17.3.15

EL 9 DE LA BORRIANA. Sabadell y el menú de calidad.

EL 9 DE LA BORRIANA, Carrer de la Borriana 9 (reiteración), Sabadell del Vallès del bueno.

La justicia se acaba sirviendo aunque sea fría como una ración de surimi en un chiringuito ochentero. Tras años de espera, literal, en que los astros se alineasen y me pudiese encontrar frente a frente ante el 9 de la Borriana a una prudencial hora para comer, la situación se acabó por dar hace un par de semanas. Y sin dudarlo, me lancé a por el Grial borrianesco. Grandes loas, grandes crónicas de su cocina sin aspavientos ni pretensiones vanguardistas o por su defecto tradicionalistas como la comunión carlista. Cocina humilde, buen producto, gran trabajo y atención del servicio a destacar. Eficacia.

Tienen un menú mediodía a destacar, por calidad y precio. Pero la verdad, ahora mismo no recuerdo si eran 16 ó 16'50€ porque soy bloguero y no el Timout y me importa poco ser ajustado. En todo caso, por ser el local que es, por la calidad y el buen hacer, salió barato.

Me presenté allí un jueves, y como todo el mundo sabe los jueves se come arroz. O arroz con cosas, o paella vallesana o lo que sea. Pero ofrecían arroz fuera del menú normal de la semana y claro, nobleza obliga. En este caso tocaba un arroz de pollo y costilla, que aún sin ser un prodigio de generosidad carnívora no iba falto de alimento. La ración, generosa aunque no lo parezca a primera vista es más que suficiente y el arroz aún siendo de carne y faltar algo de potencia (todo el mundo sabe que el buen arroz debería llevar gambas y calamares) sabrosa, fue una elección más que buena. Grano al dente como mandan los cánones. Verduras complementarias.



De segundo plato escogí un bacalao 
con tomate sobre patatas. Fresco, poderoso en sabor, de facil esqueixar y con el único pero de un tomate que hubiese preferido en otro formato o textura si queremos ser snobs en el discurso. Pero eso no es fallo del plato, evidentemente. Soy yo, que soy de Terrassa y algunos fallos tengo que encontrar.
Para acabar y redondear una muy buena experiencia, la tradición obligada que se presenta sin avisar. Cuando hay mató, se pide mató y eso todo el mundo lo sabe. En este caso un mató contundente, de poco desmoronarse y mucho placer dulce. Miel a la altura del conjunto y satisfacción total.

No es el 9 de la Borriana un restaurante que te haga ir a Sabadell expresamente por su menú. Es más que probable, y me consta, que la experiencia a la carta (moderada en precios, no hablamos de nada fuera de presupuesto) es incluso mejor y se sale habiendo tenido una experiencia de una altura homologable al monestir de Sant Llorenç del Munt.
 Para una ocasión determinada, en una de esas noches de Sabadell y Zona Hermética se pueden dejar caer por el centro. Aunque mucho me temo que es una combinación poco recomendable. Y no por el local que aquí ven y que sí vale mucho la pena.



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