El arte del documental. Televisión en mayúsculas que nos llega desde el otro lado del Atlántico. Alguna referencia, creo, he hecho en alguna ocasión al mítico "Informe Robinson" de Canal+, y lo que hoy les traigo en una versión Deluxe de un mismo estilo periodístico. Son los USA y éso se nota.
Dos documentales muy diferentes y apasionantes por diversas y diferentes razones.
· Magic & Bird: A Courtship of Rivals, de HBO.
Los que más me conoces saben que idolatro a Larry Bird. De hecho es una de las pocas cosas en las que creo de verdad. En Larry y en el Bagel tal vez.
Este documental, de casi dos horas, es pura leyenda. Una obra magna para cualquier buen aficionado ochentero de la NBA. Maravilloso, magnífico. De los que te hacen llorar de emoción a poco que conozcas a los protagonistas.
Soy verde de los de siempre, de cuando ganábamos, de cuando estuvimos 40 años en una travesía del desierto que acabó cuando volvimos a ganar y de los de ahora. Pero nunca odié a Magic. Tal vez (no estoy seguro) sí a los Lakers, pero nunca a Magic. Porque él era el baloncesto. Pero igualmente lo era Larry. El baloncesto total, con aquella pinta de granjero con bigote rubio ridículo que le daba esa imagen de white trash pueblerino que era. Magic era la alegría del barrio. Larry la seriedad y la dureza. No eran némesis, eran complementos. Eran la salvación de la NBA y éso fueron.
En el documental los conoceremos de verdad, nos sorprenderemos mucho y pensaremos aquello de que cualquier tiempo pasado fue casi siempre mejor.
Mitos, leyendas, historia. El documental total. Una experiencia difícil de explicar, difícil de transmitir. Vívanlo.
· Magic & Bird: A Courtship of Rivals, de HBO.
Los que más me conoces saben que idolatro a Larry Bird. De hecho es una de las pocas cosas en las que creo de verdad. En Larry y en el Bagel tal vez.
Este documental, de casi dos horas, es pura leyenda. Una obra magna para cualquier buen aficionado ochentero de la NBA. Maravilloso, magnífico. De los que te hacen llorar de emoción a poco que conozcas a los protagonistas.
Soy verde de los de siempre, de cuando ganábamos, de cuando estuvimos 40 años en una travesía del desierto que acabó cuando volvimos a ganar y de los de ahora. Pero nunca odié a Magic. Tal vez (no estoy seguro) sí a los Lakers, pero nunca a Magic. Porque él era el baloncesto. Pero igualmente lo era Larry. El baloncesto total, con aquella pinta de granjero con bigote rubio ridículo que le daba esa imagen de white trash pueblerino que era. Magic era la alegría del barrio. Larry la seriedad y la dureza. No eran némesis, eran complementos. Eran la salvación de la NBA y éso fueron.
En el documental los conoceremos de verdad, nos sorprenderemos mucho y pensaremos aquello de que cualquier tiempo pasado fue casi siempre mejor.
Mitos, leyendas, historia. El documental total. Una experiencia difícil de explicar, difícil de transmitir. Vívanlo.
· The two Escobars, de la serie 30x30 de ESPN.
Otra obra de obligada visión por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Ser buen aficionado al fútbol ayuda, pero cualquiera al que le interese entender las relaciones entre los poderes mafiosos, política y espectáculo futbolístico entenderá perfectamente lo que nos cuenta este maravilloso documental.
Narra las historias paralelas del narco Pablo Escobar, dueño de media Colombia a finales de los 80 y principios de los 90, junto a Andrés Escobar, capitán de la magnífica selección colombiana de principios de esa década de los 90. Dos Escobar, sin parentesco pero con relación a través del fútbol. Una Colombia dónde Pablo manejaba los hilos macabros del poder y construyó un fútbol colombiano campeón de casi todo donde destacaba Andrés. Como no podía ser de otra forma, todo acabó fatal, como algunos ya saben: Colombia fracasando en el Mundial 94 (se entiende muy bien el por qué) y Andrés asesinado unos días después de la vuelta a casa tras ese fracaso.
Un documental duro, muy duro, como cuando nos muestra el asesinato de cierto árbitro que se atrevió a perjudicar al equipo propiedad de Pablo (favoreciendo al equipo de otro narco, por supuesto), pero que creo de obligada visión, no solo por el tema deportivo si no por el social-político-económico.
Auges y descensos a los infiernos. La vida en la Colombia de los años de plomo. Si se le podía llamar vida.
Otra obra de obligada visión por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Ser buen aficionado al fútbol ayuda, pero cualquiera al que le interese entender las relaciones entre los poderes mafiosos, política y espectáculo futbolístico entenderá perfectamente lo que nos cuenta este maravilloso documental.
Narra las historias paralelas del narco Pablo Escobar, dueño de media Colombia a finales de los 80 y principios de los 90, junto a Andrés Escobar, capitán de la magnífica selección colombiana de principios de esa década de los 90. Dos Escobar, sin parentesco pero con relación a través del fútbol. Una Colombia dónde Pablo manejaba los hilos macabros del poder y construyó un fútbol colombiano campeón de casi todo donde destacaba Andrés. Como no podía ser de otra forma, todo acabó fatal, como algunos ya saben: Colombia fracasando en el Mundial 94 (se entiende muy bien el por qué) y Andrés asesinado unos días después de la vuelta a casa tras ese fracaso.
Un documental duro, muy duro, como cuando nos muestra el asesinato de cierto árbitro que se atrevió a perjudicar al equipo propiedad de Pablo (favoreciendo al equipo de otro narco, por supuesto), pero que creo de obligada visión, no solo por el tema deportivo si no por el social-político-económico.
Auges y descensos a los infiernos. La vida en la Colombia de los años de plomo. Si se le podía llamar vida.