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6.10.15

TIMESBURG. El Advenimiento del cuarto local y sorpresas varias.

Pocas entradas como ésta han visto por aquí. Seguro. Es una seminovedad absoluta total. O tal vez no. Vaya que no recuerdo si alguna vez hice algo así y no tengo ganas de mirar lo que hice porque no tengo tiempo para tonterías.

El caso es que el jueves 1 de octubre la buena gente de Timesburg nos invitó a la inauguración de su cuarto local en Barcelona, lo que demuestra que al parecer mal no les va, para disfrutar de una noche entre colegas con buena comida para dar a conocer su producto entre aquellos que aún hoy la desconocían (si los hubiese por estos mundos de Dios).
Como ven en la foto de aquí debajo gustan de espacios grandes y decorados de forma industrial con toques rústicos y el local de Rosselló 520 esquina Independència no es una excepción. Está bien y creo que tiene que valorarse de esta manera el hecho de que los locales de esta marca huyan del centro de la ciudad y se repartan por zonas alejadas de los grandes movimientos turísticos para hacer una vida algo más de barrio y proximidad.
 Este tipo de eventos en los que históricamente me he prodigado poco son para darse a conocer y quedar bien o muy bien entre la gente de este complejo y cada vez más cansino mundillo. Y creo que se consiguió de sobras.
Me gusta Timesburg y me gustaba antes de esta inauguración. Lo dejo claro desde el principio porque esto no es una conversión religiosa espontánea milagrosa. Que sí, que hay gente que dice que es sincera y canta alabanzas y en realidad no lo es, pero no es el caso. A mi gustaba Timesburg desde el primer disco cuando no los escuchaba nadie y no hacía falta que me llevaran a tan magno evento a comer unos bocados para decirlo. Y pasa también que hay veces que la gente dice que le gustan las cosas e incluso puede llegar a ser cierto. Qué situaciones tan extrañas se llegan a dar, que te mole algo y lo digas. Por suerte en el mundo no todos tenemos el mismo gusto y algunos aún no han descubierto los bagels con salmón ahumado.


La noche transcurrió sin incidentes remarcables si no hablamos de un par de avalanchas sobre las bandejas de los camareros cuando salían de la cocina. Pero la gente se sentó en las mesas y sólo los pringados como quien les escribe se quedó de pie junto a otros ilustres ignorantes gastrocanaperos blogueros.
Aquí una panorámica de un momento de la inauguración en el que pueden ver a más de dos de esos influencers de la ciudad mientras yo degustaba esa carne al punto maravillosa con sus jalapeños y nachos rotos desde la altura de la escalera.

 Y aquí la Kobe, objeto de discusión fervorosa por su nombre en algunos foros virtuales... En la carta al menos pone que es carne de wagyu y ya está. Sin querer buscar ninguna otra explicación ni entrar en polémicas porque había otra que se llama DF y no ví la Plaza del Zócalo dentro. Dejen de ser tan intensos que eso ya no se lleva desde que empecé a quitarme.
Otra pieza que pueden ver en mi perfil de Instagram con su éxito y tal.


Aquí en cambio hago uso de fotos profesionales proporcionadas por el local y no tomadas por mí, evidentemente, para que vean qué se pierden si no se pasan por aquí. (Si quieren fotos mías del local busquen el post por el blog que haberlo haylo).
La Foie con su ídem y unas pipas (stop rúcula).
 La Massimo con su tomate seco y su parmesano (y la omnipresente rúcula).
En definitiva, una gran noche para redescubrir una hamburguesería más que interesante a la que seguirle la pista. Post (no) patrocinado más que por unos bocados hamburguesiles y alguna cerveza, lo prometo encima de un bagel. Igual es que nos vendemos demasiado barato... 
Gracias a la organización por su ayuda en la elaboración de esta entrada. Si cuela que me inviten de verdad a comer en plan bacanal que para eso he escrito esto como bien sabe todo el mundo.


Ha sido una entrada diferente. Lo perciben, lo reconozco. Pero la ocasión lo merece de alguna forma; el blog entra en stand by hasta nueva orden si es que la hubiese en el futuro. No la actividad de quien les escribe porque voy a seguir apareciendo por ahí en otros lugares más recónditos, pero en estos momentos prefiero dedicar mi tiempo a otras cosas que seguro que van a ir saliendo.
No es una despedida pero quería cerrar esta etapa haciendo algo que no había hecho antes como era dar carnaza para que me destripen por vendido pero la ocasión lo merecía. Y me importa más bien poco, m
enos que un concierto de Miguel Bosé a 80 pavos. Porque ustedes que han seguido este viaje saben que no es así.
Etapas que uno vive.

Sigan comiendo bocatas y sean felices. Dejad que los bagels se acerquen a mí.

28.2.15

CAL MARIUS. De pastrami y bagels lejos de la Gran Manzana.

CAL MARIUS, Mallorca 449, en la gran manzana del pastrami y la Sagrada y jodida Familia.

