fan de este magnífico plato. No defrauda y podría ser adictivo, como para comerse medio kilo y tan tranquilos. Creo que hasta la foto le hace cierta justicia. (Buena iluminación en esa barra, se agradece)
 Luego, la hamburguesa de la que teníamos una muy buena referencia regoliana y que evidentemente había que testear. Un #burgerhunters en toda regla, de alta calidad y de disfrute máximo. Con salsa Café de París, ideal carnes. Llega presentado de una forma original:
 Para dar paso a un pan de Daniel Jordà y su Forn de la Trinitat:
Y acabar con este paisaje carnívoro paradigmático del local:
Jugosa, en su punto de crudité y de bocado fácil. No es de las de 150 gramos pero no importa ya que la experiencia es dificilmente mejorable. Obligatoria desde ya.

Compartimos también como buenos hermanos de carne un Caneló de Cua de Bou que puedo decir aquí y ahora que está en el Top 2 de los mejores canelones ever. No digo uno porque igual comí alguno equiparable en el 93 y no lo recuerdo, pero imaginar poder comer una bandeja de éstos para Sant Esteve me hace estremecer...La salsa base de jugo de carne y la bechamel, impecables, pero es que el relleno podría provocar una Guerra por sí mismo. Ejércitos de gastrónomos matarían por el secreto, aunque mucho me temo que todo es gracias a la materia prima y al respeto hacia la misma.
 Contundente, bien repleto de carne. Otro gozo en nuestro pozo estomacal.
 Para acabar nos partimos esta especia de tosta o bocadillo abierto a una cara de fricandó. Otra maravilla y ya van muchas. A excepción de las patatas del inicio, todo lo demás debería poder repetirse para comer y cenar durante semanas. No puede haber carnes más jugosas, de las que se deshacen en la boca y te dejan esa sensación de estar comiendo bocados irrepetibles. Aunque aquí se repiten sin cesar. Qué grande, qué bocata, qué manjar que quita la respiración.
 Como digestivo final, una crema catalana versionada en vaso y espumosa que no desentonó con el resto. Muy buena también y con ese socarrat del azúcar que no puede faltar. Un broche dulce a un festín carnívoro sin parangón.
 La cuenta para que vean que no es barato. Pero no es caro. Es cierto que son medias raciones o platillos pero la experiencia, amigos la experiencia es la clave. Y fue una pasada de cena, sin más. No vas a salir desabrochándote el cinturón si comes por 12€, pero por 20 el resultado es mucho más que satisfactorio. No está nada, nada mal.
Como siempre lo que importa es la sensación (a no ser que te timen en el precio) y los dos acordamos que fue una cena para recordar (y no porque fuese romántica o algo, no se piensen). Precios de los platos ajustados para lo que son en calidad, ejecución y resultado. 

Como para volver. Bravo por el concepto.


ACTUALIZACIÓN 28-3-14.
Tras una segunda visita, más fotos de platos que se convierten en clásicos:

Gran visita para descubrir platos nuevos que no testeamos la otra vez. Y visita en apoyo a nuestro producto fetiche, el bagel, porque el señor Dani se la ha jugado y nos ofrece su versión de este pan hervido que tanto maltrato tiene que soportar en esta ciudad (léase el timo elsafrediano).

Empecé con unas croquetas maravillosas de butifarra del Perol. Pura jugosidad, cremosidad y potencia. Son 3'5€ las dos unidades pero son croquetazas de verdad. Puedo prometer y prometo que son de las mejores que me he encontrado en el último lustro por aquí.
 Tras el entrante y sabiendo que luego venía lo fuerte, quise echar el freno con un pescadito. Bueno, tampoco era eso, pero igual sirve. Unas vieiras tamaño XXL coronadas con una fina capa de cansalada y una espuma cítrica que le iban al pelo que no tienen. Una explosión de sabor y sobre todo una carnosidad nunca vista en una vieira que yo pudiese pagar. Casi ideal para aquella memez de "parece un filete de carne pero del mar".
Como antesala al bagel fetiche, un plato que pintaba muy bien y que superó la expectativa. No es fácil conseguir eso ya que normalmente pasa al revés. Pero este platillo de 8€ ha sido uno de los que más me han gustado este año, la verdad. Me encantan los callos y este cap i tripa con huevo y red curry fue sublime. La tripa en su punto, el huevo a baja temperatura siempre es resultón y la salsa merecía kilos de pan para ser mojada y eliminada del plato como así sucedió. PLATAZO. Fanes de los calles, si me queréis, irse. Al Bardeni.
 Y el bagel con roastbeef y mostaza espectacular. No se puede decir otra cosa. Un buen bagel, no sucedáneo, una carne de mucha calidad e ilusión en el productor y en el consumidor. Una versión que se merece una visita porque al final lo que cuenta es que está muy bueno. Y se disfruta. 6€. 

