Mostrando entradas con la etiqueta Barceloneta. Mostrar todas las entradas
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16.2.14

Miscelánea gastronómica recomendada.

Hoy les traigo un post comodín y comodón. Comodín porque puede salir cualquier día y comodón porque no tenía nada más a mano. De hecho no hay material suficiente para post así que se recurre a la base de datos y se tira de reconstrucción frankenstiniana. Es algo que ya he hecho antes y lo saben. La cosa está muy mala y también lo saben. 
Así he recogido en este post algunos platos sueltos que he ido degustando las últimas semanas y que me sorprendieron o maravillaron a partes iguales. Alguna foto de algún local del que ya se ha hablado aquí y que si no conocen es vergogna. Repasemos.

  • CA LA PAQUI, compitiendo hoy con Mollete de pringá.

 Como otras muchas veces, agradecer al más grande sabio bodeguero de la ciudad su ayuda y generosidad al descubrirnos esta pequeña bodega en los márgenes Clotiles de la ciudad. Lejos de todo y cercano al éxtasis con este bocado típico de Sevilla que bordan con maestría absoluta. Merece un viaje hasta la zona Gan Via/Bilbao sin dudar un segundo. No siempre tienen, al parecer, pero si ese día no están de suerte se pueden deleitar con otras maravillas del local, como las fotos de Montilla cuando era Presi.
(Nota: la Pringá es la carne que se le podría meter a un cocido pero desmenuzada y untada. Algo así. Mucho mejor comerla que explicarla)



  • CAL PAPI, nos trae su Ropa Vieja.

 De Cal Papi son famosos sus no-Buñuelos de bacalao porque son la repera, pero la última vez que estuvimos nos pusieron esta maravilla. Carne de ternera guisada y maravillosa. No se la pierdan si se pasan por ese barrio Patrimonio de la Humanidad que es la Barceloneta. A 100 metros pueden rematar la tarde con un gintonic en vaso de plástico como unos Reyes.


  • WOW! se presenta con Club Sandwich.

 Amantes de los bocatas somos y así moriremos. Tal vez de forma literal. Wow! es un local para todo. Desayunos en los que puede hacer de plató para entrevista jotdowneras, menús mediodía más obviables que un mítin de Rajoy y sobre todo son bocatas que te mueres de buenos. Ya conocíamos sus hamburguesas y un día decidí pasar a probar un Club Sandwich por curiosidad. Esperando una especie de bikini sin más me encontré ante este monstruo del abismo que me costó acabar. El Club es una especie de sandwich vegetal al que se le añade pollo o pavo mejor, empanado o rebozado y cortado en cuatro partes. Son 8€ sí, y las patatas son congeladas pero volvería sí o sí a por él. Porque nos encantan las guarradas. Mucho.


  • PAPRIKA GOURMET, nos ofrece su Bagel con Pastrami.

 De Paprika ya sabemos que es una Delicatessen espectacular y que hacen algunos de los mejores bocatas de la ciudad en RCP. Siempre con el pastrami por bandera y en diversas combinaciones, recomendándoles en mi humilde opinión el New Orleans. Últimamente, estan haciendo negocios conjuntos con una gente a la que también hemos descubierto recientemente, Yes We Bagel que son unos chic@s que te traen los bagels a casa una vez pedidos por teléfono o en la web (el panecillo, no los bocatas hechos). Así, de tanto en tanto en Paprika tienen bagels o los de YWB tienen pastrami, y dándose el caso en que un sábado por la mañana en Paprika tenían bagels en lugar del pan de siempre para los bocatas, me fui a desayunar contundente. Aquí el resultado. Paseo hasta Sagrada Familia y desayuno brunchiniano de qualitat. No se los pierdan, de verdad.


  • PASTICCERIA ALBA y su cannolo artesano.

Misma zona que el anterior, mirando cara a cara a la eterna Sagrada Familia, la Pasticceria Alba se distingue del resto de competencia cannoliera en que ellos hacen su producto. En general el mercado del cannolo lo lleva un mismo distribuidor que vende cannoli congelado a todos o casi todos los locales que conozco que los venden. La diferencia básica entre ellos es el precio; 2'85-2'90-2'95-3€. Misma forma y sabor. Todo muy bien. Pero en Alba nos encontramos con otra cosa. Un cannolo más pequeño de lo normal pero mucho más crujiente al evitar el proceso de congelado y descongelado. 2'50€ y un sabor inmejorable. Un dulce acojonante, que si no conocen ya van tarde.
En serio, el cannolo es la vida.