De pastrami y bagels hemos hablado largo, tendido y mucho en este blog. Y volvemos, porque el blog es mío y aquí se habla de lo que yo quiera. Y hablando de cosas que nos gustan pues no les podemos engañar: Bagels, de Be my Bagel y pastrami de Paprika Gourmet son Top of the Tops. Una selección All Star de productos favoritos del blog.
De Cal Marius les hablé en un álbum de Facebook cuando nos presentaron sus creaciones hace unos meses y ahora, justo cuando están en fase de traslado a un local enfrente del actual, volvimos a pasarnos a recordar lo espectacularmente grande que era todo. Aún perdonando esa U intrusa, pueden ver que no les engaño. Las creaciones de Marius son espectaculares más allá de Orion y parte del extranjero. Luego lo verán con sus ojos fuera de las órbitas.
El día de la visita me busqué a un guilty partner de buen gusto y ya versado en las maravillas mariusianas para que me acompañara en el magnífico ágape y me pudiera orientar sabiamente en qué escoger. No es que cuando te encuentras un bagel con pastrami sea difícil entender que va a estar bien sí o sí, pero la lista era larga y se necesita asesoramiento. 
El compañero eligió un Hortelano por aquello de comer algo de verdura en semejante mastodonte, seguramente con la intención de hacer pasar el bocata como ensalada en su consciencia. No creo que le sirviera. El medio kilo de culpabilidad ahí está.
Ya puede llevar pimientos, alcahofas o berenjenas, que de pastrami hay en cantidades ingentes como pueden comprobar. Maravilloso, tremendo, apocalíptico.
Como es de suponer yo no iba a hacer prisioneros. A por todas, a por lo más espectacular, a por lo más grande, a por el summum de summum, a por el bocata entre bocatas. El clásico bocadillo que chorrea, que te mancha, que te regalima (guiño) por las manos, los brazos y el alma. Se convierte en la ancestral lucha entre el hombre y el bocata que se desmonta. Pero ganas porque sabes de qué va esto y no vas a permitir, jamás, acabar de comerte un bocadillo con cubiertos. Antes la muerte. 
El American sensation es muy bestia. Mostaza, queso, cebolla, patatas fritas dentro del bocadillo y toneladas de pastrami. Incluso un intruso verde al que poder obviar. Pero la corona, el huevo frito con su yema líquida que reta tu dignidad. Vaciar por los lados y acometer el centro. Estrategias inspiradas en las falanges macedonias de Alejandro. A por todas, que en este caso es mucho, muchísimo.
Todo al precio de una buena hamburguesa. Morir era esto.

Cal Marius se traslada estos días por culpa de propietarios sin escrúpulos. Ya les he puesto su nueva dirección en el 449 para que no se confundan de esquina con el actual emplazamiento.
Son gente humilde y es un local humilde pero ellos trabajan con pasión, de forma incansable. Lejos de moderneces impostadas y fachada pretenciosa. No es el local donde te cobran 11€ por dos rodajas de pastrami. No, aquí pagas lo que comes y no lo que se supone. Y cómo se come amigos. Variedad para encontrar su bagel tienen. No fallen. 10€ por persona y no hace falta que cenen prácticamente.


Por la familia Marius y los proyectos honestos.




PS: Preferiría poder escoger la variedad de bagel que me voy a tomar y si hubiese cervezas artesanas ya sería el acabose.


15.2.15

PULLED PORK. Hype y realidad. Una aproximación.

 Vigilen con el pulled pork. Si no saben de qué les hablo es porque no han leído este blog últimamente ya que en la entrada de Chivuo's les hablaba de ello someramente. El pulled pork es el descubrimiento de estos meses. Ni butifarras ni salchichas ni ceviches en bocadillo. Apareció de la nada y sin avisar como debe ser en estos casos, para impactar en nuestros humildes paladares deseosos de carnaza (en todos los sentidos). El producto se está empezando a dejar ver por ahí y se percibe una cierta y muy humilde fiebre cerdícola en los locales bocateros de la ciudad. Pero irá a más, seguro, porque cuando se hace bien (y cuesta hacerlo) es una maravilla. El sueño más deseado de cualquiera zampabollos que se precie: comer mucho pan con carne a toneladas, alejándonos de los manidos (y sagrados al mismo tiempo) lomos con queso. Siempre digo que todo es bocadilleable y el sandwich de pulled pork es la muestra de ello; espero ver pronto la ternera del cocido entre el pan o en su defecto un rabo de toro deshuesado entre lonchas de pan rústico.

Estas últimas semanas nos hemos puesto hasta arriba de pulled pork. Y cuando digo nos quiero decir yo. Se han encadenado diversas visitas y ágapes a mecas del susodicho producto y por esto hoy les hablo de él; se lo van a encontrar por ahí y tienen que saber a qué se enfrentan.

La primera parada la hacemos en la Hacienda de Lovefood que tuvo a bien invitarnos a probar su versión del ya legendario pulled pork. Ya saben, el clásico "el mío es mejor", "a que no te atreves a invitarnos a probarlo (psicología inversa, sí), etc. Y ahí caímos.
Tuve el placer además de poderlo desmigar, deshilachar o como quiera que sea el verbo correcto con mis manos con lo que me unió al cerdo una conexión especial que indudablemente marcó mi relación con él. En otras palabras, es el mejor pulled pork de la historia de los pulled pork que yo haya comido jamás (repitan muchas veces pulled pork sin parecer tontainas, va, venga).

 No les puedo contar la receta porque es secreta y debería huir a algún bosque de Canadá a ocultarme si se la explicara, pero sólo revelaré que uno de los ingredientes del macerado del cerdo en el horno es cerveza negra (o en su defecto una Darro Brown Ale de Balate, por ejemplo). El toque es maravilloso, la carne estaba en su punto y el deshilachado manual impecable. El detalle del coleslaw siempre aporta esa parte de "estoy comiendo vegetal" que tanto gusta en los USA. Y que está buenísima y podría ser comida nacional en mi casa.
 Maravilloso sin paliativos. Un bocadillo estelar que lo tenía todo. Cantidad, calidad y mucho cariño puesto ahí.

