27.8.14

TRILOGÍA DE NUEVA YORK (+1): HAMBURGUESAS.

Seguimos con la segunda parte de las aventuras y dietario de lo acontecido en la capital del mundo. Esta vez nos dedicamos a uno de nuestros bocadillos favoritos y más veces posteado en el blog: la hamburguesa. 
EEUU es la Tierra de los valientes y las hamburguesas, así que como no podía ser de otra forma nos dedicamos en cuerpo y alma a encontrar algunos locales que valiesen la pena y pudieran ser objeto de visita y posterior veneración mesurada. Como en el anterior post, cuatro locales y cuatro espacios para engordar como los ángeles, hasta convertirnos en rollizos personajes alegres mofletudos. 

Vayamos a los locales. Por orden de visita y en ningún caso un ranking. Al final haré unos comentarios a modo de conclusión para intentar dilucidar cuál de ellos me pareció más interesante y digno de posteriores e hipotéticas visitas.
Antes de nada, agradecer a los contactos habituales sus sugerencias y buen hacer.

SHAKE SHACK - Diversas localizaciones
 El Rey de la hamburguesa moderna nos esperaba mucho antes de llegar a NY. Era una de las visitas más esperadas y recreadas mentalmente durante semanas antes de coger el avión. La obsesión Shake Shack, los nuevos Reyes Midas del mundillo y los gurús del hipsterismo fast foodero. Evidentemente fue una pequeña decepción.
No por la calidad de la hamburguesa, que estaba bien, pero es que estaba bien. No me repito, sólo describo. Estaba bien, no era espectacular ni creo que valiese la cola que tuvimos que hacer y que tienen en la foto de arriba. Además de la cola, la espera hasta que llega tu turno y te avisan con esta especie de "busca" noventero hormonado. Total, de rápido poco y no es un restaurante, así que algo falla en el concepto. Es la mcdonalización de la teórica calidad del fast food. Igual mueren de éxito. O igual perduran en la eternidad. 

 Sus hamburguesas son buenas, sabrosas y jugosas. Pero son pequeñas! Demasiado. Para que nos entendamos, son del tamaño de una cheeseburger del McDonald's o tal vez algo más. Pero poco. Es decir, que se disfrutan en unos segundos y se acabó. Y toda esa espera se desvanece como lágrimas en la lluvia. Una pena que no se estiren algo más, la verdad, porque la buena pinta y el sabor lo tienen. Pero el hype mató la experiencia.

 Por dentro la salsa era muy buena. Picante con sus chiles y hamburguesa hecha en su punto.
Siento el desenfoque pero intuyen y entienden el concepto de la burger que tienen delante.
 El Grilled Cheese es baratuno pero es que es un pan de molde con queso a la parrilla. Sin más. Recomendado para niños hartos de carne.
 Las patatas eran considerablemente pintonas aunque les fallaba la textura. Básicamente porque habían estado hechas demasiado tiempo y se notaba ese tacto algo gomoso. Pero la pinta, maravillosa. Y en realidad no estaban tan mal.
 BAREBURGER - Diversas localizaciones
 Aquí, un restaurante de hamburguesas. De los de verdad. Con sus mesas, sillas, carta amplísima, infinitas combinaciones y mucha tranquilidad. Apuntados al rollo orgánico (en auge en todo el mundo y de gran calado en los States), Bareburger fue una experiencia maravillosa.
 Decoración cuidada, atención maravillosa, sin aglomeraciones... 
 Y ante todo, su hamburguesa, en este caso una Supreme. La acompañé con un batido de vainilla tipo peli americana en un diner que era un escándalo. Tamaño XL, vaso metálico para mantener el frío y un sabor increíble a la altura de cualquier helado top de Barcelona y alrededores.
No pedí acompañamiento para la hamburguesa porque ya venía incorporado. En efecto, el bocadillo venía con 3 aros de cebolla tamaño gigante y que eran una maravilla absoluta. Contundentes, en su punto, rebozado nada grasiento y cebolla de verdad tal como rezaba la carta. Ven dos coronando la hamburguesa y otro más en el interior. Maravilloso.

La hamburguesa, tremenda en sí misma. Créanme que ésta sí que era una hamburguesa como para hacer cola por ella. Otro concepto, otro nivel.
Bajo el aro interior, un poco de bacon ahumado y Colby Jack, un queso americano que quedaba genial en la combinación. 

