El último libro de Paul Auster es muy grande.
Un libro que parece una cosa pero que es otra muy diferente. Un relato sobre la ocupación de un viejo edificio en Sunset Park, Brooklyn, por un heterogéneo grupo de okupas que nada tienen que ver con los okupas a los que por estos lares estamos acostumbrados (por suerte) que esconde una historia familiar durísima y una tragedia quasigriega. Relaciones paterno/materno-filiales, los papeles de padres e hijos en esas relaciones y mucho amor y cariño es lo que destaca en el libro.
Un libro al que en un principio me costó encontrarle el punto, pero que una vez dentro me pareció una maravilla. Y como padre, lo "disfruté" mucho más.
Se lo recomiendo.
Pero no apto para neófitos en Brooklyn follies.