¿Pero quién inició esta moda o este hype del cerdo desmigado? Pues ni idea, pero yo lo conozco y me enamoré con Chivuo's. A nivel de locales no hay quien les pueda toser en este producto (y eh, he ido a dos). Su bocadillo, muy cercano al que les comentaba anteriormente, es una pasada total. Aquí tienen la versión que sacan a pasear a eventos y mercados modernos en general y el que sirven en su pequeño y necesario local de Gràcia. Su pulled pork y su coleslaw. Todo muy canónico, académico y paradisíaco.
 Experiencias maravillosas entre pan. Muy dignas y muy gourmet, sin que vengan las estrellas a avisarnos de que los bocatas molan. Pues claro, si no lo sabíais antes es que igual sois vosotros los que no molais.

Pero claro, ¿qué pasa cuándo algo se convierte en, perdonen el insulto, "tendencia"? Pues que se tiende a copiar o tiende a inspirar ideas en los demás. Y así, el pulled pork de Chivuos (por ejemplo) es homenajeado en otros sitios pero sin la gracia ni el arte mínimos. Y te encuentras algo tal que así:
Se anuncia como pulled pork y se vende como tal, pero no lo es. Pasa demasiadas veces y es un poco un engaño (a sabiendas o por desconocimiento). No vamos a mencionar la ensalada a la Pollock o las ínclitas patatas congeladas de menú, porque en este local de Enric Granados he disfrutado grandes hamburguesas en el pasado, pero ya no. Hace meses que WOW! dejó de ser una visita guarril obligatoria y volví por el anuncio del cerdo, por curiosidad a ver qué encontraba. Y encontré una especie de kebab, digno, pero kebab en bocata.
Nada malo, sabroso, con su cheddar amarillo plasticoso de ensueño y un pan de hamburguesa clásico, pero con la puñetera rúcula que os podéis meter donde os quepa y sobretodo con un corte y un rostit que no se corresponde con lo que debería ser el pulled que se anuncia. Es otra cosa, cambia el nombre. La Pepsi no es Coca Cola ni el ceviche es bacallà desmigat, así que aplícate el cuento. 


Además, decir pulled pork es complicado, no jodamos. Busquemos otra forma entre todos y seamos más felices y menos alienados culturamente.
Aplaudimos el pulled pork y lo amamos pero queremos que se hagan cosas con sentido. La realidad es que se está trabajando muy bien por ahí y hay que valorarlo, pero no caigamos en la trampa del hype sin sentido. Don't believe the hype decían los clásicos. Hagan caso y busquen realidades.

21.12.14

CHIVUO'S. El poder del Chivo y de las barbas.

CHIVUO'S, Torrent de l'Olla por encima de Lukumas, Gràcia artesana, Barcelona.
 No era intención postear esto con estas fotos que verán aquí debajo. No era intención actualizar con un post de una visita ya alejada en el tiempo. Pero no podía olvidar de forma intencionada este local, una de las agradables sorpresas en la ciudad en este final de año. No es que hayan abierto esto días, pero es un espacio joven y que aún crecerá mucho más, porque se percibe a primera vista. Hay talento y buen hacer, humildad y productazo.
Chivuo's, ya lo habrán intuído, es un local de bocadillos de categoría extra. Aquí tienen su breve carta y los precios. Comedidos y al alcance de todos, lejos de lujos modernos de discutible ética. La razón por la que estoy escribiendo esto y ustedes leyendo ahora mismo es que ayer mismo volvimos a tener la revelación del chivo en un evento moderner como pocos que más tarde les relataré. Pero la idea es la siguiente: en Chivuo's se come de maravilla y se bebe a la altura porque, Oh sí, tienen cervezas artesanas como mandan los cánones. Lo siento amigos, han llegado para quedarse, así que vayan olvidándose de la "cerveza" genérica que nos han colado durante demasiados años. Bebamos como comemos, bien, de verdad.

La noche de la visita a Chivuo's, con el descubridor del local y uno de nuestros enlaces en Gràcia, no fallamos en nada. Llegamos justo cuando una mesa quedaba libre, el local es pequeño y les tocará compartir mesa si se despistan, y las elecciones de la noche fueron un pleno sin discusión. Sólo decir que desde entonces no echo de menos la omnipresente hamburguesa, sino que me he hecho seguidor de la secta del cerdo desmigado (Pulled Pork para los puristas de Wisconsin). Luego corroboro. Aquí lo tienen con su salsa barbacoa y su coleslaw o ensalada americana de col, otra de mis grandes debilidades desde siempre. Un bocado de orgasmo cerdícola y colero. Uno de los bocatas del año.
 Patatazas al nivel, como pueden ver y que vienen como acompañante en la bandeja. La sublimación del arte de la patata, y como buenos comedores de las mismas, felices en que la gente ya de forma masiva haya abrazado el arte de la patata natural y la fritura com cal. Porque a ver, no costaba tanto...
La hamburguesa no la probé porque estaba adorando a mi nuevo Dios, pero vaya, por la pinta y las caras tipo Meg Ryan en Katz de mis acompañantes, no está nada, nada mal... Con su inseparable bacon crujiente!!
 El pollo a la parrilla sí que pude testearlo brevemente y la verdad, qué decir que no haya dicho ya. Pues más buen pollo y menos trufas en los menús pijeras. Y qué pan, maravilloso. Y la mayonesa de aguacate...
Así fue nuestra triunfal visita a Chivuo's local hace ya demasiado, pero es que ayer en uno de esos eventos modernos mezcla de mercado de artesanía, comidas, peinados imposibles y plató de fotos para Instagram como fue el All Those Food Market (nombre en inglés obligatorio por si hay cobertura de la CNN) en el maravilloso claustro de la UB. La verdad es que fue una experiencia más que recomendable, básicamente porque nos encontramos otra vez con esta gente y nos volvimos a meter un pulled pork a 4€ maravilloso. 
Creo que el pulled pork es la sentencia a mi frase "todo es bocadilleable". Carne como la que podrías encontrar en unos canelones nada tradicionales, pero en un bocadillo. El sueño de todo gorderas.
LA MARAVILLA. Y hasta aquí. El cerdo desmigado es EL camino.