Me gusta la filosofía del sitio, me gusta su hamburguesa y me gustas tú.
 CORNER BISTRO - West 4th & Jane St
 Al parecer Corner Bistro es una institución en NY. Fui doblemente recomendado, desde Barcelona pero también me hablaron de él en la ciudad al preguntar a unos amigos dónde debería ir de visita. Tan conocido es que fue el último lugar donde se vio con vida a Philipp Seymour Hoffman antes de morir por sobredosis según me contaron por ahí... Vaya, un sitio de fama.
Es un local con una gran tele donde ver deportes y una carta que se limita a tres o cuatro tipos de burger. Cheeseburger, normal, con bacon y poco más. Bueno sí, la que elegí yo y que me dejó algo frío... Sólo tienen que ver la foto de aquí.

 Una Chiliburger diferente a lo que esperaba. Tras esa montaña de chili y queso, una hamburguesa abierta con su pan y todo. Para comer con tenedor. Con tenedor!!! Un escándalo, lo sé. Pero la verdad es que la hamburguesa estaba espectacular de sabor y al punto. Pero eso de comer frijoles con tenedor sobre mi carne no fue una buena idea. Una lástima porque era calidad.
Después, las otras elecciones: una hamburguesa normal con bacon y una cheeseburger de toda la vida. Maravillas simples. Sencillas, minimalistas, plato de plástico, no se cobra con tarjeta. Una muy buena elección en local mítico, a pesar de esa lechuga.


 FIVE GUYS BURGERS AND FRIES - Diversas localizaciones
 Y aquí mi número dos de la lista previa al viaje a ninguna parte y a todas en NYC: Five Guys Burgers and Fries. Otra institución de la comida guarrera americana prototípica. Una maravilla, vaya. Aquí no engañan con modernidad impostada ni discursos conceptuales. Aquí hay hamburguesas y patatas en un local blanquirrojo que sí parece un McDonald's o similar. Sin problema. Aquí sabes a lo que vienes y lo tienes claro. Y no les voy a esconder que tras salir del local empecé a notar cómo me subía el colesterol. Literalmente, ahogándome junto a Union Square en una agradable noche de agosto.
En Five Guys las patatas eran de Idaho el día de autos o de la zona que marquen en la pizarra al fondo del local. Y son la repera. Pinta, sabor, textura (para el nivel de un fast food, aclaro).

 En Five Guys te sirven la hamburguesa en un papel de plata. Sin más. Ni packaging ni hostias. ¿Quién se va a quejar al Departamento de Medio Ambiente si éste existiera? 
 En Five Guys no pides bebida. Pides tamaño. Y al fondo del local está la máquina de tus sueños de la bebida. Primero porque vas a poder rellenar el vaso las veces que quieras (o al menos la gente lo hacía y yo lo copié), y segundo porque si quieres una simple Coca Cola puedes elegir entre normal, Diet, Zero, Vanilla, Cherry, Orange, Lemon y un largo etc. Sí, cada bebida con 8 variables. Y hay como 20 bebidas diferentes. El paraíso de la Bag in Box y el jarabe de Coca Cola. Elegí Vanilla Coke como debe ser.
 En Five Guys la hamburguesa normal lleva dos hamburguesas y son 1000 calorías. Sí, si no te fijas bien en el menú y pides la normal, vienen dos hamburguesas. Si quieres una, pide la Little burger. Le llaman Little a la normal, supera eso. Y puedes pedir online y te la llevan a casa. Y el queso es una guarrada maravillosa que se pega a todos sitios. 
 Son unos Willy Wonkas hamburgueseros del S.XXI. Y salí encantado porque era lo que buscaba en un local así.


Conclusiones:
El mundo de la hamburguesa neoyorkina no supera la escena barcelonesa. Hay una variedad infinita pero para comer buenas hamburguesas no hace falta cruzar el Atlántico, tal como sí sucede en otros segmentos del mundo del bocata. Podrán encontrar más tipos, más bebidas, más variedad, lo que sea, pero al final, la hamburguesa como experiencia y en mi humilde opinión ha alcanzado en Barcelona un nivel más que respetable. Eso sí, en el subgrupo de la guarriburger nos ganan por mucho con su infinidad de variables y oferta.
Una curiosidad de este mundo del bocata neoyorkino es que hay una ley que obliga a los establecimientos con más de un local en la ciudad poner junto al bocadillo sus calorías. Ayuda a elegir (...) por rara que sea la normativa. (¿Por qué no en todos los locales?)
Sobre los locales en sí creo que ya han quedado claras mis preferencias. En el lado de la hamburguesa con clase, de mesa y mantel, Bareburger merecía otra visita. En el mundo de la guarriburger, Shake Shack mola mucho por sus locales y ese rollo, pero disfruté como un gorrino extremeño mucho más en Five Guys. No es tan molón y no es más barato que Shake, pero si buscas una hamburguesa guarril en NYC, ves a Five Guys y suda colesterol a gusto. No te será difícil encontrar uno, debe haber decenas de ellos en Manhattan. 
Larguísima vida al bocata americano por excelencia. 

