BUTIKFARRA, C/Paris con Enric Granados, a 30 metros del Cup&Cake. Que no les falte de nada.
Mucho se habla de tendencias gastronómicas y muchas son las elegidas para ser las ganadoras del año. La que les muestro hoy tiene un punto amargo para mi porque sin duda fui yo quien sugirió hace ya unos años que si el frankfurt triunfaba debería haber un mercado para este producto molt més nostrat. Y lo hay. Bueno, igual no inventé yo la tendencia pero lo pensé un día.
Una tendencia es básicamente una moda que suele salir cara. Es decir que los precios van acorde a la calidad del producto, que normalmente ha existido pero ha estado olvidado/desprestigiado/en estado latente y ha pasado desapercibido como sujeto glamouroso. Sucedió con la bendita hamburguesa y le toca el turno a su prima butifarra. Si son buenas y se dignifican, bienvenidas sean. Somos fans de la butifarra de toda la vida. Las del Butikfarra son más caras, eso sí. Pero si se pasan por la magnífica Botifarreria de Santa Maria en el Born verán que los precios ya no son tan llamativos. La calidad tiene un precio y allí no se da grasa embutida. Aquí tienen los precios del Burikfarra:
Ustedes deciden lo que hacen. Butifarras creativas, sin duda. Buenas también.
El día que visité el local iba a ciegas. Sabía que tenían butifarras pero no sabía qué tipo de local era. Yo quería comerme un buen bocata y casi lo conseguí. Digo casi porque Butikfarra no es mi estilo de local. Buscaba un local de bocatas pero me encontré con un local de cuidadísimo diseño y demasiada pompa para mi gusto. Todo muy correcto, muy bonito pero yo quería un bocata sin tener que vestir traje para pedirlo. Y lo del bocara tampoco quedó claro del todo. Estuvo bien, el "bocata" correcto, pero no disfruté lo que esperaba. Demasiado bonito todo, y a los nihilistas feístas nos sobra un poco.
Aquí el menú:
Al pedir te ponen unas aceitunas XXL que podrían valer como plato principal.
Como plato principal, una butifarra y unas patatas fritas. Me costó elegir dado mi AMOR por la butifarra del Perol, pero iba a jugar y arriesgué. Butifarra de arroz negro con sepias y allioli de pebrot escalivat. No se puede negar la imaginación del creativo. Para mi gusto, desaprovechada, y lo argumento. Exceso de salsa y pimientos que matan el posible sabor de la butifarra. Apenas se disfruta del protagonista ante esa avalancha salsera y de vegetal. Que no estaba mal, la verdad es que estaba sabrosa y gustosa, pero el conjunto era demasiado de lo mismo mucho rato para el precio que cuesta.
Además un problema con el pan. Elegí integral de cereales y le encontré dos problemas. El primero era que estaba algo duro. El cuchillo al intentar cortarlo en una ocasión tuvo problemas para hacer su trabajo. Y segundo, la "tapa", parte superior del pan era demasiado pequeña y apenas se podía cerrar. Con eso, tuve que acabar comiéndome el bocadillo a modo de torrada y no como debiera ser. Un detalle, pero es que yo quería un bocata, lo repito. Si no, ¿de qué sirve la parte superior? ¿Para mojar el pan? Tal vez sea para eso. Bien pero mejorable experiencia.
El complemento del tubérculo muy correcto. Estimable fritura al punto aunque alguna patata había quedado algo blanda. Si todas tuviesen ese punto crujiente sería una grandísma opción. Se queda en muy buena opción, se las recomiendo. Si mejoran ese punto, obligatorias en el mundillo de la patata frita de las de verdad.
Butikfarra parece un óptimo local para comer y disfrutar y por eso creo que volveré a testear alguna cosa diferente. Si mejoran ese par de detalles que les he comentado será aún mejor aunque no se vaya a convertir en un referente para mi por lo que les decía al principio. No es La Royale, pero ese ambiente tan de gente bien en local bonito de ver no va en exceso conmigo. Imagino que deberé pasar por Butifarring y hacer un take away, que eso sí que me va mucho más.
Vayan si los precios no les tiran para atrás y cuenten qué les parece. A mi me gustan las butifarras pero para ese viaje no necesito tantas alforjas. Y si son buenas de verdad y algo más baratas, mejor aún.