2.12.14

OMA Bistró. Las dos caras de la verdad (?).

OMA Bistró, Consell de Cent 277 esquina Casanova, junto al futuro Brewdog Bar.

OMA Bistró es un nuevo local en la ciudad pero antes de ir crees que ya lo has visitado un poco. Reinterpreta (por no decir que sigue la misma estela) el estereotipo de local moderno típico y tópico que se ha hecho norma en esta ciudad. A saber: estética semiindustrial, desconches en la pared, madera a cascoporro, mesas comunitarias para compartir, sofás y muebles en general viejunos, pasteles caseros y cafés virgueros, etc. No me digan que no les suena. Por eso mismo debiera ofrecer algo distintivo y distinto y por suerte lo hace. Para empezar, tienen 6 tiradores de cerveza artesana, lo cual no es normal en este tipo de local (por suerte cada vez más normal). Le sigue el hecho de que ofrece un menú mediodía entre semana más que interesante y acaba ofreciendo BAGELS. Sí, sólo por eso merecía la visita, pero vamos a dejar el comentario para más adelante.
El ambiente en OMA es más que agradable. Servicio atento, buena música, gente con clase como yo y todo eso; una carta extensa y propuestas a priori más que interesantes. Dependiendo del día de la semana tienes opción menú u opción brunch (que no esmorzar de forquilla), quedando éste último para el fin de semana, evidentemente. Y por eso visité el local dos días seguidos, viernes y sábado, para probar todo lo que pudiese y parecer súper profesional como hacen los periodistas de verdad (o eso dicen que hacen que me lo han contao).

Viernes, 13:30h, menú de dos platos, postre, agua y pan. 12€Impresión general, muy correcto. Recomendable sin duda por su calidad y relación con el precio que aún sin ser barato cumple con su cometido y la experiencia es más que satisfactoria. Comprobarán que falta el segundo plato (profesional, ja!) por un error con la foto que creía haber hecho. Vayamos.
De primero, un risotto verde muy curioso que no era ni albahaca ni plancton a lo Ángel León. Debiera ser rúcula, pero no era amargo...Da igual, como esto es un blog no tienen que tener tampoco toda la información precisa. Lo rojo eran tomates cherry que siempre visten mucho. Parmesano detallista.
 De segundo un estimable pastel de carne con aspecto de lasagna y textura de puré de patatas trufado con carne con tomate. Y mucho queso. Me encantó y es una lástima que no lo puedan ver. Me cuentan que las lentejas que se ofrecían ese mismo día eran muy buenas también...

Para probar algo más de la oferta escogí una minihamburguesa, pero no acabó de estar a la altura. 3€ por un bocado poco interesante, poco sabroso y que además era acompañado por unas chips algo fuera de forma...

 No vale lo que cuesta, sinceramente. Y no es muy atractiva visualmente para lo que se estila en estos tiempos.
 De postre una crema catalana que me satisfizo como los dos platos anteriores del menú y que no tenía exceso de azúcar quemado.


Sábado, 13:15h, prueba de bagels y pastrami.
Si el día anterior se saldó con una experiencia más que positiva en lo referente al buen menú probado, el día de autos fue algo más confuso. Digo confuso porque si bien la experiencia a nivel gastronómico no tiene pega alguna, hablando en términos generales fue una pequeña decepción. Principalmente por un pequeó pero importante detalle: el precio. Excesivo desde nuestro punto de vista. Lícitos y con algún sentido, pero fuera de mercado según mi humilde opinión de comedor de bocadillos. No me gusta pensar que se traslade al hype del producto X un sobrecoste para el consumidor que vaya destinado a pagar la inversión en el local (cosa lógica), pero a veces nos pasamos, y según lo visto... No sé. Grandes bocadillos, grandes por altos, precios. Veamos.

Miss Bagel optó por el clásico bagel con salmón, aderezado en esta ocasión con unos fabulosos huevos benedict no monacales con su salsa holandesa y demás. Son bagels de Be my Bagel y se nota. Muy buenos. Buen salmón, buenos huevos, gran plato, pero 11€. A mi modo de ver, demasiado. Aunque en Picnic tenían benedict a 14 y se llenaba (ahora seguramente sigue haciéndolo).