24.8.14

TRILOGÍA DE NUEVA YORK (+1): BAGELS.

Iniciamos el recorrido gastronómico del agosto en New York con el producto fetiche del blog, el BAGEL.
Llegarán después las entregas sobre hamburguesas y pastrami, dejando para el final otra más en la que recogeremos aquello que haya valido la pena y que no podía tener entrega propia por falta de más elementos de juicio. Ya irán viendo con el paso de los días. Lo que no puedo marcar es la periodicidad de los artículos, pero espero que en una semana ya hayan tenido tiempo de leer los cuatro y puedan haber hecho sus comentarios al respecto si así lo desean.
En estos artículos no les voy a hablar sobre lo acojonante que es NYC o lo mucho que merece la pena visitar Manhattan y Brooklyn. (No nos engañemos, nadie se pasa por el Bronx, Queens o Staten Island y lo saben). Aquello es el centro del mundo pero no les pretendo convencer de ello. 

A NYC fuimos con un par de ideas básicas, una de las cuales era comer todo lo que pudiésemos de aquello que teníamos marcado en una larga lista. Los días son finitos y no siempre pudimos comer aquello que queríamos. Al final pudimos degustar una docena de locales neoyorkinos con solera y nos damos por satisfechos. En ningún momento el objetivo era visitar restaurantes caros, modernos o de moda. No. Buscábamos la esencia del bocata, el comer por 15$, el pedir dentro y comer en la calle, la tradición hecha sandwich (lo verán en la entrada Pastrami especialmente) y ese tipo de cosas. No era la idea visitar cocinas estrelladas y no lo hicimos.
Creo haber comido un par de veces de cuchillo y tenedor pero la escasez de ello es algo que jamás nos avergonzará. Si tenemos manos, por qué no hacer uso de ellas.

Con estas consideraciones previas, vayamos a lo que nos interesa a todos. En esta humilde ruta bageliana vamos a visitar cuatro locales que valen la pena volver a pisar. Cada uno por algo en especial pero todos muy recomendables. Aclaremos una cosa respecto al bagel en NYC: no es un bocadillo barato como tal vez pudiesen pensar. No es que sea mucho más caro que comerlo en Barcelona en su forma sandwich, pero un bagel puede salir por unos 10-12$, así que no se sorprendan mucho si ven esos precios. Un precio justo a tenor de la contundencia del bocata. Y tengan en cuenta que 1$ no es 1€.

BROOKLYN BAGEL & COFFEE COMPANY. (8ª Av & 24/25)
 Animados por comentarios en blogs amigos y por su número 1 en la lista Eater NYC, el primer día nos dirigimos sin dilación hacia este pequeño local en la 8a Avenida. Como gran número de este tipo de locales, 6 mesas y mucho take away para infinita gente con prisa. Mucho caos para pedir ante la prisa de los trabajadores, el bullicio y el no saber bien del todo cómo funciona el tema. Decenas de tipos de cream cheese a escoger y rellenos variados que aún hoy no tengo claro cuáles eran. En todo caso íbamos a por el clásico cream cheese y salmón ahumado de Nueva Escocia. Lox on bagel. Para qué más.
 Uno para cada uno aunque si no son de mucho comer se puede compartir sin problema. Contundencia total, mucho relleno (en este caso cream cheese con pepino a la griega) y un bagel que pesaba medio kilo para redondear una gran experiencia bageliana. Vayan sí o sí.

 Agujeros mínimos en los bagels neoyorkinos...
BLACK SEED BAGELS (200 Vesey St. En CC al final de la calle y junto al Hudson)
El segundo local visitado fue algo especial. Situado en una especie de centro comercial de reciente inauguración y dedicado por entero a la comida (entre otras cosas pueden encontrar un Sprinkles cupcakes al lado) nos encontramos con una novedad en la ciudad. Ya conocido pero por pocos visitados. Su fama lo precede y lo tiene merecido. En esta visita nos desviamos un poco del salmón y probamos también la ensalada de atún y la de huevo. Sin duda la Egg salad fue la ganadora de la jornada. Bagels que pueden montar como quieran o bagels ya predefinidos si no quieren pensar demasiado en la carta. Precios algo más bajos y tamaño a juego. Un entorno diferente, sin alma ni tradición, pero una experiencia más que correcta a la que pueden llegar dando un paseo por el paseo del Hudson river de cara a New Jersey desde el Battery Park. Recomendado take away y a las praderas del paseo.