4.11.13

EL RACÓ DEL MARINER. La Barceloneta de verdad, la del puerto.

EL RACÓ DEL MARINER, a la sombra de la Torre del Rellotge a la Barceloneta. 
Extraño local el que les traemos hoy al blog. Conocido en determinadas esferas pero lejos de lo que es el gran público que suele transitar la zona sur del Passeig Joan de Borbó (cada vez más cerca de que necesite una dosis de Napalm como las Ramblas) y ciertamente escondido tras una aduana de la Policia Portuaria al final del C/Escar al que accederán tras una sesión de acertijos con el poli de la garita. Como en la mítica escena de Bilbo y Gollum, más o menos, para que se hagan una idea. Pero si alguien les pregunta qué llevan en el bolsillo o que tiren de un dedo, no lo hagan por si acaso.

En todo caso, tras un post de los cracks del Morro Fi y con la dirección del evento por parte del señor Compte, nos dirijimos a un #paellahunters masivo repleto de gente de buen comer y estómago endurecido por el vermut. Reserva mediante, que aunque semisecreto el local se llena bastante de gente de todo tipo. Desde guiris perdidos hasta rudos marineros con una novia en cada puerto. Y nosotros allí, esperando la comida que no llegaba y se demoró como si trajesen el pescado en trirreme griego de combate.

Hicimos un clásico entrante pica pica para compartir entre todos, muy variado y del que existen pocas fotos. Yo al menos me limité al rejo y a las bravas. El rejo son las patas del potón, pero no vamos a hacer broma con esto, malpensados. Como si fuese pulpo y todos contentos. Hubo fritura de pescado, mejillones y algo más, pero vaya, que no les vamos a poner los colmillos largos que no hay fotos.
Estimable rejo rebozadete (una técnica bien conocida en el local) y muy buenas bravas que sorprendieron por su buena e inesperada calidad (la verdad sea dicha). No salen en la lista del Time Out pero merecen estar antes que al menos 3/4 partes de las que sí salen. Potentes en la aplicación pimentonera como mandan los cánones y la Sandra.
Tras los entrantes, la larga espera para la paella de marisco (16€ per head). Demasiado tiempo, seguramente se les pasó empezar la cocción cuando tocaba y fueron a remolque aunque parecen haberla sacado algo tarde. No es fácil hacer paella para 9, pero finalmente llegó, la dejaron sobre la mesa y nuestra especialista en paellas se puso a repartir. El servicio merece otro comentario aparte. Muy peculiar, muy heterogéneo, de bar de toda la vida, con gracia, salero, familiaridad y buen hacer aunque de mejorable memoria.
La paella me gustó. No fue una gran paella ni estaba como debería haber estado. Se había pasado algo, sin duda, y había quedado algo apelmazada y con el grano blando, pero el sabor muy bien. Sobre todo me gustó porque me recordaba a las familiares aunque ésta tampoco nos dejó mucho socarrat y se puede considerar otro punto en contra. Buen sabor, mejorable ejecución. Se había pasado pero no la dejamos pasar. Eran casi las 5 de la tarde y no quedó prácticamente nada. Raciones generosas a tener en cuenta.
Si les gusta el arroz suelto y algo duro no es su paella. Si no tienen problema con un arroz más meloso por el grano algo más blando, no tendrán problema. Paella interesante pero no una gran paella. Los cánones no estarían tan contentos en esta ocasión.

Podríamos haber comido tranquilamente 12. 
En definitiva, un local semisecreto donde poder comer una buena paella con pescado fresquísimo y por lo visto en otras mesas una fideuà igualmente interesante o mejor aún. No le tengan miedo a la Policia y pasen. Estarán en el puerto, pero en el de verdad. En el que queramos que siga existiendo y que el alcalde no convierta en un cementerio de yates de lujo para momias como Briatore o análogos.
Experiencias auténticas.

26.6.13

The Little Barcelona. La Barceloneta de toda la vida.