Para mi, el sandwich de pastrami. Ya saben, demasiado tiempo sin aparecer por aquí, y yo por ustedes lo que sea. Un buen bocadillo, algo pequeño para mi gusto y lejos de las cantidades neoyorkinas, pero sabroso. Pastrami, cheddar no fallan jamás.
 Pueden ver bien el tamaño. ¿Cuánto creen que cuesta?
12€. Ustedes mismos, pero para mi, y repito para mi, es un exceso. Grande. No diremos nombres aquí pero se encuentran bocadillos similares, por no ser muy agresivo en la comparación, a unos 4€... Fuera de mercado. Ya no hablamos de un producto hiperdesconocido metido en pan de oro. Pastrami haberlo haylo y el pan es normal. Ese precio es un cazamodernos despistados estirados en un sofá. No volveré por el bocadillo.

Y podría volver por el menú, o por sus tartas, o por sus cervezas artesanas a 3.50€, pero no por sus bocadillos. Yo al menos lo tengo claro pero vayan y prueben. Tal vez no lo encuentren tan alejado a sus bolsillos y estoy en un error, como casi siempre.

Resumiendo, una experiencia de dos caras, positiva en el menú, no tanto por el precio en sus bocadillos. Local nuevo a probar. Pasen y nos cuentan.



PS: Ojo a la manzana de la cerveza artesana: OMA con 6, Biercab a punto de doblar sus 30 y Brewdog que se acercará según parece a los 20. Casi nada.

15.11.14

FOC I OLI. Fuego, aceite y chivito. Historia de un pequeño local.

FOC I OLI, Aribau con Mallorca, Barceloli a todo fuego.

Hoy toca un post muy corto y bien concentrado como el local que nos ocupa. En la esquina de Aribau con Mallorca en pleno Eixample Home of the Braves, nos encontramos con un minúsculo y bastante joven local en el que comer bocadillos de alto nivel. Al decir minúsculo es que el aforo debe ser de unas 10 personas siendo generosos, entre barra cara a la cocina o barra cara a la pared o vidriera. Minúsculo y cachondo. Éste es el local que les enseñé hace meses en Twitter en el que como nombre provisional antes de abrir tenían un cartel de "Pollos Hermanos". Genial.
Una alianza franco-uruguaya como explican en su web que esconde más de lo que es visible desde fuera...

Llegué a Foc i Oli por dos motivos. El primero porque paso por la puerta casi cada día y era difícil no acabar entrando siendo un zampabollos del tamaño del ego de un/a gastrocanapero palmero. La segunda, porque uno de los referentes gastronómicos en la ciudad y del que estoy enamorado lo incluyó en su selección de bocadillos a seguir la pista en Barcelona. Su palabra es Ley, aunque a veces las leyes se desobedecen y nos encanta. Por eso fui, a ver si tenía que dar una opinión a la contra.
¿Qué se come en Foc i Oli entre clientes hambrientos y peligrosos? Bocatas. Hamburguesas. Carnes. Pollo. Y el Chivito. ¿Y qué es un chivito? Pues un bocata, en este caso de origen uruguayo, que consiste en meter un entrecot o lomo de ternera con muchas cosas entre pan. Jamón dulce, queso, cebolla, pimiento, tomate, lechuga... Una bomba de las que a priori ya nos tiene ganado el corazón. Al final la cosa es así:
Sin dudarlo, maravilloso. Gordil y encantador. Y qué maravilla de patatas!! De las de verdad. Muerte y destrucción al congelado.
 Por dentro, a modo de disección (obviar si son muy tiquismiquis con las fotos):
Un bocadillo de categoría en local a descubrir por los que gustan de pequeños secretos.
Los únicos peros a la experiencia son dos a mi modo de ver: la cocina es tan minúscula que no puedes esperar a que el cocinero acelere los pedidos. Prácticamente uno a uno, con calma y buen hacer. Si llegas en hora punta y hay 8 clientes sentados delante tuyo igual tienes que esperar un rato. Mira por la ventana y ve pasar el tiempo que no vuelve. Y dos, el pan que corona tan magno bocata. Es briox. Para lo bueno y lo malo. Lo bueno es que es suave, dulce y te lo comes sin darte cuenta. Lo malo, que se rompe, no es firme y el interior se desparrama por el plato cual cascada de Iguazú (que no está en Uruguay, no se exciten). Precio, sobre 8-9€.
En conjunto una buena experiencia, merecedora de otra visita. Larga vida al Chivito!!

1.11.14

SODA BUS. Propera parada, burgerhunters en el Eixample.