 Salmón en poppy seeds bagel.
 Egg salad bagel. Maravilloso. Un bocado exquisito.

 Tuna salad bagel. Mejorable contundencia en el sabor. Everything bagel.
DAVID'S BAGELS (1ª Av & 15)

El local más humilde de los cuatro visitados durante la estancia en Manhattan.
Me escapé una mañana que la familia estaba a otros menesteres y acabé en la 2a Avenida con la calle 2 tomando un zumo de naranja y otro bagel de salmón. El salmón de Nueva Escocia es un credo en NYC y somos devotos. Lo piden como Nova, directamente, que lo sepan por si no saben que es al llegar a alguno de estos locales. Un bagel humilde pero sabrosísimo. Servido tibio y crujiente, con el cream cheese que elijas (plain en este caso) y con una cantidad de salmón justa. Sin pasarse y en mesura. Cero glamour en el local, alguna mesa viejuna y mucho take away. Los locales de esta ciudad están diseñados para que no te sientes mucho. Toma el bagel y corre.

ESS-A-BAGEL (3ª Av & 51)

Por último pero no por orden de preferencia, el clásico local de bagels en zona de oficinas. Esto significa que durante la hora del desayuno/comida la cola de clientes sale a la calle. Hay que tenerlo en cuenta. Yo tuve que volver más tarde tras escaparme a hacer unas maravillosas fotos al no menos maravilloso Queensboro desde Riverview Terrace, escena de una mítica imagen de Woody Allen y Diane Keaton. Al volver la cola seguía pero había menguado, así que me quedé. 10 minutos después porque hay mucha gente atendiendo, accedí al mostrador. Publicitan un bagel con Nova, cream cheese, lechuga y tomate, así que me decidí por él. Y no fallé.
Tremendo, espectacular. No deja sitio para postre, ténganlo en cuenta. Tan lleno, que este bagel parecía no tener agujero... Las imágenes pueden engañar porque nos llevan a pensar que todo lo naranja es pescado, pero no, el tomate está infiltrado de forma muy sutil así que no crean todo lo ven. 12$ de bagel más que bien invertidos. Take away, coger un metro y a Central Park a comer. Superen eso.



El esplendor en la hierba (ya me entienden).


Consideraciones finales:
El bagel es uno de los bocadillos nacionales de Manhattan. Tradición judía y europea oriental, presente en todos sitios y en casi cada esquina de la ciudad. Miles de locales de los que hemos visitado 4 y conocido unos cuantos más, pero que evidentemente no tienen sitio en el post. Hemos dejado unos cuantos de la lista para la próxima visita.
Lo decía al principio, el bagel no es barato pero es una comida completa. 10-12$ y tienen hecha la comida o cena del día. No escatiman en producto y la palma se la llevan en BBCC y en Ess-a-bagel donde la experiencia puede dejarles exhaustos sin exagerar. Algo más minimalistas en Black Seed y David's. Si no tienen un hambre voraz, David's. Si quieren comer como Obelix, BBCC o Ess. Black Seed sería un intermedio que sacia pero no te hace rodar. A mi, ya suponen, me encanta rodar...
Tengan en cuenta que todos estos locales están diseñados para comprar y salir corriendo. Puede ser estresante si no van sobre aviso el tener que elegir el tipo de bagel, el relleno y el elemento principal una vez les toca y la fila de pacientes sufridores les presiona. Ideas claras y ánimo.
New York bien vale un bagel. O muchos.


PS: Gracias a los bloggers de cabecera que abrieron camino con sus crónicas previas!!

4.8.14

SUCULENT. Sí al sucar lent.

SUCULENT, Rambla del Raval parte sur dirección puerto y frente al gatete de Botero. Barcelona.