La entrada de hoy es diferente. Es un homenaje a un pequeño barrio de pescadores en el que cada vez pescan menos y cada vez tienen más problemas para poder sobrevivir como quieren. Vaya, que el Ajuntament se lo quiere cargar, como suele pasar en estos tiempos ultraliberales, para poder especular tirando abajo lo viejuno para traernos el glamourt de los yates de ricos corruptos con promesas de salvapatrias con su oscuro dinero. No es intención de este blog hacer una clase de Sociales sobre el cómo y el por qué los gobiernos locales venden sus ciudades y su patrimonio histórico a cambio de cuatro duros y una destrucción irreversible. 
Mientras eso no pase, y esperemos que no pase, podemos disfrutar aún del encanto especial de un barrio especial. No hay parangón en la ciudad y hay que disfrutarlo. Sí o sí. Lo que ven aquí es un recorrido de un par de visitas, porque ni yo soy capaz de comerme todo esto el mismo día así como de aperitivo...Bueno, o igual sí, dejémoslo en la duda. En todo caso, recorremos JAICA, LA COVA FUMADA y CAL PAPI, clásicos del barrio y de sus vidas.

- EL VASO DE ORO, (Balboa 6)

Llamarle clasicazo es quedarse corto, y no hace falta que nos extendamos mucho más con la presentación de un local de fama internacional. No se pierdan su cerveza propia y unas tapas de impresión, como la ensaladilla o los boquerones...Un espectáculo en sí, con esa barra hiperlarga y unos camareros de los de toda la vida. Controlando el barrio.




- JAICA. (Ginebra 13)

Local canalla (siempre he odiado este calificativo pero lo pongo porque quiero) en el que hay mucho rock & roll y algún camarero algo despistado pero en el que se come de lujo oriental. Seguro que antes mejor, como siempre, pero yo disfruté bastante.

Unos Tigre de escándalo, porque soy muy fan de esos rellenos salseros medio bechameleros que quitan el sentido. Detrás unos buñuelos de bacalao algo mejorables que no quedaron para el recuerdo.
 Aquí, unos chipirones. Saluden.
Y unas navajas más que sabrosas...buenas es poco. Hay que darles chance. (No son mejores que las de O'Retorno o Ca la Nuri, quede dicho)

- LA COVA FUMADA. (Baluard 56)

Se comenta en Twitter que a Philippe Regol le han dado el Premio Nacional de Gastronomía por haber ido a La Cova y dejar por fin los menús degustación de lado. Bueno, lo he comentado yo sólo, no les voy a engañar, pero al recordar su post me he pasado hoy a modo de homenaje. A brindar por la Cova y sus barceloneta bombs, parafreasando a los Clash.
Lo diré claramente: a la Cova Fumada hay que ir sí o sí. Por dos razones que les doy ahora mismo. Bien, serán tres. La primera, porque es un local de toda la vida en el que se percibe la historia y el patrimonio gastronómico. Así de simple. La familia es la familia y hay que defender estos locales y alejarnos de franquicias que imitan lo auténtico. Esto lo es y se nota nada más pasar la puerta de madera. El bullicio es total y el encanto mayor aún. Miren la cocina simplemente y lo verán.
La segunda y tercera razón las tienen aquí. La bomba. Increíble pero no digo más porque ya lo saben.
 Y el mejor cap i pota que yo haya comido en la ciudad. La melosidad hecha plato. Me hubiese hecho un bocadillo. Ha sido una experiencia increible, orgásmica, placentera y repetible en 3, 2, 1...No se lo pierdan si son fans de este plato.

- CAL PAPI. (Atlàntida 65)

Por último, Cal Papi, un local donde se pueden encontrar los famosos buñuelos de la Carmen. La Carmen es una señora amabilísima que una vez te los hace al momento y te avisa de que no te quemes, se sienta al fresco en una silla a hablar con la gente que pasa por la calle. The Barceloneta way of life, bitches. Muy fan. Iba a comer los buñuelos y eso he hecho. He entrado, los he pedido, los he disfrutado y me he ido tras un curso de lo que es la Barceloneta. Y los buñuelos...son puro bacalao. Ni más ni menos. Unos trozos de bacalao bien fritos en un rebozado de los que me gustan, nada pesado. Unos buñuelazos, qué demonios. Ración a 9€ más o menos. Y encantado porque podrían comer 3 personas.

Para cerrar el post, que la Barceloneta es necesaria y no puede morir. Hay que ir, apoyar lo que podamos y difrutar. Disfrutar mucho, que va a ser fácil. Pero no dejemos que nos la quiten. Algunos que hemos venido a parar a esta ciudad de rebote y no hemos conocido la realidad de hace 20 años, queremos poder disfrutar todavía de lo que queda. Que no es poco.