Al final pagas algo más de 20€ y comes muy bien. Informal pero calidad.
Me bebí una Almogàvers por eso de estar en esa zona del barrio que homenajea al imperio mediterráneo de la Corona de Aragón. Salut.



16.12.13

EL 9 DE GRANADOS. No sería su nota real pero el Eixample es muy exigente.

EL 9 DE GRANADOS, sito en el mismo número de la misma calle. Evidente. Barcelona.
 Hoy les traigo un local algo especial y para todos los públicos. Vaya por delante que no es el local que va a cambiar sus vidas ni la mía ni les va a sorprender demasiado, pero es un restaurante estimable y una buena opción en el barrio, que no es poco. Vamos a explicarnos un poco y les enseñamos el espacio.
 Como pueden ver es un local digno sin más, lejos del barroquismo que se impone como tendencia coñazo hasta la náusea en esta ciudad. Algunos han olvidado aquello del menos es más que deberíamos llevar tatuado en la frente y en el pubis para no olvidarnos nunca. En el 9 no sorprenden, no innovan y simplemente estás a gusto. Lo peor del local sin embargo está en la entrada. Unas horrendas letras de colorines llamativos te reciben en varios carteles en la calle y te dan una idea errónea de lo que realmente es el local. Para entendernos, te hace pensar en un local desenfadado, y casi infantil y no lo es. El 9 entraría en la categoría de restaurante serio para gente bien, de ciertas garantías y que no va a revolucionar nada. Ideal familias de mediana edad. Ni es para hacer brunch ni es un local para nonagenarios. Estilo Flamant pero mejor para mi gusto.
Lo estimable de este restaurante es su menú. No por su excelsa calidad, que desconozco en su totalidad, sino porque pueden comer por 19€ todos los fines de semana o por las noches. Y eso no está nada mal visto lo correcto que es el local. Tienen otro, diría, a 24€.

Vamos a lo nuestro. Al ser nuestra primera visita nos decantamos por elegir un poco de todo y dejar el menú para una próxima ocasión de domingo mediodía. Unas tapas y unos platos y al final, curiosamente, 19 y algo por cabeza. Como el menú, y además te lo especifican en la cuenta (x por persona). Otra curiosidad es que en el menú te marcan lo que te ahorras si pidieras esos platos por separado.

Empezamos con unas croquetas de cecina de León. Del sitio, aclaro, que luego hay mucho listillo dispuesto al chiste. Muy bien, la verdad, sorprendentes. Les dejo el detalle del interior para que vean la cremosidad y los tropezones reales. Me gustaron mucho y las volvería a repetir sin dudar.

Luego llegaron las bravas, que sin duda fueron lo más flojo de la comida. Muy prescindibles sin ninguna bravura y poca gracia. Una patata medio frita medio pasada de hervida y salsa poco inspirada. Pasen de ellas aunque la foto les cante como una sirena homérica.
 La coca de tomate algo mejorable en aspecto, reconozcámoslo, pero me cuentan que muy bien. Y eso es lo que cuenta. Por el precio, ración generosa además. Tienen varias opciones, elijan la que prefieran pero esta es buena.
 Las alcachofas a la andaluza sorprendentemente dignas. No tenía mucha confianza pero el ligero rebozado las mejoraba sin duda. Nada aceitosas y cuasi crujientes. Otra tapa a tener en cuenta. 
 Luego entramos en los platos principales. Tres porque éramos tres, como los tigres hambrientos.
Una de tortellini de pera y parmesano con "encenalls" de jamón (de pato?), para el pequeño. Faltos de alguna salsa que evitase una cierta sequía, lo cierto es que eran correctos sin ser espectaculares. No sobró nada.