Hoy no vengo a descubrirles nada. De hecho debería estar en otros menesteres así que no esperen un post excesivamente largo porque de todos modos sólo miran las fotos y lo saben.
Ayer domingo nos invitaron a disfrutar de Suculent (los suegros, no piensen estábamos esperando que algún evento gastrocanapero nos llevase hasta allí) y la verdad es que disfrutamos como pocas veces hemos disfrutado en las últimas horas.
Suculent es un proyecto de Carles Abellán, chef estrella de Comerç24 y Tapas24 entre otros (el cual nos dejó algo fríos un día que nos dejamos caer) y que dirige desde bastidores al tener a un chef joven solvente y de garantías como Antonio Romero en los fogones. Llego muy tarde a Suculent pero ya lo sé. No les voy a intentar vender esa moto de "descubrimiento en el Raval!" que suele llevarse por otros lares. Si no conoces Suculent no significa que otros muchos no lo hayan descubierto antes que tú. Que yo en este caso. Miren en blogs de verdad y verán de qué año son los posts...


En fin, que Suculent es la repera limonera confitada. Máxime si ustedes no pagan, cuenten con ello. No es que tengan que hacer un menú de 60€ pero si son de buen comer y beber. y cuento con ello, se van a ir a 30 fácilmente. Aprovechen una ocasión especial. De alguien.
Pero tampoco esperen un local de superlujo. Es una antigua bodega del barrio chino, reformada y remodelada con mucho gusto, pero no es Hisop o Gresca. Mesas de madera, rústicas, o taburetes incluso. Decoración mínima y muy cañí, no gustándome el detalle del capote, pero què hi farem.

Vamos a la comida.

Empezamos con unas ESPECTACULARES croquetas de rabo de vaca vieja y trompetas de la muerte. No puedo negar que sean caras, 2'5€ unidad, pero tampoco que sean de las mejores jamás probadas en la ciudad. Al punto de cremosidad y sabrosas como pocas hayan encontrado antes. Si en otro sitio les ofrecen congeladas a 1€ no pueden evitar éstas. Por favor. 
Otros optaron por la Ostra en ceviche. Pude catar simplemente la salsa y doy fe de que picante era un rato... La ostra, maravillosa. Sólo había que ver la cara de los comensales.
Mi primer plato, y el de dos comensales más, fue el MARAVILLOSO Ajoblanco con sardina ahumada y huevas de trucha. Reivindico, por favor, la sardina ahumada como comodín para todos los platos del mundo. Además como pueden ver en las fotos el emplatado es en la mesa y con su gracia. Muy bueno el ajoblanco al punto de ajo y con retrogusto (...) almendrero interesante, nada intenso. Hitazo de entrante.



Respecto a los segundos, Jurel en escabeche muy recomendable (sustituyó a la caballa que se había agotado ese día) con salsa para mojar durante un buen rato.
El ceviche de gambeta roja que provocó el delirio en buena parte de la afición:
El morro de bacalao, confitado a baja temperatura en aceite, con caracoles que también provocó satisfacción en otra parte de esa afición...y...
El maravilloso Rabo de vaca vieja con salsa de chocolate y minizanahorias...SIN PALABRAS. Obligado para todo carnívoro (y en un bocata??). Lo apuntado en la croqueta amplificado por 1000. Una carne al punto que se desmigaba (deshuesaba?) con solo mirarla y con una potencia de sabor inconmensurable. Una maravilla hecha plato en el que podías mojar hasta no dejar una gota. El único pero es precisamente el plato, el envase. Buena idea lo de la rusticidad de la olla, pero incómoda para meter el tenedor y trabajar la pieza cómodamente (y para que se vea algo en la foto). En todo caso, y como habrán imaginado no quedó un ápice de carne en ese rabo.  
Resumiendo, una opción muy buena si quieren disfrutar, comer bien, quedar bien y pasar un buen rato comiendo. Aplaudimos la opción botijo para el agua y lo reivindicamos también desde aquí. Menos electricidad y botellas de plástico y más botijo. Y más rabo de vaca. Y más ostras. Y más de todo un poco y sobre todo volver. Que faltan muchos platos que probar.
Sí a sucar lent - Sículent.

16.7.14

TAQUERÍA TAMARINDO. En botella güey!