SODA BUS, esquina Aribau/Rosselló, Eixample, Barcelona.
 El Soda Bus es un antiquísimo local que hace cosa de un año más o menos cambió el estilo y temática que hasta entonces había seguido hacia una arriesgada apuesta mucho más desenfadada, llegando incluso a cambiar de nombre (anteriormente Baltà 1900). Un local centenario en el que el espacio que corresponde a la calle Aribau era y es un clásico del barrio, con una especie de semiterraza que ocupa parte de la acera. Pero lo arriesgado de la apuesta es principalmente el atrezzo interior. Sí, ven bien, han metido una especie de autobús en el interior. ¿O es que pensaban que el nombre era el apellido de alguien?
 A ver, que no voy a ser yo el que diga si está mejor o peor que antes...simplemente, es y está. Ustedes deciden si se dejan caer lo que les parece. Arriesgado. Aunque lo que realmente es preocupante es la poca afluencia un mediodía cualquiera esta semana. En el salón exterior, hay otro dentro que da al chaflán, estaba completamente solo. Mala señal.
En Soda Bus otra cosa tal vez no tengan, pero optimismo a raudales. En la cristalera tienen anuncios acerca de las mejores hamburguesas de la ciudad, y claro, eso es muy peligroso. Porque, seamos serios, no lo son. Están bastante bien y pueden llegar a sorprender si vas sin información previa, pero si las publicitas como las mejores en una ciudad con overbooking de hamburgueserías Top, pues te arriesgas a que te analicen según tus hechos. Tienen 5 tipos de hamburguesa con precios entre los 7 y los 9€, así que no son excesivamente baratas tampoco. Eso sí, vienen patatas fritas incluídas y eso siempre está bien. Mención especial el nombre de las burgers, que son puro amor musical.
Así, tenemos un local con historia que ha mutado hacia un salón con un autobús en la barra y una carta sintética pero interesante en el que los bocatas (también tienen menú mediodía) son protagonistas. Vayamos a ver esa hamburguesa de 8.5€.
Elegí, como no podía ser de otra forma porque ya me conocen, la Supertramp por aquello del Breakfast in America y por el bacon; qué carajo. El huevo debiera haber estado algo menos cocinado y hubiese ganado enteros y algo más de cremosidad. Buen pan, de Turris al parecer, como en Meatpacking.
Comentar también el exceso de lechuga en la hamburguesa, para mi gusto. Cuando hice las fotos ya me había jalado media ración de la misma, con lo que pueden imaginar que antes de ello lo que había era una ensalada deconstruída o un jardín colgante babilónico.
Las patatas bastante bien. Del tipo "son caseras y por lo tanto mejores" que tanto nos gustan y que por suerte son ya opción mayoritaria en la ciudad. Quién os iba a decir que las congeladas iban a pasar a mejor vida... Como las baguettes de gasolinera, eh... Lo celebramos. Eso sí, arriba las bonitas y en el culo del vaso los trozos pequeños y restos varios. Pero en su punto.
Muy del estilo Anauco, ¿las recuerdan? Recomendables, y al venir incluídas en el precio hace que te ahorres pasta al no tener que pedir un acompañante o que veas el precio de la hamburguesa con mejores ojos...
Soda Bus es una opción muy correcta para un #burgerhunters. Me preocupa su falta de público, espero que puntual, pero en todo caso si son amantes de las hamburguesas no creo que les decepcione. No está al nivel de los grandes porque la competencia es feroz, y por eso mismo no deberían utilizar el gancho del cartel exterior diciendo lo contrario. Pero se come bien, son atentos y tienen Wifi gratis. ¿Qué más se puede pedir?
Denle una oportunidad, no es el local que era antaño e igual les gusta más ahora. Larga vida al bocata (y tienen roastbeef, para futuras visitas...).

19.10.14

CRÓNICAS CARNÍVORAS. REVISITANDO CLÁSICOS.

Post recurrente ante la absoluta inferioridad reconocida en poder seguir la estela de los coolhunters de esta ciudad. Imposible seguir un ritmo como el que acostumbran grandes blogueros que descubren locales cada día. Literalmente. Imposible competir en el descubrimiento del local de moda que abre porque cada día cierran dos y abren 5 nuevos. Además, nos tiran los clásicos y cuando tenemos que decidir dónde gastarnos cuatro duros nos decantamos por lo conocido y por los conocidos que se merecen nuestra atención. Gente de costumbres, tal vez discutibles, pero nuestras.

Hoy les recopilo tres experiencias en locales ya comentados en el blog que han tenido lugar durante las últimas dos semanas: BIERCAB, BBURGER Y BARDENI
Lo mejor de cada casa, experiencias brutalísimas carnívoras al cien por cien. 


  • BIERCAB.
Ya tienen nuestras experiencias en el blog y en muchísima mayor cantidad en Twitter cuando hacemos nuestra visita semanal. Allí se beben de las mejores cervezas de la ciudad y sin duda se preocupan por tener una cocina de alto nivel. Y como no sólo de ceviches y bravas se vive, en la última ocasión nos decantamos por un espectacular plato de huevos revueltos con patatas y morcilla. ¿Qué más se puede añadir a este descarnado espectáculo?





  • bBURGER BARCELONA.
Son de nuestros preferidos aunque a los del Time Out les haya costado enterarse de que había mejores hamburguesas en la ciudad que las del Peggy Sue. Pero bueno teniendo en cuenta que en su lista de las mejores hamburguesas hace unos meses tenían locales que no eran hamburgueserías tampoco se podía esperar mucho más. 
Lo que hace esta gente, simpatiquísima, en este pequeño local de la calle Aragó es puro espectáculo carnívoro con todas las letras. Incluso vegano al tener unas de las mejores bravas que se pueden comer en esta ciudad. Pero hemos venido a hablar de carne y aquí tienen la tríada escogida en nuestra última y triunfante visita.
La Dalí con foie y cebolla que es poesia en movimiento en slow motion.

 La Gaudí con sus espárragos y champiñones como opción sanísima y que a mi que convalidaría como ensalada. Crema de queso de cabra a un lado.
 Y la Bronx como opción clásica a lo Whopper con su tomate, lechuga y pepinillo. Aunque coronada con un huevazo maravilloso hecho al punto que da un juego que ni Xavi en sus mejores momentos al inicio de esta década. Todo muy brutalísimo y no lo pueden negar.


  • BARDENI.
Barra de carne o Meatbar ya visitada junto a Caldeni donde se sirven unos platillos que te reconcilian con tu lado carnívoro si en algún momento tienes un momento de crisis existencial vegetariana. Ya les hablamos de él pero lo reiteramos: su steak tartar a 8€ es de lo mejor que vas a encontrar en esta ciudad si gustas del placer de la carne marinada semi o totalmente cruda, más o menos picante. Maravilloso sin pero alguno. No sé a qué esperan a darse este homenaje.