 El farcellet de verduras muy bien también. Al dente como mandan los cánones bagelianos y con una pasta crujiente como debe ser. Todo como debe, vaya. Bien es bien.
 Y para mi un arroz de Pals con langostinos y calamarcets a la altura de los buenos arroces del barrio. Y a un precio menor teniendo en cuenta la generosa ración (12-13€). Como todo lo demás, muy correcto, en su punto de cocción y sal. Tampoco quedó nada.
En resumidas cuentas, la Baronía del Eixample es territorio prolífico en locales a tener en cuenta y la competencia es muy dura. El 9 de Granados no viene a ser un restaurante Top en la zona pero viene a intentar luchar por un puesto en las listas de "A tener en cuenta para menús o incluso grupos".
Nosotros entramos con reticencias, letras de colorines mediante, y salimos más que satisfechos tras haber comido bien y por menos de 20€ un domingo al mediodía en los que casi todo está cerrado.

Apuntamos como local para emergencias y de ciertas garantías. Aunque le sobre el rollo ese de la "alta taberna", porque cuando tú mismo te lo dices no queda bien. Como las letras de la entrada.

8.12.13

REKONS. De vermuts y empanadas argentinas.

REKONS, Comte Urgell con Floridablanca, chaflán soleado matutino ideal vermut.
 Del restaurante-Bistró Rekons tenía alguna que otra buena referencia pero como saben que sólo nos fíamos de gente que haya acreditado cierto buen gusto comiendo bagels o bebiendo cervezas artesanas asiduamente, nos dirigimos a corroborar o no esa información. 
Nos encontramos con un local que vive en la calle, que tiene una terraza que parece hacer las delicias entre el respetable a la hora del vermut o similar y que suele estar llena o llenísima. No pudimos disfrutar de ella, con lo que nos tocó entrar y subir al piso de arriba al estar también al completo la parte de abajo en la que hay pocas mesas. El problema de subir al altillo es que no había mucha luz y las fotos son bastante pobres. Pero lo perdonan porque esto es gratis. Lo bueno de la parte de arriba es que hay como un pequeño reservado ideal para pasar desapercibidos si no quieren mostrarse al público. Oscuro pero acogedor, como la cueva de Gollum. Aquí las vistas desde el upper floor.
Rekons se define como bistró nominalmente pero no sé yo si la definición es muy correcta, o al menos no acabo de verlo claro. En todo caso es un local que se distingue por el vermut en vaso gordo con su naranja incluída y empanadas argentinas. Porque Rekons es un restaurante argentino y se nota en su especialidad. Empanadas de todo tipo, forma y sabores. Damos fe de que están muy bien. (Aunque la foto no hace justicia). 
En este caso probamos la de butifarra, la de chorizo, la de berenjena y queso y otra que no recuerdo ahora mismo. Todas muy correctas y aconsejables.
Compartimos una ensalada individual que podía perfectamente haber sido para cuatro personas. A lo grande. Un cubo de una ensalada total, con lechuga, zanahoria, manzana, tomates, berenjenas, setas, ricotta...un no acabar, en lo metafórico y en lo literal. Muy bien, agradable sorpresa.
Como plato contundente elegimos una milanesa. Como ven vuelve a ser a lo grande. Ensalada y patatas en el plato. Casi nada, podrían comer otros dos con este plato. No es una milanesa tamaño XXL como la de la Pizza Austral (mmm) pero es XL y con una diferencia sustancial: aquí le ponen rodajas de tomate natural, no salsa. Y la verdad es que queda muy bien y la hace contundente. Y sanísima a la vez. Carne vegetal. No sé si cuela.
Para el cierre aunque las pedimos al principio, la cazuela de patatas con salsa brava. Sentimientos encontrados. Decepción, o cierta decepción visual, pero sorpresa positiva en el paladar. Unas patatas que no eran bravas al uso y una salsa muy mejorable, pero que hacían un conjunto ciertamente agradable y del que dimos buena cuenta. Bueno, nos sobraron unas cuantas (a esas alturas íbamos a explotar) pero nos las llevamos a casa, faltaría más. Salsa (diría) industrial, orégano a toneladas y unas patatas más que aceptables. Extraña atracción que no puedo disimular porque me gustaron y eso es así. Uno tampoco es el summum de la exigencia cuando se habla de guarrindongadas.
Tienen montones de empanadas, ensaladas, bocadillos y cazuelas. Pueden comer mucho y bastante bien por poco más de 10€ y eso siempre hay que tenerlo en cuenta.