5.9.11

179. SUPER 8. Super?


Con zalamera alegría me dirigí hoy al cine, acompañado de la nostálgica Sra de Bagel, para ver una de esas películas veraniegas que al parecer habían conseguido revivir el espíritu ochentero de aquello que alguna vez conocimos como cine de aventuras juvenil.
Lo que vendría a ser una especie de revival de los Goonies (ésto no lo ha dicho nadie) versión Lost en el 2011. Y aquí el resultado:
Éso.
Super 8 es algo como los Goonies, E.T., Juegos de guerra y Encuentros en la Tercera Fase todo junto, más un toque Lostiniano en algunos momentos de la película. El humo negro marcó escuela. Y no puedo decir que la película salga del todo bien parada con tanto remix. Normal. Pero tampoco me ha desagradado. Una película veraniega simpática, que recuerda en algunos momentos a esos locos 80 y que en otros te recuerda que estás viendo algo así como un sin sentido, pero sin acritud. Una opción palomitera de nivel básico, con todos los estereotipos del género, una trama ciertamente burda y un final más que discutible. Pero una película simpática. Como el corto que se puede visionar junto a los títulos de crédito.

2.9.11

178. Cornelia & Co.

Tengo una debilidad por este restaurante. Bajo lo que mucha gente denomina aspecto Soho neoyorkino (...), encontramos un restaurante de gran calidad. Hijo bastardo del grupo Tragaluz, ya es suficiente garantía para mi. Para mi.
Muy buen gusto, muy buen diseño, muy buenos platos, atención simpatiquísima sin llegar a ser pesada, y sobre todo, unos platos de impresión.
Lo dicho, una debilidad personal que quería compartir, una vez más, con todos ustedes, amables y estilosos lectores.

PS: Wok de udon con gambas, Lasagna, Tempura de langostinos, Berenjenas fritas con miel de caña, hamburguesa de marisco con rissotto de limón y Tataki de atún.
Tremendo. Ah, y no es caro.






31.8.11

177. Summer of Bagel.

Sur-Norte. Norte-Sur.
Marrakech-Berlin. Berlin-Marrakech.
Agosto 2011.
  • Marrakech.
Tremenda experiencia en Marruecos a principios de agosto. 4 días de descubrimiento de una ciudad, de una cultura, de una forma de vida. Escuchar la llamada de las mezquitas un viernes a la caída del sol, en pleno Ramadán, desde una azotea con vistas a toda la ciudad, no tiene precio. De verdad, de poner la piel de gallina.
Una ciudad curiosa, de las que tiene una de esas medinas llenas de zocos laberínticos en los que es dificilísimo saber encontrar la salida. Unas callejuelas estrechas, llenas de gente, de vida, de motocicletas que te pasan volando a un centímetro, de agobio a veces, pero que tienen que vivirse alguna vez en la vida. La plaza central de la medina, Jma el Fna, no es lo más interesante del mundo, pero ver las serpientes, monos y demás fauna in situ, tiene su encanto. Monumentos interesantes, como los antiguos palacios o las tumbas reales, y con una parte de la ciudad menos interesante pero a la vez menos estresante, más europea, más abierta como es la parte nueva. Imprescindible si se agobian de tanta callejuela, pero con poco que ver.
E imprescindible la comida: el tajine de cordero con verduras, básico.

  • Berlin.
Tremenda ciudad, recomendadísima visita a una ciudad total. Una ciudad con una historia reciente, pero qué historia. S.XVIII-XIX, imperio, nazismo, guerra, guerra fría, República Democrática, antiguos barrios judíos, nuevos barrios turcos, zonas okupas, zona ministerial ultramoderna, y más. Una ciudad en la que necesitas varios días para poder hacerte una idea cercana a lo que es. No recomendaría menos de 5 días, siendo cauto.
Museos de primera línea, monumentos conocidos a nivel interplanetario, calles en las que perderse, avenidas en las que disfrutar, plazas en las que sorprenderse (para lo bueno y para lo malo) y gentes en las calles a todas horas. Viajar a Europa ya no debe ser lo que era, porque todo el mundo hace vida en la calle, en los bares, sale, se divierte y me hace pensar en cuando mucho ignorante iletrado decía aquello de que Europa era un aburrimiento y la gente era sosa. Yo los maldigo, por imbéciles.
A destacar: la imagen de la Puerta de Brandemburgo a contrasol, la zona de Gendarmenmarkt por su tranquilidad y belleza, y NEFERTITI. (En 2º plano, Pergamonmuseum y el muro, ese muro...).
No se la pierdan, que además hay mucha cerveza y no es una ciudad cara!!!

21.7.11

176. Por los tejados.

Hubo un tiempo a la contra en el que me hubiese disparado a mi mismo por escribir cosas como las que voy a escribir ahora mismo, pero eso ya pasó. He pasado al lado oscuro, me he convertido en un tipo ciertamente snob, al que le encantan las delicatessen (o delicasis), los supermercados caros tipo Mary's Market, ir a restaurantes que no son muy caros pero que no son baratos y me encanta disfrutar de lugares con clase refugio igualmente de pijos.
Y ahora he descubierto las terrazas de los hoteles. Sí, que le vamos a hacer. No es que se acabaran los bares de siempre, pero oigan, disfrutar es disfrutar, y una buena terraza, bien lo vale.
Hoy, dos ejemplos para los que nos iniciamos: Hotel Barceló Raval, Hotel 1898.

  • Hotel Barceló, en el Raval.
Ciertamente decepcionante. No por las vistas, pero no fue un triunfo, podríamos decir. Un lugar algo estrecho, organizado en una terraza en 360º, pocas sillas y pocos lugares donde acomodarse, con una barra minúscula dónde pedir y en el que se organizó una cola mastodóntica de la cual nos salvamos por 2 minutos. Un mojito, correcto sin más, a 10€ y un rato agradable pero sin sorprender. Lo mejor, el hotel por dentro.

  • 1898, en Rambla con Pintor Fortuny.
Hotel colonial de visita obligada para admirar simplemente su decoración. Y de paso admirar su terraza. Increíble. Ésta sí. Una gran barra y diversos camareros dan la bienvenida, y tras ella, una terraza como debe ser. Sillas, sillones, sofás, camas (SI!!!) de jardín hacen que la terraza sea lo que debe ser una terraza veraniega, y a esto le añadimos unos mojitos de impresión. 14€ que los valen todos y cada uno. Porque subir a la terraza y estar en ese ambiente paradisiaco no cuesta nada de por sí, con lo que la consumición se paga con gusto. Un mojito de proporciones gigantescas, con fresa incluida que deja huella. Hay que volver, sí o sí.

Próximamente, más.


PS: Nótese que dentro del snobismo he cambiado la Estrella por el mojito de diseño. Sí, ¿qué pasa?