TAMARINDO, C/Aragó esquina mar/Besós Balmes. Barcelona DF.
Podríamos empezar esta semicrónica con una frase del tipo "vamos a armar el taco" pero sinceramente, sería una puñetera cutrez. Por eso he titulado el post con una frase que toda persona de bien debería reconocer ipso facto por pertenecer a una de esas míticas películas indies noventeras que nos acercaron la realidad de la Coronita y los mariachis a nuestra mucho más aburrida realidad. (Y esto es clase)
La cocina mexicana, ya lo avisé con Tlaxcal, nunca ha sido una de mis preferidas o conocidas. Soy un neófito del taco y el alambre, pero voy trabajando en acabar con tanta ignorancia. Creo que es lo correcto para poder comparar, hablar o criticar cualquier cosa. Por esta razón en los últimos tiempos ha ido visitando locales mexicanos para poder hablar con cierta propiedad. Y la verdad sea dicha, éste que nos ocupa aquí hoy no ha salido mal parado. Es un lugar cabrón, chingón y todas esas cosas que van asociadas al mundo Mexico que tanto nos gusta. Carajo!!

El Tamarindo es un local que debe llevar abierto un par de meses como mucho. Es nuevo en el vecindario y le sigo la pista desde el primer día que abrieron puertas. Lo bueno es que es comerç de proximitat y lo malo eran las referencias dispares que poseía antes de dejarme caer por ahí. Por un lado me había llegado que aunque el servicio era mejorable, la cosa era bastante auténtica y no estaba nada mal. Por otro, el servicio se comía cualquier atisbo positivo tras haber sido demasiado lento en una cena reciente. Así, reservas y esperanzas.
El mundo del mexicano en Barcelona bulle a la espera de los Adrià y se nota. Nos gusta.

Hemos ido a probar la carta aunque podríamos haber hecho el menú del día. Recomendable porque está entre los 6-8€ y no tenía mala pinta. Pero si quieres probar cosas hay que arriesgar y es lo que hemos hecho. Entrantes y tacos para todos. Y ya saben, taco que cierra no es taco.
Los tacos tienen un precio alrededor de los 2-3€ dependiendo el tipo. A destacar que se piden individualmente y no en grupos de 3-4 como suele ser lo normal en otros locales. Seguramente sale algo más caro pero tienes mucha más libertad para pedir lo que quieras, como por ejemplo pedir todos los de la carta (no es que haya 30 tipos diferentes, no se crean). Junto a los tacos, unos cuantos entrantes entre los que destacan los totopos (nachos), guacamoles, frijoles o estas buenas bravas:

Estimables patatas bravas con salsa chipotle en su punto que le da el toque picante, evidentemente, que necesitan. A mejorar tal vez la textura de la patata en exceso blanda para mi gusto, aunque en su punto de fritura externa. Las prefiero algo más contundentes, pero recomendables.
También hemos compartido estos nachos del Rancho, que se diferencian de los "normales" porque llevan carne arrachera (tipo de corte de la carne de ternera, entraña si lo prefieren). Visto lo que después vimos con los tacos, demasiada carne. Mejor tal vez sin carne. Estimables totopos caseros, como las tortillas, mucho más crujientes que los nachos industriales para entendernos. Un platazo sin paliativos. Menos queso de lo que nos gustaría pero picos de gallo, jalapeños, guacamole y fondo frijolero. Muy bien.
 Con estos entrantes no hacían falta muchos más tacos. Contundentes.
No sé como se podría decir en Mexico pero nos hemos puesto las botas. Por eso de segundo un par de tacos por persona. Todo carne, de pollo, ternera o cerdo. Y sí, aunque el taco de pollo no tenía un aspecto muy logrado la realidad es que el sabor y la textura que es lo que importa han estado a la altura.
Para mi el taco Pastor, de cerdo adobado y el Barbacoa con ternera desmigada en salsa. Éste segundo ha sido el ganador, sin duda. Melosidad y textura.
 El Pirata, con toque vegetariano (...) representado por ese aguacate sabroso y calórico. Y fondo de queso.
Como ven las tortillas son caseras y se parecen poco a las industriales. Son algo más insulsas pero qué carajo, las preferimos. Las hacen en un rincón de la cocina que tiene su cartel reivindicativo tipo "Aquí se hacen las tortillas".

 Como condimento las omnipresentes salsas a cada cual más picante.

Para ir cerrando: Tamarindo es una buena opción que aún está en rodaje y zarpando del DF. No es la octava maravilla del mundo pero por unos 12-13€ puedes hacer este menú como el que ven aquí y salir satisfecho. El local es pequeño, ruidoso y el servicio puede mejorar en eficencia, pero es muy amable y lo compensa.
Tamarindo irá a mejor pero ya tiene sus mesas llenas. 
Buena opción, alejada del hype y el caos de La Taquería (algo sobrevalorada?) y en local céntrico modernillo y aséptico que puede llegar a dar impresión de prefabricado.
Pero para volver a seguir probando tacos, cabrones.