 El Taco mexicano de cerdo cocinado durante horas interminables es melosidad en estado purísimo. Dos tacazos de carne bien prieta y bien puesta, bocados de placer total sabroso y sin aspavientos. Buena carne, buen trato y un niño encantado de la visita a Bardeni.
 Cap i tripa con huevo escalfado como fetiche absoluto. No puedo evitar pedir la casquería y mojar pan como un casquibano hambriento. Celestial.
 Y la sorpresa de la jornada. Tomen nota de esta nueva tendencia que nos llega: la albóndiga como producto gourmet. Luego no se hagan los sorprendidos al ver cómo triunfa. En Madrid ya tienen locales especializados en los que se hace cola como si de un cronut se tratase. Parece mentira pero por fin en Madrid tienen algo interesante que ofrecer además de El Prado y el Rayo Vallecano. 
En Bardeni trabajan la carne como poca gente en estos barrios y lo vuelven a demostrar con un plato en el que crean un mar i muntanya de libro con unas sepietas tiernas como pocas veces encuentras. 
Qué calidad, qué salsa y qué gozo en el pozo de los pecados.

Acabamos porque no se puede aguantar este ritmo. El festival de la carne está aquí y se lo mostramos. Que no decaiga, al menos antes de hacerse vegetarianos como algún día haremos nosotros. Palabra.

27.8.14

TRILOGÍA DE NUEVA YORK (+1): HAMBURGUESAS.

Seguimos con la segunda parte de las aventuras y dietario de lo acontecido en la capital del mundo. Esta vez nos dedicamos a uno de nuestros bocadillos favoritos y más veces posteado en el blog: la hamburguesa. 
EEUU es la Tierra de los valientes y las hamburguesas, así que como no podía ser de otra forma nos dedicamos en cuerpo y alma a encontrar algunos locales que valiesen la pena y pudieran ser objeto de visita y posterior veneración mesurada. Como en el anterior post, cuatro locales y cuatro espacios para engordar como los ángeles, hasta convertirnos en rollizos personajes alegres mofletudos. 

Vayamos a los locales. Por orden de visita y en ningún caso un ranking. Al final haré unos comentarios a modo de conclusión para intentar dilucidar cuál de ellos me pareció más interesante y digno de posteriores e hipotéticas visitas.
Antes de nada, agradecer a los contactos habituales sus sugerencias y buen hacer.

SHAKE SHACK - Diversas localizaciones
 El Rey de la hamburguesa moderna nos esperaba mucho antes de llegar a NY. Era una de las visitas más esperadas y recreadas mentalmente durante semanas antes de coger el avión. La obsesión Shake Shack, los nuevos Reyes Midas del mundillo y los gurús del hipsterismo fast foodero. Evidentemente fue una pequeña decepción.
No por la calidad de la hamburguesa, que estaba bien, pero es que estaba bien. No me repito, sólo describo. Estaba bien, no era espectacular ni creo que valiese la cola que tuvimos que hacer y que tienen en la foto de arriba. Además de la cola, la espera hasta que llega tu turno y te avisan con esta especie de "busca" noventero hormonado. Total, de rápido poco y no es un restaurante, así que algo falla en el concepto. Es la mcdonalización de la teórica calidad del fast food. Igual mueren de éxito. O igual perduran en la eternidad. 

 Sus hamburguesas son buenas, sabrosas y jugosas. Pero son pequeñas! Demasiado. Para que nos entendamos, son del tamaño de una cheeseburger del McDonald's o tal vez algo más. Pero poco. Es decir, que se disfrutan en unos segundos y se acabó. Y toda esa espera se desvanece como lágrimas en la lluvia. Una pena que no se estiren algo más, la verdad, porque la buena pinta y el sabor lo tienen. Pero el hype mató la experiencia.

 Por dentro la salsa era muy buena. Picante con sus chiles y hamburguesa hecha en su punto.
Siento el desenfoque pero intuyen y entienden el concepto de la burger que tienen delante.
 El Grilled Cheese es baratuno pero es que es un pan de molde con queso a la parrilla. Sin más. Recomendado para niños hartos de carne.
 Las patatas eran considerablemente pintonas aunque les fallaba la textura. Básicamente porque habían estado hechas demasiado tiempo y se notaba ese tacto algo gomoso. Pero la pinta, maravillosa. Y en realidad no estaban tan mal.
 BAREBURGER - Diversas localizaciones
 Aquí, un restaurante de hamburguesas. De los de verdad. Con sus mesas, sillas, carta amplísima, infinitas combinaciones y mucha tranquilidad. Apuntados al rollo orgánico (en auge en todo el mundo y de gran calado en los States), Bareburger fue una experiencia maravillosa.
 Decoración cuidada, atención maravillosa, sin aglomeraciones... 
 Y ante todo, su hamburguesa, en este caso una Supreme. La acompañé con un batido de vainilla tipo peli americana en un diner que era un escándalo. Tamaño XL, vaso metálico para mantener el frío y un sabor increíble a la altura de cualquier helado top de Barcelona y alrededores.
No pedí acompañamiento para la hamburguesa porque ya venía incorporado. En efecto, el bocadillo venía con 3 aros de cebolla tamaño gigante y que eran una maravilla absoluta. Contundentes, en su punto, rebozado nada grasiento y cebolla de verdad tal como rezaba la carta. Ven dos coronando la hamburguesa y otro más en el interior. Maravilloso.