19.5.13

CA LA NURI PLATJA. Summer is coming.

 CA LA NURI PLATJA, Paseo Marítimo de la Barceloneta, antiguo Somorrostro y tal vez futuro vecino del Puerto de yates de lujo que nos quieren enchufar el gobierno de derechas de la ciudad.
 Visitar la Barceloneta y sus playas es un absoluto privilegio que algunos quieren quitarnos. Se ha convertido en un vicio correr por sus playas y comer en sus restaurantes. Desde los más de interior a los de primera línea, aunque éstos últimos a veces se van de presupuesto. En las últimas semanas nos hemos dejado caer por El Vaso de Oro, Jai-ca o este Ca la Nuri, disfrutando siempre de buena comida y del encanto especial de este barrio de increíble historia.
Tras estas fotos desde la arena frente a la terraza del restaurante que nos ocupa, hablemos del local en sí. Ca la Nuri es una marca que ha ido expandiéndose por la ciudad, con dos restaurantes de diferente oferta que se complementan entre sí. Platja, arroces y comida marinera y Terra, carnes y brasa.
Buena materia prima, buena cocina y experiencias recomendables.

Quisimos darnos un homenaje de inicio de temporada veraniega en primera línea de playa y escogimos Ca la Nuri porque su fama le precedía y teníamos buenas referencias. No nos equivocamos. No es un restaurante barato como no lo suele ser ninguno de los que se dedica al arroz de calidad en Barcelona, pero ya saben que si se modera la ingesta de alcohol y el tema del postre, la cuenta puede quedar más que arregladita. En nuestro caso además ya nos la jugamos con el entrante, pero lo explico ahora.

Sabíamos y teníamos claro que íbamos a comer arroz. Para variar, modo ironía en On, los arroces son para dos personas. Así que lo de combinar, pues no. Vale, no pregunté si los hacen para uno, pero la carta es clara al respecto y sigo sin entenderlo. Si es un local de arroz en el que se consume por toneladas, ¿no se pueden cocinar paellas más grandes para tener preparadas unas raciones individuales? No entiendo de servicio de cocina, pero es una limitación que no acabo de comprender. Pocos restaurantes se atreven con el arroz para uno, pero los hay. ¿Por qué en unos sitios se puede y en otros no? ¿Cuál es el secreto o la magia arrocera?

El día de autos, sábado de buen tiempo que aprovechamos para pasear por la playa, elegimos el siguiente menú: navajas como entrante y arroz de segundo. Para el pequeño unos buenos calamares a la romana de los que no hay foto, pero vaya, ya se hacen a la idea de cómo eran.

Las navajas nos fueron ofrecidas fuera de carta y con el plus de ser del día, recién traídas de la llotja, con lo que ya sabía que no iban a salir baratas. El capricho. 15€ bien aprovechados, porque estaban realmente espectaculares. Vigilen siempre con el OFF carta...en este caso salió bien por la calidad (no crean que celebro gastar 15€ en 9 navajas).
De segundo, el arroz. Nos costó elegir entre la oferta al tener que ponernos de acuerdo los dos, pero al final elegimos un arroz curioso y con presencia de pescado:
Un arròs fosc de l'Empordà amb cintes de sèpia. Lo disfrutamos hasta el último grano. De sabor potente, fuerte y no apto para paladares sosainas hechos al arroz blanco. Un grano al dente como debe ser y unas cintas blancas para complementar muy adecuadas para el juego cromático.


Una muy grata experiencia arrocera que será tenida en cuenta para futuras incursiones porteñas. A la cuenta, además de los 15 de las navajas, hay que sumar unos 19€ por plato de arroz. Ya saben, el precio medio del arroz en la ciudad, alrededor de los 20 casi siempre.
Si vale la pena, como en este caso, adelante. En otros sitios, con precios más bajos, la experiencia ha sido mucho peor...No es una ley y nos gustaría que los arroces salieran a 10€ el plato, pero si no puede ser, al menos que sea bueno. Y en este caso lo fue. Buen servicio, amable, atento y buena comida.
Déjense caer por la Barceloneta y salvémosla de la especulación.
Opongámonos a los cambios que la convertirían en una vulgar Mónaco.