La hamburguesa, tremenda en sí misma. Créanme que ésta sí que era una hamburguesa como para hacer cola por ella. Otro concepto, otro nivel.
Bajo el aro interior, un poco de bacon ahumado y Colby Jack, un queso americano que quedaba genial en la combinación. 

Me gusta la filosofía del sitio, me gusta su hamburguesa y me gustas tú.
 CORNER BISTRO - West 4th & Jane St
 Al parecer Corner Bistro es una institución en NY. Fui doblemente recomendado, desde Barcelona pero también me hablaron de él en la ciudad al preguntar a unos amigos dónde debería ir de visita. Tan conocido es que fue el último lugar donde se vio con vida a Philipp Seymour Hoffman antes de morir por sobredosis según me contaron por ahí... Vaya, un sitio de fama.
Es un local con una gran tele donde ver deportes y una carta que se limita a tres o cuatro tipos de burger. Cheeseburger, normal, con bacon y poco más. Bueno sí, la que elegí yo y que me dejó algo frío... Sólo tienen que ver la foto de aquí.

 Una Chiliburger diferente a lo que esperaba. Tras esa montaña de chili y queso, una hamburguesa abierta con su pan y todo. Para comer con tenedor. Con tenedor!!! Un escándalo, lo sé. Pero la verdad es que la hamburguesa estaba espectacular de sabor y al punto. Pero eso de comer frijoles con tenedor sobre mi carne no fue una buena idea. Una lástima porque era calidad.
Después, las otras elecciones: una hamburguesa normal con bacon y una cheeseburger de toda la vida. Maravillas simples. Sencillas, minimalistas, plato de plástico, no se cobra con tarjeta. Una muy buena elección en local mítico, a pesar de esa lechuga.


 FIVE GUYS BURGERS AND FRIES - Diversas localizaciones
 Y aquí mi número dos de la lista previa al viaje a ninguna parte y a todas en NYC: Five Guys Burgers and Fries. Otra institución de la comida guarrera americana prototípica. Una maravilla, vaya. Aquí no engañan con modernidad impostada ni discursos conceptuales. Aquí hay hamburguesas y patatas en un local blanquirrojo que sí parece un McDonald's o similar. Sin problema. Aquí sabes a lo que vienes y lo tienes claro. Y no les voy a esconder que tras salir del local empecé a notar cómo me subía el colesterol. Literalmente, ahogándome junto a Union Square en una agradable noche de agosto.
En Five Guys las patatas eran de Idaho el día de autos o de la zona que marquen en la pizarra al fondo del local. Y son la repera. Pinta, sabor, textura (para el nivel de un fast food, aclaro).

 En Five Guys te sirven la hamburguesa en un papel de plata. Sin más. Ni packaging ni hostias. ¿Quién se va a quejar al Departamento de Medio Ambiente si éste existiera? 
 En Five Guys no pides bebida. Pides tamaño. Y al fondo del local está la máquina de tus sueños de la bebida. Primero porque vas a poder rellenar el vaso las veces que quieras (o al menos la gente lo hacía y yo lo copié), y segundo porque si quieres una simple Coca Cola puedes elegir entre normal, Diet, Zero, Vanilla, Cherry, Orange, Lemon y un largo etc. Sí, cada bebida con 8 variables. Y hay como 20 bebidas diferentes. El paraíso de la Bag in Box y el jarabe de Coca Cola. Elegí Vanilla Coke como debe ser.
 En Five Guys la hamburguesa normal lleva dos hamburguesas y son 1000 calorías. Sí, si no te fijas bien en el menú y pides la normal, vienen dos hamburguesas. Si quieres una, pide la Little burger. Le llaman Little a la normal, supera eso. Y puedes pedir online y te la llevan a casa. Y el queso es una guarrada maravillosa que se pega a todos sitios. 
 Son unos Willy Wonkas hamburgueseros del S.XXI. Y salí encantado porque era lo que buscaba en un local así.


Conclusiones:
El mundo de la hamburguesa neoyorkina no supera la escena barcelonesa. Hay una variedad infinita pero para comer buenas hamburguesas no hace falta cruzar el Atlántico, tal como sí sucede en otros segmentos del mundo del bocata. Podrán encontrar más tipos, más bebidas, más variedad, lo que sea, pero al final, la hamburguesa como experiencia y en mi humilde opinión ha alcanzado en Barcelona un nivel más que respetable. Eso sí, en el subgrupo de la guarriburger nos ganan por mucho con su infinidad de variables y oferta.
Una curiosidad de este mundo del bocata neoyorkino es que hay una ley que obliga a los establecimientos con más de un local en la ciudad poner junto al bocadillo sus calorías. Ayuda a elegir (...) por rara que sea la normativa. (¿Por qué no en todos los locales?)
Sobre los locales en sí creo que ya han quedado claras mis preferencias. En el lado de la hamburguesa con clase, de mesa y mantel, Bareburger merecía otra visita. En el mundo de la guarriburger, Shake Shack mola mucho por sus locales y ese rollo, pero disfruté como un gorrino extremeño mucho más en Five Guys. No es tan molón y no es más barato que Shake, pero si buscas una hamburguesa guarril en NYC, ves a Five Guys y suda colesterol a gusto. No te será difícil encontrar uno, debe haber decenas de ellos en Manhattan. 
Larguísima vida al bocata americano por excelencia.